Reseña de la pasarela, desfile de moda y colección de prêt-à-porter de Burberry Resort 2025: el gran encubrimiento de Daniel Lee

En Yorkshire, una cosa con la que puedes contar es la lluvia.

Daniel Lee creció no lejos de la fábrica de Burberry en Castleford, donde se confeccionan sus emblemáticas gabardinas. Para su colección de resort, celebró la experiencia de la marca en ropa exterior con abrigos y chaquetas diseñados para resistir el temperamental clima británico.

“Es bueno tomar la idea icónica de una gabardina y casi usarla como un lienzo en blanco para darle textura, para darle tratamiento”, dijo Lee mientras recorría los looks en la sala de exposición de Burberry en París.

Presentó los cuadros clásicos de la casa en tonos paisajísticos de verde o marrón sobre una tela de mezcla de lino granulada, que se usó para abrigos impecables para él y para ella, pantalones cargo y vestidos camiseros con cinturón y cuellos inspirados en gabardinas.

“Feminiza algo que, en última instancia, se siente bastante masculino”, comentó el diseñador.

Las margaritas se cortaron con láser en abrigos y pantalones acampanados hechos de gamuza con un revestimiento repelente al agua, ideal para hacer glamping en Glastonbury, mientras que para los climas del norte, había abrigos peludos y chaquetas bomber hechas de piel de oveja con un motivo de cuadros diagonales.

Se utilizó una variedad de tratamientos para impermeabilizar la ropa de trabajo clásica, incluidas las chaquetas de aviador con el nombre de Burberry tejido en la cintura. Entre los favoritos de Lee se encontraba un abrigo de algodón unido con capas de tejido técnico y teñido en prenda para darle una sensación de uso desgastado.

“Estas son prendas que puedes guardar en un estuche, en una bolsa, tirar al suelo y no se sienten demasiado valiosas. Para mí, ese es realmente el espíritu de Burberry”, dijo.

La técnica de teñido de prendas se aplicó a todo, desde suéteres de cachemira hasta chaquetas enceradas, canalizando el esnobismo invertido de los trajes gastados de un terrateniente rural británico.

Mientras tanto, los clientes habituales de Savile Row apreciarán la sastrería clásica con tejidos tradicionales de la ropa masculina o los chaquetones con un mosaico de tweed y lana en espiga.

Si a la colección le faltaba el dinamismo de sus esfuerzos en la pasarela, Lee se aseguró de agregar algunas piezas más direccionales, como chaquetas de piel de oveja de las que brotaban zarcillos tubulares en el cuello y las mangas. Al igual que sus versiones actualizadas de la blusa con lazo, ofrecían una versión divertida de las cintas retorcidas del papel de regalo.

Pero con la lluvia aún azotando la capital francesa de cara al verano, esta alineación fue un argumento convincente para parecerse a esos británicos sensatos y ponerse una capa extra.