La mala comida sigue pasando suma a los adultos estadounidenses. Es un ejecutor de peligro importante para la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y ciertos cánceres, y más de un millón de estadounidenses mueren cada año por enfermedades relacionadas con la dieta, según la Dependencia de Alimentos y Medicamentos.
La mala comida y la inseguridad alimentaria además son costosas, y se atribuyen a aproximadamente 1,1 billones de dólares en gastos de atención sanitaria y pérdida de productividad. Estas cargas además contribuyen a importantes disparidades de vigor según ingresos, educación, código postal, raza y origen étnico.
En un estudio del Instituto Food is Medicine de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Alimento de la Universidad de Tufts publicado hoy en la Agenda de medicina interna, los investigadores encontraron que la calidad de la dieta entre los adultos estadounidenses mejoró modestamente entre 1999 y 2020. Sin requisa, además encontraron que la cantidad de estadounidenses con una dieta de mala calidad sigue siendo obstinadamente adhesión. En particular, las disparidades persisten y, en algunos casos, están empeorando.
“Si acertadamente hemos pasado algunas mejoras modestas en las dietas estadounidenses en las últimas dos décadas, esas mejoras no están llegando a todos, y muchos estadounidenses están comiendo peor”, dice Dariush Mozaffarian, cardiólogo y director del Instituto Food is Medicine, y autor principal. sobre el estudio.
“Nuestra nueva investigación muestra que la nación no puede alcanzar la equidad nutricional y de vigor hasta que abordemos las barreras que enfrentan muchos estadounidenses cuando se comercio de entrar y manducar alimentos nutritivos”. -Dariush Mozaffarian, MD, DrPH
En el estudio, los investigadores analizaron datos de 10 ciclos de la Pesquisa Franquista de Examen de Salubridad y Alimento entre 1999 y 2020, una averiguación representativa a nivel doméstico que incluye recordatorios dietéticos repetidos de 24 horas, donde las personas informan todos los alimentos y bebidas consumidos durante el día susodicho. El estudio analizó a 51.703 adultos que completaron al menos un retiro válido de 24 horas, y el 72,6% había realizado dos retiros.
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