Royal Mansour Marrakech, Marruecos, es uno de los mejores hoteles del mundo

En Marruecos hace calor y el turismo ha experimentado un apogeo en los últimos años; este verano aumentó un veinte% con respecto al mismo periodo del año pasado. Si vas a Marruecos, es un país grande con mucho que ver y hacer, mas es muy posible que visites Marrakech, el destino más popular del país y donde las visitas aumentaron significativamente respecto al año pasado. Para hacerlo más atrayente, United Airlines termina de anunciar el lanzamiento del primer vuelo directo desde EE. UU. a Marrakech, desde Newark, que empezó el mes pasado (Royal Air Maroc vuela a Casablanca). Y cuando llegue allá, si puede, deseará alojarse en el Royal Mansour, no solo la opción mejor en Marrakech, sino más bien de los mejores hoteles del planeta.

El Palacio del Rey

Muchos hoteles se vanaglorian de los jefes de estado, presidentes, primeros ministros o miembros de la realeza que han escogido alojarse allá, mas el Royal Mansour va un paso más allá: fue concebido, construido y es propiedad del rey de Marruecos, y siempre y en toda circunstancia es bueno ser rey. Asimismo es bueno alojarse como huésped en el hotel del rey, singularmente cuando no se han escatimado en gastos para hacer que el alojamiento sea ultralujoso mas muy, muy cómodo, el alimento inigualable en la urbe y el servicio incomparable en prácticamente cualquier sitio. El atento personal supera en número a las habitaciones en más de diez a uno.

Reseñas favorables

Es uno de los dos únicos hoteles de cinco estrellas de Forbes en todo el país (las dos nuevas localizaciones satélite de Royal Mansour en la ciudad de Casablanca y el balneario de Tamuda Bay aún no han sido calificadas, mas asimismo son exageradamente pasmantes). La agencia de viajes de mucho lujo Indagare publicó su Indagare Adored List de las ciento setenta y cinco mejores propiedades de mucho lujo del planeta y escribió: “Le Royal Mansour es el proyecto emocionante personal del rey de Marruecos y el hotel más costoso y peculiar de Marrakech”.

Chad Clark, uno de los primordiales aconsejes de viajes de mucho lujo del planeta, creador de Chad Clark Travel Ventures en Phoenix, miembro del consorcio de viajes de mucho lujo Virtuoso, va más allí y lo clasifica como uno de sus hoteles “Seven Summit”, las 7 mejores propiedades del planeta. planeta entero. “Está en otro nivel, aun equiparado con otros hoteles de mucho lujo en Marrakech.”

Antes de ir, escuché una serie informativa de podcasts de viajes de uno de los primordiales operadores turísticos marroquíes, Destination Marruecos, y en su episodio sobre los mejores hoteles del país, afirmaron lo mismo, señalando que aunque el país cobija cientos y cientos de los mejores hoteles, Hoteles de mucho lujo de marcas internacionales (solo en Marrakech, están Mandarin Oriental, Nobu, Fairmont, Aman, Oberoi, Four Seasons y más), tanto en Marrakech como en la ciudad de Casablanca, los hoteles Royal Mansour estaban en un nivel totalmente diferente.

La sección de viajes de mi periódico preferido, el Telégrafoque efectúa las mejores recensiones internacionales de hoteles en profundidad, dice: “El espléndido Royal Mansour es el estándar de oro de los hoteles de mucho lujo en Marrakech, y ofrece un servicio impecable y muy elegante e instalaciones inmejorables”. Con razón le dan un perfecto diez por su localización, servicio y comida, y una nota sobre el diseño: “Como hotel del rey, el Royal Mansour es una oda a la artesanía y la hospitalidad marroquíes. Acá todo es la mejor versión de sí, y cada centímetro del sitio muestra las mejores artesanías del país, desde paredes de resplandeciente zellij (mosaico geométrico) hasta techos de madera de cedro perfumada y patios cubiertos de complicados estucos que escalan por las paredes como enredaderas florales. También, las habitaciones están lujosamente amuebladas con lámparas de cristal de roca, mesas con incrustaciones de plata, mamparas de vidrio grabado, gruesas alfombras de seda, cortinas de damasco y jacquard tejidas a mano y lámparas de araña de Baccarat. Es una muestra virtuosa del amor de Marruecos por los materiales, los patrones y las texturas, y el efecto resultante es deslumbrante, mas asimismo de forma extraña acogedor”.

