Hace veinticinco años, nuestro hijo Tom murió de un tumor neuroepitelial primitivo. Su diagnóstico fue uno entre mil millones: el tumor crecía rápidamente, estaba diseminado, era inoperable y contenía muchos tipos diferentes de cáncer.
Tom tenía 8 años.
Durante los 11 meses que transcurrieron desde el diagnóstico hasta su muerte, Tom entró en contacto con numerosos profesionales de la salud. A continuación, se mencionan algunos de ellos.
Médicos – estos tenían un título médico con años adicionales de capacitación en su área de especialidad. Todos estaban certificados por la junta. La mayoría se especializaba en atención pediátrica. Algunos eran profesores en UT Southwestern. Los médicos de Tom incluían un neurooncólogo, un médico de urgencias, un oncólogo radioterapeuta, un neurocirujano, un neurólogo, un oftalmólogo, un neumólogo y un anestesiólogo.
Enfermeras – Todos ellos tenían un título universitario o de asociado, y algunos tenían un título de máster. Todos tenían formación avanzada en pediatría.
Terapeutas – Todos ellos tenían un título de maestría o doctorado en su área de especialidad. Todos tenían formación avanzada en pediatría. Los terapeutas de Tom incluían un terapeuta ocupacional, un fisioterapeuta y un especialista en vida infantil.
Técnicos – Estos eran de dos tipos. El Técnico Pediátrico Certificado tenía al menos un diploma de escuela secundaria y había completado un programa de capacitación especializado. El Técnico Pediátrico Profesional tenía al menos un título universitario y había completado una capacitación especializada. La mayoría tenía una capacitación avanzada en atención pediátrica.
Atención especializada – estos tenían un título de maestría. Tom interactuó con muchos especialistas, incluido un especialista en ortesis para sus aparatos ortopédicos para las piernas.
Consejeros y trabajadores sociales – Todos ellos tenían una maestría. Algunos tenían un doctorado. Todos tenían formación pediátrica. Tom tenía un trabajador social asignado en el hospital, listo para ayudar con los servicios comunitarios si lo necesitábamos. Al final, trabajamos con un consejero pediátrico de cuidados paliativos.
Todos sabían que la vida de Tom se medía en meses. Sin embargo, los profesionales de la salud que lo atendían buscaban una cura y lo ayudaban a vivir la mejor infancia posible. Ojalá todos seamos tan afortunados cuando llegue nuestro momento.
La abogada Virginia Hammerle es abogada de Hammerle Finley Law Firm, un bufete de abogados especializado que ofrece servicios en planificación patrimonial, sucesiones, tutela, derecho comercial, litigios y bienes raíces. Comuníquese con ella al (972) 436-9300. Este artículo no constituye asesoramiento legal.
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