Mientras los planes de sacar a Shein a bolsa en Londres (una oferta pública inicial de £50 mil millones) parecen volverse más reales, el British Fashion Council (BFC) se está uniendo al coro de aquellos preocupados por el acuerdo. Como reveló en los medios británicos, Caroline Rush, directora ejecutiva de la Cámara de la Moda Británica, dijo: “En un momento en que los líderes de la moda del mundo están, con razón, centrados en hacer que nuestra industria sea más sostenible social, ambiental y económicamente, el cortejo del gobierno hacia Shein para incluirla en la lista en la Bolsa de Valores de Londres, y la decisión de Shein de hacerlo, es motivo de considerable preocupación para los diseñadores y minoristas de moda del Reino Unido”.
Foto: Cámara de la Moda Británica
Carolina Rush
Mathias Bolton, jefe de comercio de UNI Global Union (Federación Internacional de Sindicatos del Sector de Servicios), dijo a The Guardian: “Shein no debería ser recompensada con la credibilidad de cotizar en la City o en cualquier otro lugar, dada la falta de transparencia en el cadena de suministro e informes impactantes de graves violaciones laborales”.
Alena Ivanova, activista de Labor Behind the Label (una organización cooperativa sin fines de lucro con sede en Bristol que lucha por los derechos de los trabajadores en la industria textil), expresó la consternación de su organización tras enterarse de la inminente salida a bolsa de Shein en el Reino Unido. Entre las razones se encontraban la falta de transparencia sobre su cadena de suministro y preocupaciones éticas, incluidas acusaciones de trabajo forzoso en la región uigur de China y un “enfoque descuidado en la apropiación del diseño”.
Según informes de The Sunday Times, Shein utiliza la práctica de enviar por vía aérea pedidos empaquetados individuales directamente desde los almacenes chinos a los hogares de los consumidores para reducir los derechos de importación (12% en el caso de la ropa).
La semana pasada, el grupo de moda ultrarrápida fundado en China y ahora con sede en Singapur, anunció que estaba listo para presentar un prospecto a la FCA-Financial Conduct Authority, el regulador financiero británico, en breve, a más tardar en junio. La presentación se realizará en forma de Oferta Pública Inicial “confidencial” (IPO-Oferta Pública Inicial), que permite a las empresas que buscan cotizar una mayor flexibilidad y la capacidad de retener información sobre estrategias futuras antes de cotizar.
Ya hay rumores de que Shein no cumple con el requisito mínimo del 25% de capital flotante para empresas constituidas fuera del Reino Unido, factor que la excluiría del índice FTSE 100.
La colocación se produciría después de que el Reino Unido alcanzara en 2023 su nivel más bajo en décadas en términos de recaudación a través de OPI (alrededor de mil millones de dólares, según informó Bloomberg).
En noviembre pasado, Shein intentó iniciar el proceso de cotización en EE.UU. presentando un documento confidencial a los reguladores estadounidenses, pero un grupo bipartidista de legisladores pidió a la SEC (Comisión de Bolsa y Seguridad de EE.UU.) que bloqueara la oferta hasta que se comprobara que la empresa no utiliza trabajo forzado. Shein no posee ni opera ninguna planta de fabricación, pero depende de unos 5.400 fabricantes externos, principalmente en China.
Mientras los planes de sacar a Shein a bolsa en Londres (una oferta pública inicial de £50 mil millones) parecen volverse más reales, el British Fashion Council (BFC) se está uniendo al coro de aquellos preocupados por el acuerdo. Como reveló en los medios británicos, Caroline Rush, directora ejecutiva de la Cámara de la Moda Británica, dijo: “En un momento en que los líderes de la moda del mundo están, con razón, centrados en hacer que nuestra industria sea más sostenible social, ambiental y económicamente, el cortejo del gobierno hacia Shein para cotizar en la Bolsa de Valores de Londres, y la decisión de Shein de hacerlo, es motivo de considerable preocupación para los diseñadores y minoristas de moda del Reino Unido”.
Mathias Bolton, jefe de comercio de UNI Global Union (Federación Internacional de Sindicatos del Sector de Servicios), dijo a The Guardian: “Shein no debería ser recompensada con la credibilidad de cotizar en la City o en cualquier otro lugar, dada la falta de transparencia en el cadena de suministro e informes impactantes de graves violaciones laborales”.
Alena Ivanova, activista de Labor Behind the Label (una organización cooperativa sin fines de lucro con sede en Bristol que lucha por los derechos de los trabajadores en la industria textil), expresó la consternación de su organización tras enterarse de la inminente salida a bolsa de Shein en el Reino Unido. Entre las razones se encontraban la falta de transparencia sobre su cadena de suministro y preocupaciones éticas, incluidas acusaciones de trabajo forzoso en la región uigur de China y un “enfoque descuidado en la apropiación del diseño”.
Según informes de The Sunday Times, Shein utiliza la práctica de enviar por vía aérea pedidos empaquetados individuales directamente desde los almacenes chinos a los hogares de los consumidores para reducir los derechos de importación (12% en el caso de la ropa).
La semana pasada, el grupo de moda ultrarrápida fundado en China y ahora con sede en Singapur, anunció que estaba listo para presentar un prospecto a la FCA-Financial Conduct Authority, el regulador financiero británico, en breve, a más tardar en junio. La presentación se realizará en forma de Oferta Pública Inicial “confidencial” (IPO-Oferta Pública Inicial), que permite a las empresas que buscan cotizar una mayor flexibilidad y la capacidad de retener información sobre estrategias futuras antes de cotizar.
Ya hay rumores de que Shein no cumple con el requisito mínimo del 25% de capital flotante para empresas constituidas fuera del Reino Unido, factor que la excluiría del índice FTSE 100.
La colocación se produciría después de que el Reino Unido alcanzara en 2023 su nivel más bajo en décadas en términos de recaudación a través de OPI (alrededor de mil millones de dólares, según informó Bloomberg).
En noviembre pasado, Shein intentó iniciar el proceso de cotización en EE.UU. presentando un documento confidencial a los reguladores estadounidenses, pero un grupo bipartidista de legisladores pidió a la SEC (Comisión de Bolsa y Seguridad de EE.UU.) que bloqueara la oferta hasta que se comprobara que la empresa no utiliza trabajo forzado. Shein no posee ni opera ninguna planta de fabricación, pero depende de unos 5.400 fabricantes externos, principalmente en China.
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