Me he alojado en muchos de los hoteles de todo el planeta frecuentemente clasificados entre los mejores, Top diez, Top cincuenta, etc., y aun así quedé muy impresionado con el Royal Mansour, pese a tener esperanzas impresionantemente altas, lo que generalmente es algo eso no da resultado.

Los detalles

¿Qué me agradó tanto? Para iniciar, la localización es perfecta, situada en un oasis amurallado de quince acres similar a un parque que se extiende a los dos lados de la frontera entre la Medina, la Urbe Vieja amurallada de Marrakech y el distrito más moderno y exclusivo de la Urbe Nueva circundante, al nordoeste de la Medina. Todo el que va a Marrakech desea ver su conocida y animada plaza primordial, llena de cautivadores de víboras, cuidadores de monos, adivinos y puestos de comida, la plaza Jemaa el-Fna y las angostas callejuelas de tiendas de artesanos y mercaderes de condimentas que la rodean, los zocos, mas Verdaderamente no es acá donde deseas quedarte. A muchos de los hoteles más bonitos de la Medina ni tan siquiera se puede llegar en vehículo o taxi.

Pero los primordiales sitios, los zocos y la plaza, se pueden recorrer a pie desde el Royal Mansour en cinco a diez minutos, simple, e inclusive lo van a llevar hasta la puerta al final de su extenso camino de entrada en un carro de golf para acortar el camino. pasear corto.

Gire cara el otro lado y en minutos va a llegar al centro comercial más grande de la urbe, a ciertas de sus boutiques más conocidas y a los conocidos restaurants de tendencia. Para llegar a los sitios turísticos más populares de la urbe fuera de la Medina, los conocidos Jardines Majorelle y el Museo YSL, sencillamente toma un taxi en el hotel y llega allá en escaso tiempo, sin recorrer el laberinto de calles pequeñas y frecuentadas.

La comodidad es fundamental acá y, en verdad, el encanto del Royal Mansour empieza mucho ya antes de tu llegada, en el instante en que bajas del aeroplano. Pese a un aeropuerto precioso y parcialmente nuevo, el floreciente comercio turístico ha transformado a Marrakech en víctima de su éxito, y no son inusuales las esperas de dos a 3 horas en inmigración. Mas como convidado del Rey, pueden recibirlo en el puente del jet, pasar velozmente por inmigración y aduanas y llegar al área de recogida de equipaje en 5 minutos. Cuando bajé mis maletas del carrusel, aún no había llegado ni un pasajero de nuestro vuelo, incluyendo los de clase ejecutiva. Entonces se sube a uno de los Bentley del hotel y recorre un breve recorrido de diez minutos hasta el hotel. Al salir, el hotel asimismo puede organizar acceso VIP para eludir las largas colas: el conserje nos recomendó que saliésemos solo noventa minutos ya antes de nuestro vuelo internacional a casa, un lujo en estos tiempos, y era tiempo de más.

La localización es genial, mas asimismo lo es la propiedad en sí. El vestíbulo, los restaurants, el spa, las habitaciones y la piscina están distribuidos entre exuberantes jardines y palmeras, algo exageradamente infrecuente para una propiedad urbana que se halla en la mitad de una urbe escandalosa. Los alojamientos son de lo más suntuosos y no hay “habitaciones normales”, ya que todo el alojamiento se halla en cincuenta y tres riads modernos individuales.

Los riads son el estilo tradicional de residencias de Marruecos para los ricos y poderosos. fundamentalmente villas o mansiones, y muchos viejos riads originales de todo el país se han transformado en hoteles boutique. Los elementos clave de diseño de un riad son un patio ajardinado central al aire libre con una fuente y elaborados azulejos en la planta baja, rodeado de zonas de estar. Los dormitorios están en el piso superior y acostumbra a haber una terraza en la azotea, con espacios interiores y exteriores que fluyen de uno a otro. Cada alojamiento en el Royal Mansour es una versión moderna de “casa adosada” de un riad, con una entrada en la planta baja con fuente, sala de estar y sala de estar, y una terraza jardín privada al aire libre, entonces un dormitorio o dormitorios arriba y una terraza en la azotea, todo ello que cuentan con piscinas de inmersión.

Estos vienen en configuraciones de uno, dos y 3 dormitorios, aparte del Grand Riad de prácticamente veinte,000 pies cuadrados, con una terraza en la azotea de dos niveles, piscina completa en el jardín y una segunda piscina en la azotea, aparte de cine en casa y gimnasio. .

