¡Los empleados que enfrentan desafíos de salud mental y bienestar tienen cuatro veces más probabilidades de querer abandonar sus organizaciones!
El futuro del trabajo no se trata sólo de tecnología y eficiencia; se trata de crear entornos donde los empleados puedan prosperar. A medida que la fuerza laboral evoluciona, también debe hacerlo nuestro enfoque hacia la salud de los empleados. Adoptar este cambio de paradigma requerirá un liderazgo audaz, un pensamiento innovador y el compromiso de priorizar a las personas por encima de las ganancias. Aquí en Silicon Valley, vemos que las empresas son creativas con beneficios e iniciativas de salud, como masajes en el lugar y cápsulas para siesta, oficinas que admiten mascotas, licencia de maternidad para perros, entrenadores para dormir, tiempo de vacaciones ilimitado, tiempo libre remunerado para voluntariado, FIV y óvulos. soporte de congelación, programas de salud y bienestar, zonas libres de tecnología, servicios de lavandería, servicios de lavado de autos en el lugar, comidas gourmet gratuitas y asesoramiento matrimonial. Ahora es el momento de que los líderes actúen. La evidencia es clara: invertir en la salud de los empleados no sólo es lo correcto, sino que también tiene sentido comercial. Al abordar los seis factores modificables de la salud, las organizaciones pueden desbloquear un valor económico significativo y crear un futuro mejor para sus empleados y comunidades.
La semana pasada tuve el honor de hablar en una de las compañías farmacéuticas más grandes del mundo. Les presenté el concepto de “inteligencia en el lugar de trabajo”, término acuñado por Thomas Roulet de la Universidad de Cambridge. La inteligencia en el lugar de trabajo se refiere a la capacidad de las organizaciones para comprender y optimizar la compleja interacción entre los entornos laborales y el bienestar de los empleados.
Enfatiza la importancia de crear lugares de trabajo inteligentes que prioricen la salud, la productividad y el compromiso. Este concepto se alinea perfectamente con el creciente conjunto de investigaciones que indican que alinear el empleo con factores modificables de la salud puede desbloquear un valor económico significativo y mejorar la calidad de vida de los empleados.
El imperativo económico
Invertir en la salud de los empleados no es sólo una obligación moral; Es un movimiento comercial estratégico. El Instituto de Salud McKinsey (MHI) estima que optimizar la salud y el bienestar de los empleados podría generar entre 3,7 billones y 11,7 billones de dólares en valor económico a nivel mundial. Esto equivale a aumentar el PIB mundial entre un 4 y un 12 por ciento. Aprovechar sólo el 10 por ciento de esta oportunidad podría generar hasta 1,17 billones de dólares al año y aumentar el PIB mundial en más del 1 por ciento.
Estas cifras no son meras proyecciones. Reflejan los beneficios tangibles que la mejora de la salud aporta a la productividad, la participación en la fuerza laboral y la producción económica. Los empleados más sanos son más productivos, más comprometidos y menos propensos a dejar sus puestos de trabajo.
Seis factores modificables de la salud
La investigación de MHI identifica seis conductores modificables de salud en los que los empleadores pueden influir: interacción social, mentalidades y creencias, actividad productiva, estrés, seguridad económica y sueño. Abordar estos factores puede generar empleados más sanos y felices y, en consecuencia, un desempeño económico más sólido.
Interacción social: El lugar de trabajo es un importante centro social. Las interacciones sociales regulares y positivas en el trabajo mejoran la salud, la innovación y el compromiso de los empleados. Los empleadores deberían crear oportunidades y espacios para la interacción social, como actividades de formación de equipos y proyectos colaborativos, para aprovechar estos beneficios. Las relaciones laborales sólidas mejoran el desempeño y la satisfacción laboral, superando la importancia del entorno físico de trabajo. Además, era algo probable que el 40% de todos los empleados dejaran su trabajo actual en un plazo de 3 a 6 meses, siendo la falta de inclusión un factor clave.
Mentalidades y creencias: Las mentalidades y creencias positivas, como la mentalidad de crecimiento y la gratitud, están relacionadas con mejores resultados de salud. Las organizaciones pueden cultivarlos promoviendo una cultura de valores sólidos, aprendizaje continuo y verdadero aprecio. Las empresas impulsadas por un propósito que sobresalen en esta área crecen dos veces más rápido que sus competidores, mejorando la satisfacción y retención de los empleados. En particular, el 43% de los empleados en todo el mundo sienten que no pueden llevar su fe espiritual al trabajo, según el informe Fe en Acción del WEF.
Actividad Productiva: La participación en actividades productivas, tanto laborales como personales, es crucial. Estas actividades pueden variar desde responsabilidades profesionales hasta pasatiempos y trabajo voluntario. El empleo en sí está vinculado a una mayor esperanza de vida, y aumentar el sentido de autoeficacia de un empleado puede mejorar significativamente la productividad.
