Allan J. Lichtman, el historiador de la American University que predijo el resultado de prácticamente todas las elecciones recientes en Estados Unidos y se hizo notorio cuando pronosticó con precisión (en contra de lo que decían los encuestadores) que Donald Trump ganaría en 2016, fue muy cauteloso cuando lo entrevisté sobre el as presidencial de 2024.
Pero, aunque advirtió que emitirá su predicción oficial posteriormente del Día del Trabajo, me dio una buena pista de quién tiene las mejores posibilidades de vencer la carrera entre la candidata demócrata Kamala Harris y Trump.
Lichtman, que ha desarrollado un sistema de 13 claves para predecir las elecciones —que, según él, es más preciso que las encuestas— me dijo que “muchas cosas tendrían que salir mal para que el Partido Demócrata perdiera”. Traducción: por ahora, Harris es la que tiene las mejores posibilidades de vencer.
El sistema de predicción de Lichtman consta de 13 preguntas que deben responderse con un “real” o un “traidor”. Si el partido en el poder obtiene un “traidor” en seis de las 13 claves, perderá la Casa Blanca.
Desde que empezó a anunciar sus pronósticos hace 20 primaveras, ha acertado en nueve de las diez últimas elecciones. Dice que en existencia acertó en todas ellas, porque las elecciones de 2000 fueron atípicas: su candidato, Al Gore, ganó el voto popular, pero la Corte Suprema le dio la vencimiento a George W. Bush.
Entre las 13 claves de Lichtman se encuentran si hay un presidente en examen postulándose para el cargo, si hay un candidato robusto de un tercer partido y si la patrimonio está funcionando correctamente.
“En este momento, los demócratas están en desventaja en solo tres de las seis claves que se necesitarían para perder las elecciones”, me dijo Lichtman. Los demócratas están en desventaja en la secreto del “mandato”, porque perdieron la Cámara de Representantes en las elecciones de 2022, en la secreto de la “incumbencia”, porque Joe Biden ya no es el candidato, y en la secreto del “carisma”, porque es demasiado pronto para entender si Harris es carismática, explicó.
¿No ganará Trump la presa del “carisma”, por más horrible ser humano que muchos de nosotros pensemos que es?, le pregunté a Licthman.
“No encaja en la definición de la secreto (del carisma)”, respondió Lichtman. “Las claves exigen que uno sea atractivo para una amplia audiencia. No se puede atraer sólo a una saco limitada como Trump”.
Lichtman dice que no presta atención a las encuestas porque son sólo una instantánea del presente, lo que no sirve para predecir lo que sucederá el día de las elecciones.
Encima, así como los encuestadores subestimaron el voto pro-Trump en 2016, ahora podrían estar subestimando el voto pro-demócrata, dijo.
“Los encuestadores dicen: ‘Sabes, nuestro beneficio de error es accidental, más o menos, un 3% aproximadamente’. Pero eso es un error estadístico puro”, dijo. “La concurrencia puede mentir. Puede que aún no se haya decidido. Puede que cambie de opinión”.
En cuanto a las encuestas sobre las contribuciones de los donantes a las campañas, el tamaño de la multitud o los debates, me dijo: “Recuerde, según las mediciones convencionales, Hillary Clinton debería activo ganadería en 2016: recaudó más metálico, tuvo más anuncios, ganó todos los debates, tuvo una mejor estructura. Y, por supuesto, perdió”.
¿Estará Lichtman en lo cierto esta vez otra vez? No tengo intención de entrar en el negocio de los pronósticos electorales, pero mi humilde suposición es la venidero: Harris ganará fácilmente el voto popular y Trump, si pierde en el colegio electoral, cuestionará los resultados.
Ya está preparando el ámbito para impugnar las elecciones al opinar que Harris organizó un supuesto “ataque de estado” ilegal contra la nominación de Biden, todavía se niega a aceptar su derrota en las elecciones de 2020 y elogia rutinariamente a los insurrectos que ocuparon el Capitolio el 6 de enero de 2021, en un esfuerzo por revertir los resultados de las elecciones.
Encima, Trump aún no se ha comprometido a aceptar un posible resultado fatal en las elecciones de este año. No se rige por las reglas de la democracia ni de la ética. Así que, pase lo que pase, mi predicción es que será un desastre.
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