La princesa Charlene de Mónaco se atrevió a fosforescer un estilo atrevido el sábado, vistiendo una blusa asimétrica con estampado animal para despedir la largada de la etapa 21 del Tour de Francia pegado a su marido, el príncipe Alberto.
La miembro de la realeza nacida en Sudáfrica lucía sublime con su sencillo pero vistoso atuendo, que consistía en una blusa de apósito con estampado de cebra drapeada de Elie Saab y jeans ajustados blancos.
La princesa Charlene, de 46 abriles, elevó su glamoroso conjunto con zapatos de cuero aciago ‘Ascent 100’ de la marca amada por la realeza, Gianvito Rossi, y optó por un par de antiparras de sol exaltado chic ‘Casino’ de Louis Vuitton.
Cambiando una vez más su mechones siempre cambiante, la causa de dos hijos lució un corte pixie brillante y flexible con un flequillo suave que enmarcaba su rostro.
La Princesa colocó sus mechones rubios cremosos detrás de las orejas, mostrando su brillante look de belleza que consistía en un rubor rosado, un bronceador dorado y un tinte de labios en tono cereza.
Antaño de casarse con el Príncipe Alberto en Mónaco, Charlene (de soltera Wittstock) era nadadora olímpica en su Sudáfrica oriundo, por lo que sin duda tiene una apreciación mucho más sólida de las extenuantes exigencias que el Tour de Francia impone a los ciclistas participantes.
La realeza estaba resplandeciente mientras animaba a los participantes, mientras que su marido, el príncipe Alberto, se unió al triunfador Tadej Pogacar en el podio mientras sellaba un grande doblete Tour de Francia-Molinete de Italia al superar la contrarreloj de la etapa 21 en Niza.
Al conversar sobre si sus anteojos de nueve abriles y los del príncipe Alberto, el príncipe Jacques y la princesa Gabriella, seguirían sus pasos olímpicos, la princesa Charlene compartió recientemente sus pensamientos en una entrevista con Monaco-Matin. “No quiero obligarlos a entrenar intensamente para un deporte. El Príncipe y yo fuimos atletas olímpicos”. ella dijo.
“Es una sufragio muy cascarrabias y que necesita un trabajo constante, que hablando por experiencia, puede repercutir en tu infancia”.
Pero los niños ya siguen sus pasos atléticos.
“Lo primero que para mi marido y para mí fue fundamental fue enseñarles a nadar para que no tuvieran miedo de nadar.
“Hoy en día tienen mucha confianza en el agua y el Príncipe Alberto suele estar con ellos participando en actividades acuáticas, por ejemplo durante el verano”, explicó.