El riad más pequeño tiene mil quinientos pies cuadrados, y en todos y cada piso de cada riad hay una reservada entrada de servicio para el personal, y dada la enorme selección de lugares, el servicio de habitaciones es muy popular acá, singularmente el desayuno, que se puede servir en la azotea. en el jardín o en el salón. Cualquier cosa que solicites, desde té hasta comida y servicio de botones, llega sorprendentemente veloz y eficazmente, y una gran parte de la infraestructura de servicios, incluyendo los túneles a los riads, está oculta bajo tierra. Hay una clara sensación de que “tu deseo es nuestra orden” acá.

Las “habitaciones” son pasmosas, si bien ciertos críticos se han quejado de las escaleras y la verticalidad del diseño. Para mí, se trata de la autenticidad del diseño, y se han gastado millones de dólares estadounidenses en la busca de un diseño genuino y una increíble artesanía marroquí. Unos mil doscientos artesanos trabajaron para hacer del hotel el pasmante tributo a todo lo relacionado con Marruecos que es hoy. Mas para abordar esta preocupación, el hotel ha estado actualizando sigilosamente los elevadores de los riads, por lo que si esto es un inconveniente para , es algo sobre lo que debe consultar.

Toda la propiedad tiene esto en la cima, no se escatima en nada el diseño estético y es un sitio muy simple para pasar el día y no irse. El spa es totalmente de clase mundial, enorme y con una extensa gama de tratamientos “usuales” y especialidades marroquíes como el hammam. Acá asimismo hay un gimnasio de nueva generación y una piscina cubierta. La piscina al aire libre está situada en los jardines y es enorme para la cantidad de huéspedes, con muchas cabañas y tumbonas cubiertas. Un toque singular es el taller del artista, donde puede tomar clases de pintura, porcelana u otras artesanías y, más últimamente, el hotel edificó una increíble cocina sibarita para dar clases de cocina privadas. Puedes hacer pastelería francesa, mas escogemos la clase tradicional marroquí y aprendimos a preparar uno de los platos más queridos del país, tajine de pollo con aceitunas y limón en conserva, aparte de ciertos temtempiés tradicionales. Entonces lo gozamos todo como nuestro almuerzo privado. Sencillamente fue una experiencia fabulosa y una inmersión más profunda en por qué fuimos a Marruecos primeramente.

Excelencia Culinaria

Pero aun si no cocina mismo, el alimento es esencial en Royal Mansour, que tiene, con diferencia, la mejor compilación de alta cocina de cualquier hotel del país. Hay 7 opciones para cenar, y el genial restorán La Grande Table Marocaine es extensamente considerado como el primordial restorán marroquí del país (asimismo abrieron una sucursal del restorán en el nuevo Royal Mansour Casablanca).

Tanto La Grande Table Marocaine como La Grande Brasserie, una brasserie francesa moderna abierta todo el día, están supervisadas por la chef francesa Helene Darroze, premiada con una estrella Michelin. El local italiano, SESAMO, está dirigido por el chef de 3 estrellas Michelin Massimiliano Alajmo. Está Le Jardín, un restorán gastronómico de inspiración asiática que, leal a su nombre, está situado en el jardín cerca de la piscina, el bar de cócteles y salón Main Bar, el Fireplace Lounge, con vistas a los jardines con música de piano en vivo, y el Cigar Bar. con pequeños mordiscos como caviar y foie gras, una de las listas de vinos, champán, ron y whisky más profundas de Marruecos, y puros cubanos.

Hable con cualquiera que haya estado en este hotel y va a escuchar la palabra “servicio”, por el hecho de que el número impresionantemente alto de empleados se combina con la conocida cultura hospitalaria de Marruecos para asegurar la atención a sus necesidades, y en parte alguna esto se ilustra mejor que en el genial comedores donde equipos de camareros se cercioran de que no se vacíe ninguna copa de agua o de vino. Para gozar de los mejores platos tradicionales marroquíes al más alto nivel, como la pastilla de mariscos, un plato festivo que generalmente se sirve en las celebraciones de bodas, un plato primordial para dos acá, sencillamente debe probar La Grande Table Marocaine. Mas si, como muchos visitantes, come tajines y cuscús todos y cada uno de los días y está ya listo para un cambio, va a ser bastante difícil hallar mejor comida italiana o francesa en la urbe. Los restaurants del hotel están abiertos a forasteros y son muy populares, por lo que aun si no te alojas en Royal Mansour (lo que sería una pena), aún puedes degustar su grandiosidad.

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