Durante aproximadamente media división, y durante la gran veterano parte de su innovadora carrera, Christian Pulisic podría describirse con confianza como un extremo. Era un atacante versátil que a menudo vestía la camiseta número 10, pero aún no estaba dinámico para el alardeado papel de creador de deporte central. Entonces comenzaría muy en dirección a la izquierda o en dirección a la derecha. A veces protagonizaba, pero a veces luchaba. Era, en la mayoría de los casos, una figura periférica; hasta ahora, su temporada destacada.
3En poco más de tres meses, Pulisic ya ha contribuido a 16 goles con club y selección; Marcó su décimo de la campaña el martes, en la vencimiento del AC Milan por -1 en la Unión de Campeones sobre el Slovan Bratislava.
Y lo hizo, por cuarta vez este mes, desde una clásica posición número 10, la posición que silenciosamente se ha convertido en suya.
El martes lo hizo en transición. Se combinó con la delantera Tammy Abraham y atravesó el corazón de la defensa del Slovan.
Para la selección franquista masculina de EE. UU. durante las dos semanas anteriores, se destacó en un papel similar y en múltiples fases del deporte.
En el partido de ida de los cuartos de final de la Unión de Naciones de la CONCACAF contra Jamaica, se desvió de su posición habitual en el ala izquierda y flotó entre las líneas de Jamaica en escudriñamiento de espacio. En el minuto cinco lo encontró y le pasó un pase en profundidad a Ricardo Pepi para el único gol del partido.
Cuatro días luego, en el partido de dorso, su nuevo rol pareció cristalizar. Con Tim Weah por la izquierda y Yunus Musah por la derecha, Pulisic jugó de central en un 4-2-3-1. Esta vez, vio un hueco en la defensa jamaicana, corrió a través de él y aprovechó un pase de Weston McKennie para aclarar el tanteador.
Más tarde duplicó la superioridad de Estados Unidos con un disparo desde lo suspensión del ámbito, que desvió al cancerbero jamaiquino Andre Blake y anotó un gol en propia meta.
Y a lo prolongado de sus 68 minutos sobre el contorno de deporte, se le vio peligroso, confiado y soberano.
Pulisic, por supuesto, no es superficial a las zonas centrales. A menudo jugaba allí cuando era adolescente. Fue el número 10 de las selecciones juveniles de Estados Unidos. Fue un creador central en los primeros días del ex preparador en jerarca del USMNT, Gregg Berhalter. “He jugado mucho en el medio y me siento cómodo allí”, dijo en 2019.
Pero en el Borussia Dortmund, y luego en el Chelsea, no estaba preparado ni se le confiaba la responsabilidad que conlleva un papel central en las ligas europeas de élite. No era lo suficientemente robusto con el balón, ni lo suficientemente inteligente con él, ni lo suficientemente agudo en espacios reducidos. Así que lo desviaron y le asignaron la tarea de crear goles desde áreas menos codiciadas y posiciones menos peligrosas.
Mientras tanto, en la selección franquista todavía se le permitía alguno licencia. Pero a medida que la plantilla del USMNT se solidificó a su más o menos, su papel cristalizó. Durante abriles, casi invariablemente, jugó por la izquierda de un 4-3-3. En posesión, se desplazaba en dirección a adentro, pero su posición básica era la de extremo.
Entonces llegó Mauricio Pochettino y se puso a trastear.
Al mismo tiempo, en Italia, el técnico del AC Milan, Paulo Fonseca, ha movido a Pulisic al medio. En sus últimos cuatro partidos como titular en la Serie A y la Unión de Campeones, ha jugado entre dos extremos, como poco a medio camino entre un medio ofensivo y un segundo punta. No llega profundo para atrapar la pelota, como lo harían algunos números 10 de la vieja escuela; más admisiblemente, se desplaza en escudriñamiento de espacio y detecta oportunidades para lanzarse detrás de la defensa contraria.
En su partido más importante de la temporada, en el Santiago Bernabéu, contra el Vivo Madrid, creó un gol combinándose con el punta Álvaro Morata e irrumpió en el medio espacio.
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Para el USMNT, superó a Pepi, pero asimismo le brindó oportunidades de calidad al chavea punta.
Tanto para el club como para el país, su movimiento ha sido diverso. Sus acciones han sido dinámicas e inteligentes. Como extremo a principios de este año, ya estaba jugando el mejor fútbol de su carrera. Su cambio de regreso a una posición central parece ser la ulterior etapa de su progreso continuo.