Manejo del estrés: Si bien algo de estrés es beneficioso para el crecimiento y el aprendizaje, el estrés excesivo puede provocar problemas de salud graves, incluidas enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Los empleadores deben lograr un equilibrio desafiando a los empleados y al mismo tiempo garantizar que tengan el tiempo de recuperación adecuado. Intervenciones como talleres de manejo del estrés y horarios de trabajo flexibles pueden ayudar.
Seguridad economica: La estabilidad financiera es la piedra angular de la salud y el bienestar. Las personas con ingresos altos tienen cinco veces más probabilidades de tener una buena salud en comparación con las personas con ingresos bajos. Los empleadores pueden respaldar la seguridad económica ofreciendo salarios competitivos, servicios de planificación financiera personal y paquetes sólidos de beneficios.
Dormir: Dormir lo suficiente es esencial para la salud y la productividad. Los empleados con insomnio no tratado cuestan a los empleadores significativamente más debido al ausentismo y la reducción del rendimiento. Las empresas pueden promover un mejor sueño creando una cultura que valore el descanso, ofreciendo horarios flexibles, asesoramiento sobre el sueño y diseñando entornos de trabajo que respalden hábitos de sueño saludables y ofreciendo pausas para la siesta o cápsulas para dormir.
Creando una cultura de apoyo:
Es hora de deshacerse de las normas obsoletas y hacer que el apoyo a la salud mental y las instalaciones de bienestar no sean negociables. Los líderes deben Predicar con el ejemplo, y las empresas deberían integrar métricas de salud en sus estrategias principales. No se trata sólo de ventajas; se trata de redefinir fundamentalmente el éxito.
Los líderes deben cultivar una cultura que dé prioridad a la salud y el bienestar mediante la implementación de políticas que promuevan el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y fomenten conversaciones abiertas sobre la salud mental. Proporcionar recursos y apoyo a las familias de los empleados es crucial. Pensemos en una madre que sólo puede ser verdaderamente feliz si sus hijos están bien, o en un padre que lucha por funcionar en el trabajo debido al alcoholismo de su cónyuge. Nuestra salud se ve profundamente afectada por los miembros de nuestra familia, por lo que la atención debe centrarse en apoyar a las familias en su conjunto, no solo a los individuos.
Invertir en formación y desarrollo: Es vital dotar a los directivos de las habilidades necesarias para detectar y apoyar la salud y el bienestar de sus equipos. Los programas de capacitación centrados en el manejo del estrés, la resolución de conflictos y el refuerzo positivo pueden ayudar a los gerentes a crear un ambiente de trabajo más saludable.
Además, los programas de desarrollo del liderazgo deben enfatizar la importancia de la inteligencia emocional (EQ) y el bienestar para lograr los objetivos organizacionales. El EQ está en declive, lo que genera riesgos importantes para las empresas. Las investigaciones muestran una caída constante en las puntuaciones de EQ, particularmente en la autorregulación y la conciencia emocional, lo que resulta en una menor motivación, un mayor estrés y una mayor rotación (Six Seconds) (Korn Ferry | Consultoría organizacional). Los líderes que carecen de un fuerte coeficiente intelectual son especialmente peligrosos, ya que crean entornos laborales tóxicos y reducen la productividad y la moral. Invertir en capacitación en EQ es esencial para el éxito organizacional y el bienestar de los empleados en el entorno laboral que cambia rápidamente.
Impacto de Medición: Para garantizar que las iniciativas de salud sean efectivas, las organizaciones deben realizar un seguimiento del impacto. Esto implica establecer objetivos claros, recopilar datos sobre resultados de salud (teniendo en cuenta la privacidad de los datos) y utilizar esta información para perfeccionar estrategias. Herramientas como encuestas a empleados y evaluaciones de salud pueden proporcionar información valiosa.
Colaboración con las partes interesadas: Mejorar la salud de los empleados requiere la colaboración entre empleadores, empleados, formuladores de políticas y proveedores de atención médica. Los empleadores pueden trabajar con gobiernos locales y organizaciones de salud para desarrollar programas de salud integrales. Además, involucrar a los empleados en el diseño y la implementación de estos programas puede aumentar su efectividad y aceptación.
Los empleados más sanos contribuyen a familias, comunidades y economías más saludables. La reducción de los costos de atención médica, el aumento de la productividad y la mejora de la calidad de vida son solo algunos de los resultados positivos. Además, a medida que las empresas lideran el camino en la promoción de la salud y el bienestar, establecer un estándar para que otros lo sigancreando un efecto dominó que puede transformar a las personas y las sociedades.