Después de una dura derrota por 1-0 ante Colombia en la semifinal de la Copa América el miércoles por la noche en el Bank of America Stadium en Charlotte, Carolina del Norte, alrededor de una docena de jugadores de fútbol de la selección nacional de Uruguay entraron a las gradas y se pelearon con algunos de los fanáticos presentes.
El altercado duró varios minutos hasta que los miembros del equipo de seguridad del estadio disolvieron la trifulca. Los jugadores de la selección uruguaya denunciaron que los aficionados rivales amenazaron a sus familiares que estaban viendo el partido, lo que provocó que los jugadores subieran a las gradas. Entre los participantes se encontraban uno de los jugadores estrella de Uruguay, Darwin Núñez, y el capitán del equipo, José María Giménez.
Giménez afirmó que los aficionados fueron los agresores y que los jugadores entraron a las gradas para proteger y defender a sus familias.
“Déjenme decirles algo antes de que los interrumpan porque no nos dejan hablar por el micrófono. No quieren que diga nada sobre lo que está pasando, pero esto es un desastre”, dijo Giménez después del altercado en las gradas. “Por favor, tengan cuidado, nuestras familias están en las gradas, hay pequeños bebés recién nacidos. Fue un desastre. No había policías y tuvimos que defender a nuestras familias”.
“Esto es culpa de dos o tres personas que se han pasado con el trago y no saben beber”, dijo Giménez.
La CONMEBOL, organizadora de la Copa del Mundo y entidad rectora del fútbol sudamericano, condenó el incidente y anunció que iniciará una investigación sobre el incidente.
“CONMEBOL condena enérgicamente cualquier acto de violencia que afecte al fútbol”, afirmó la organización en un comunicado difundido después del partido. “Nuestro trabajo se basa en la convicción de que el fútbol nos conecta y nos une a través de sus valores positivos”.
Además, tras finalizar el partido se produjo un enfrentamiento entre jugadores de ambos equipos en el terreno de juego, lo que supuso el punto final de un partido tenso y muy disputado entre los equipos de los países sudamericanos.
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Marcelo Bielsa, entrenador de Uruguay, habló sobre el altercado en una conferencia de prensa posterior al partido. Reconoció que hubo hostilidades entre los jugadores, pero pensó que todo terminó una vez que terminó el partido.
“Pensé que el incidente terminó con una discusión en el centro del campo y cuando vi que eso estaba sucediendo, me fui al vestuario”, dijo Bielsa. “Pensé que estaban agradeciendo a los fanáticos por su apoyo. Pero luego me enteré de que había algunos problemas allí, lamentablemente”.