ANÁLISIS DE OPINIÓN
Por Amy Howe
el 6 de junio de 2024
a las 16:19

Un tribunal dividido falló el jueves a valimiento de dos tribus nativas americanas en una disputa sobre los costos administrativos de la atención médica. (Thomas Hawk vía Flickr)
El jueves, la Corte Suprema dictaminó que el gobierno federal debe proporcionar fondos adicionales para cubrir algunos costos administrativos incurridos por las tribus nativas americanas que operan sus propios programas de atención médica. Con una votación de 5 a 4, con el sentenciador Neil Gorsuch –quizás el unido más esforzado de los nativos americanos en la corte– proporcionando el voto central, los magistrados confirmaron dos fallos de los tribunales federales de apelaciones a valimiento de las tribus nativas americanas.
En nombre de la mayoría, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, explicó que un decisión a valimiento del gobierno federal, que se había opuesto a acreditar los costos administrativos, crearía un “compromiso de financiamiento sistémico” para las tribus que optaron por mandar sus propios programas de atención médica: “ una pena por perseguir la autodeterminación”.
El sentenciador Brett Kavanaugh, que redactó una opinión disidente a la que se sumaron los jueces Clarence Thomas, Samuel Alito y Amy Coney Barrett, se quejó de que la intrepidez del tribunal “podría costar entre 800 millones y 2 mil millones de dólares”.
Una ley federal conocida como Ley de Subvención Educativa y Autodeterminación de los Indios otorga a las tribus nativas americanas la opción de celebrar un arreglo con el Servicio de Lozanía Indígena para mandar sus propios programas de atención médica, que de otro modo administraría el IHS. Cuando una tribu elige esta opción, IHS le da a la tribu el monises que habría utilizado para ejecutar esos programas. La tribu además puede percibir monises de programas externos como Medicare, Medicaid y aseguradoras privadas.
Para reembolsar a las tribus los costos generales y administrativos que IHS no tiene que acreditar cuando ejecuta programas de atención médica, el Congreso además exige que IHS cubra los “costos de apoyo contractual” de las tribus. Todos los involucrados en los dos casos delante el tribunal (el gobierno federal y dos tribus, la tribu Apache de San Carlos y la tribu Arapaho del Septentrión) están de acuerdo en que IHS debe cubrir los costos de soporte del arreglo que surgen del consumición de la cantidad que IHS entrega a las tribus. actuar sus propios programas de atención médica. Sin secuestro, la cuestión delante el tribunal era si el IHS además debe reembolsar a las tribus los costos en los que incurren cuando gastan monises de Medicare, Medicaid y aseguradoras privadas en los programas de atención médica.
En un informe de 18 páginas, la respuesta mayoritaria a esta pregunta fue “sí”. En sus escritos para él y para los jueces Sonia Sotomayor, Elena Kagan, Gorsuch y Ketanji Brown Jackson, Roberts explicó que cuando las tribus deciden mandar sus propios programas de atención médica, deben percibir ingresos de Medicare, Medicaid y de aseguradoras privadas y luego gastarlo en esos programas. “Los costos razonables de apoyo al arreglo, directos e indirectos, en los que incurrieron como resultado”, continuó Roberts, “son elegibles para reembolso” según la ley federal porque los gastos surgieron como resultado del arreglo de las tribus con el IHS.
Roberts rechazó el argumento contrario del gobierno, observando que sería inconsistente tanto con el texto de la Ley de Autodeterminación y Subvención Educativa de los Indios como con el propósito de la ley, que era desear a las tribus nativas americanas una “voz efectiva en la planificación e implementación de programas que respondan a las verdaderas deposición de sus comunidades”. Pero si IHS no cubriera los costos de soporte del arreglo para la atención médica financiada por programas externos como Medicare, Medicaid o seguros privados, postuló Roberts, “infligiría[] una penalización para las tribus por optar por una maduro autodeterminación”.
En su disidencia, Kavanaugh respondió que la ley federal “no respalda la intrepidez de la Corte”. Y en términos más generales, continuó, “el monises federal adicional que la Corte hoy da luz verde no es gratis”. Si el Congreso no aumenta el financiamiento caudillo para los programas de atención médica de los nativos americanos, escribió, el decisión del jueves transferirá una maduro parte de esa financiación de las tribus menos ricas –que tienen menos probabilidades de mandar sus propios programas de atención médica—a las más ricas. La otra opción del Congreso, añadió, sería aumentar “sustancialmente” la financiación para todos los programas de atención sanitaria de los nativos americanos, “con lo que se retiraría monises de otros programas federales vitales o se exigirían impuestos adicionales”.
Kavanaugh concluyó que esas “decisiones difíciles sobre asignaciones y compensaciones” deberían ser tomadas por el Congreso y el presidente, en ocupación de por la Corte Suprema. Esto es particularmente cierto, enfatizó, cuando el poder ejecutor se ha adherido durante mucho tiempo –y el Congreso no ha modificado– la interpretación que la mayoría revocó el jueves.
Este artículo fue publicado originalmente en Howe on the Court.