En un estudio reciente publicado en Red JAMA abiertaLos investigadores investigaron si reducir el uso de pantallas para el ocio mejora la salud mental en adolescentes y niños.
Sus resultados indican que reducir el tiempo frente a la pantalla condujo a menos dificultades de comportamiento, con disminuciones notables en problemas emocionales y relacionados con los pares y mejoras en las interacciones sociales positivas.
Fondo
Muchos niños y adolescentes en todo el mundo están sufriendo un deterioro de su salud mental. En Estados Unidos, casi el 30 % de los adolescentes informaron tener mala salud mental en una encuesta reciente, y en Europa, el 25 % de los adolescentes jóvenes padecían problemas psicológicos como nerviosismo y problemas para dormir.
La adolescencia es un período delicado y el uso de la tecnología digital ha aumentado, y las pantallas se han convertido en elementos centrales de la vida diaria para el entretenimiento y la comunicación. Han surgido inquietudes sobre los efectos negativos de las pantallas en la salud mental, aunque los resultados de las investigaciones son contradictorios.
Algunos estudios muestran una relación entre el uso intensivo de pantallas y una mala salud mental, pero la mayoría son observacionales. Se necesitan más investigaciones para entender si reducir el uso de pantallas puede beneficiar el bienestar mental de los adolescentes y los niños.
Acerca del estudio
Los investigadores analizaron el ensayo SCREENS (Eficacia a Corto Plazo para Reducir el Uso de Medios de Comunicación Basados en Pantallas), un estudio detallado en el que participaron 89 familias del sur de Dinamarca.
En este ensayo se utilizó el método de aleatorización por grupos, en el que las familias fueron asignadas aleatoriamente para reducir el tiempo frente a la pantalla o continuar con sus hábitos existentes.
En el grupo de intervención, se pidió a las familias que redujeran el tiempo que pasaban frente a una pantalla en su tiempo libre a menos de tres horas por semana durante dos semanas, y que entregaran sus tabletas y teléfonos inteligentes. El grupo de control mantuvo su uso normal de la pantalla.
Para medir los efectos de esta intervención, los investigadores utilizaron una herramienta llamada Cuestionario de fortalezas y dificultades (SDQ, por sus siglas en inglés). Este cuestionario, que los padres completaron al principio y al final del estudio, evalúa diversos problemas conductuales y emocionales de los niños.
Para analizar los datos, los investigadores emplearon modelos de regresión que les permitieron tener en cuenta cualquier diseño agrupado del estudio (familias en lugar de individuos) y ajustar variables como la edad. El cumplimiento de la reducción del tiempo frente a la pantalla fue alto, lo que significa que la mayoría de las familias siguieron las instrucciones al pie de la letra.
Su objetivo era comprobar si la reducción del tiempo que pasan frente a una pantalla afectaba positivamente a la salud mental de los niños y adolescentes, analizando específicamente sus fortalezas y dificultades conductuales. Mediante este riguroso método, los investigadores se propusieron proporcionar resultados claros y fiables sobre los efectos a corto plazo de la reducción del uso de pantallas.
Recomendaciones
En total, participaron en el estudio 181 niños, de los cuales 86 estaban en el grupo de intervención y 95 en el grupo de control. Los niños del grupo de intervención tenían, en promedio, 8,6 años; el 49% eran niñas. En el grupo de control, los niños tenían, en promedio, 9,5 años; el 60% eran niñas.
Los investigadores encontraron una mejora significativa en la salud mental general de los niños que redujeron el tiempo que pasaban frente a una pantalla.
La puntuación total de dificultades, que mide los problemas conductuales y emocionales, disminuyó una media de 1,67 puntos más en el grupo de intervención que en el grupo de control. Este resultado corresponde a un tamaño del efecto moderado.
El estudio también encontró que las mejoras más significativas se dieron en los síntomas internalizados, como los problemas emocionales y los problemas con los compañeros, que disminuyeron en un promedio de 1,03 puntos más en el grupo de intervención. Además, la puntuación de conducta prosocial, que indica interacciones sociales positivas, aumentó en 0,84 puntos más en el grupo de intervención.
Los investigadores encontraron resultados similares cuando analizaron los datos sin ajustar la edad. También observaron que los hallazgos fueron más pronunciados en el caso de los niños que en el de las niñas, y en el de aquellos niños que tenían puntuaciones de dificultad total más altas o que utilizaban más medios de pantalla antes de la intervención.
Estos hallazgos sugieren que reducir el tiempo de ocio frente a una pantalla puede tener un impacto positivo en la salud mental de los niños, en particular al reducir los problemas emocionales y relacionados con los pares y mejorar las interacciones sociales positivas.
Conclusiones
El estudio demostró que reducir el tiempo que pasan los niños frente a una pantalla durante dos semanas mejoró la salud mental de los niños y adolescentes. En concreto, redujo los problemas emocionales y relacionados con los compañeros y aumentó las interacciones sociales positivas.
Este ensayo es uno de los primeros que prueba la reducción del tiempo de pantalla en las familias y confirma los hallazgos de estudios observacionales anteriores que indican que el tiempo de pantalla elevado está vinculado con una peor salud mental. A diferencia de estudios anteriores con tamaños de efecto insignificantes, este ensayo encontró un tamaño de efecto moderado.
Los puntos fuertes de este estudio incluyen su diseño aleatorio y su contexto real, que respaldan conclusiones causales sólidas. Además, las mediciones objetivas del tiempo frente a la pantalla y las bajas tasas de abandono contribuyeron a la fiabilidad de los resultados.
Sin embargo, el estudio tiene limitaciones. La intervención a corto plazo puede no reflejar los hábitos a largo plazo y las medidas informadas por los padres pueden estar sesgadas. Además, el estudio incluyó a familias muy motivadas, lo que podría limitar la generalización.
Las futuras investigaciones deberían explorar los efectos a largo plazo de la reducción del tiempo frente a las pantallas, investigar el impacto de los diferentes tipos de medios de comunicación y confirmar estos hallazgos en los grupos de alto riesgo. Comprender cómo la participación familiar contribuye a estos resultados es crucial para diseñar intervenciones eficaces.
Referencia de la revista:
- Uso de medios de pantalla y salud mental de niños y adolescentes: un análisis secundario de un ensayo clínico aleatorizado. Schmidt-Persson, J., Rasmussen, MGB, Sørensen, SO, Mortensen, SR, Olesen, LG, Brage, S., Kristensen, PL, Bilenberg, N., Grøntved, A. Red JAMA abierta (2024). doi:10.1001/jamanetworkopen.2024.19881 lqf