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Los niños pueden aprovechar los beneficios de la dieta mediterránea tanto como los adultos, según un nuevo metaanálisis.
Investigadores de la Universidad de las Américas, Ecuador, revisaron nueve ensayos clínicos previamente publicados que evaluaron cómo las dietas mediterráneas pueden afectar la salud cardiovascular entre niños y adolescentes.
Los autores descubrieron que sólo ocho semanas de nutrición estilo mediterráneo se asociaban con una reducción significativa de la presión arterial y el colesterol total.
Los resultados fueron publicados en Red JAMA abierta.
El efecto mediterráneo en los jóvenes
Antes del trabajo de los investigadores de la Universidad de las Américas, se habían publicado varios cientos de estudios sobre los efectos de las dietas mediterráneas en la salud cardiometabólica de los niños. Sin embargo, no se conocía ningún metaanálisis de esta literatura.
Para llevar a cabo esta revisión gigantesca, los investigadores examinaron cuidadosamente los estudios disponibles y encontraron nueve ensayos clínicos controlados aleatorizados. Estos estudios sólidos incluyeron a 577 participantes (59,6 % niñas y 40,4 % niños) con una edad promedio de 11 años. Seis de los ensayos se centraron en niños con sobrepeso; un ensayo incluyó a niños con prediabetes; los otros dos estudios incluyeron a “niños aparentemente sanos”.
Tras evaluar los resultados de los nueve ensayos, los investigadores descubrieron que, en comparación con los grupos de control que no consumían una dieta mediterránea, los niños que sí probaron el famoso régimen europeo experimentaron una reducción significativa de la presión arterial sistólica, los lípidos en sangre y el colesterol total. Los niños que siguieron la dieta mediterránea también experimentaron un aumento de las lipoproteínas de alta densidad, conocidas a menudo como “colesterol bueno”.
Los investigadores creen que estos cambios pueden explicarse por los bajos niveles de grasas saturadas y los niveles más altos de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas (del aceite de oliva, frutos secos, pescado, etc.) que suelen encontrarse en las comidas mediterráneas.
La ausencia de alimentos ultraprocesados en las dietas (la clase de alimentos alterados artificialmente que se cree contribuye al aumento de la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y los cánceres observados en el mundo occidental) también puede haber contribuido a los beneficios para la salud observados en los niños.
Si bien los autores reconocen las advertencias de su análisis (principalmente, el pequeño número de ensayos incluidos), concluyen que las intervenciones basadas en la dieta mediterránea podrían ser vitales para frenar los casos de aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares que algunos niños habrían desarrollado en etapas posteriores de su vida. Las intervenciones basadas en la dieta mediterránea en escuelas y hospitales podrían, dicen, ser una herramienta valiosa para prevenir estas enfermedades y optimizar la salud cardiometabólica en la población más joven.
Referencia: López-Gil JF, García-Hermoso A, Martínez-González MÁ, Rodríguez-Artalejo F. Dieta mediterránea y biomarcadores cardiometabólicos en niños y adolescentes: una revisión sistemática y metaanálisis. Red JAMA abierta. 2024. doi:10.1001/jamanetworkopen.2024.21976