Según un estudio reciente, vivir cerca de espacios verdes en la mediana edad puede ofrecer sorprendentes beneficios para nuestra salud mental. La investigación sugiere que la exposición a espacios verdes puede ayudar a retrasar el deterioro cognitivo.
Y este apasionante descubrimiento no afecta sólo a los adultos mayores, sino que es de particular importancia para ciertos grupos de personas.
Espacios verdes en medio de junglas de cemento
El estudio fue dirigido por la Dra. Marcia Pescador Jiménez, profesora asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston (BUSPH).
¿La misión? Comprender cómo vivir cerca de zonas verdes durante los primeros años de vida puede mejorar potencialmente la salud cognitiva en las etapas posteriores de la vida.
¿Los fascinantes resultados? Vivir en barrios más verdes durante la mediana edad puede reducir la tasa anual de deterioro cognitivo en ocho meses.
Curiosamente, esta correlación fue aún más pronunciada para las personas que residían en barrios con un nivel socioeconómico bajo y áreas densamente pobladas.
El deterioro cognitivo es más frecuente en estos grupos de la sociedad, lo que hace que los espacios verdes sean una solución inesperada pero prometedora.
Portadores del gen APOE-ɛ4 y Alzheimer
El estudio también puso de relieve un componente genético crucial vinculado a la enfermedad de Alzheimer. Las personas que poseen el gen APOE-ɛ4, una variante asociada con un mayor riesgo de padecer Alzheimer, también mostraron notables beneficios cognitivos derivados de la exposición al verde.
Los portadores de APOE-ɛ4 que vivían en barrios más verdes exhibieron una desaceleración triple en el deterioro cognitivo en comparación con aquellos que no tenían el gen.
Una revelación de esta magnitud es fundamental, especialmente porque los portadores del gen APOE-ɛ4 actualmente no tienen ninguna medida establecida para mitigar sus riesgos de demencia.
Más verde, menos demencia
Si bien anteriormente se han observado vínculos entre la exposición al verde y la salud cognitiva, este estudio es importante debido a su mayor alcance y al período de observación más prolongado.
La Dra. Pescador Jiménez y sus colegas de varias instituciones utilizaron datos de un estudio de salud de larga duración para explorar esta asociación.
El estudio exhaustivo tuvo en cuenta la salud cognitiva de más de 16.000 participantes mayores de 70 años.
Además, el equipo utilizó métricas de imágenes satelitales de última generación para calcular los niveles de vegetación en las áreas residenciales de los participantes.
Espacios verdes: un ecualizador socioeconómico
En particular, el estudio encontró que los participantes que residían en barrios densamente poblados y de bajo nivel socioeconómico se beneficiaron más de la exposición a espacios verdes.
El Dr. Pescador Jiménez trazó paralelismos con la teoría de los ambientes equigénicos, que sugiere que la vegetación puede ayudar a equilibrar las disparidades en la salud socioeconómica.
Esta idea es particularmente fundamental ya que propone el concepto de creación de espacios verdes en zonas desfavorecidas para promover la salud cognitiva y la equidad social.
La salud mental y la conexión verde
El papel de la salud mental fue otro aspecto intrigante. Los datos sugieren que la exposición al verde podría estar relacionada con el deterioro cognitivo a lo largo del tiempo a través de la salud mental.
Esto amplía investigaciones anteriores que insinuaban una conexión entre la exposición limitada a espacios verdes durante la mediana edad y una disminución de la función cognitiva a través de la depresión.
La investigación destaca la importancia de priorizar la preservación y creación de espacios verdes.
Considerando los crecientes casos de enfermedad de Alzheimer y demencia relacionada, los espacios verdes podrían ser la clave para retrasar o prevenir estas afecciones, especialmente entre las comunidades en riesgo.
“Nuestros resultados son vitales ya que proponen beneficios cognitivos de aumentar la exposición a los espacios verdes a nivel de población, particularmente entre los subgrupos vulnerables”, dijo el Dr. Pescador Jiménez.
Impactos duraderos de la revolución verde
Entonces, ¿ha llegado el momento de una revolución verde? Como indica este estudio, aumentar los espacios verdes, especialmente en los barrios desfavorecidos, resulta esencial para reducir las desigualdades en materia de salud y promover una mejor salud cognitiva en etapas posteriores de la vida.
Es hora de que empecemos a invertir de manera sostenible en nuestros vecindarios para aprovechar los beneficios cognitivos a largo plazo. Después de todo, nuestra salud mental podría depender únicamente de una dosis diaria de energía verde.
El estudio se publica en la revista Perspectivas de salud ambiental.
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