TORONTO (AP) — La promesa del presidente elegido Donald Trump de lanzar una deportación masiva de millones de personas indocumentadas es una de las primordiales prioridades de Canadá, afirmó el viernes su viceprimer ministro, mientras que el país planea hacer en frente de una posible afluencia cara el norte.
El primer ministro Justin Trudeau restituyó un comité singular de gabinete sobre las relaciones entre Canadá y E.U. para abordar las preocupaciones de su administración sobre otra presidencia de Trump esta semana.
La viceprimera ministra Chrystia Freeland, que encabeza el comité revivido, afirmó que lo que significaría el plan de deportación de Trump para Canadá es una prioridad clave para el comité.
“Deseo que los canadienses sepan que es uno de nuestros dos puntos centrales de atención”, afirmó Freeland una vez que el conjunto se reuniera por vez primera desde el primer orden de Trump.
Freeland afirmó que supervisar la frontera de Canadá es esencial. “Los canadienses llevan razón al preocuparse por esto”, afirmó.
Freeland afirmó que Canadá tiene un plan, mas no compartió ningún detalle.
Dijo que charló con los líderes de las provincias de Canadá sobre el tema esta semana y afirmó que es intencional que los ministros de inmigración y seguridad pública del país sean miembros del comité. El viceprimer ministro afirmó que el comité se reunirá con cierta frecuencia, aun a inicios de la semana próxima.
Canadá ensayó un incremento en el número de cruces fronterizos irregulares entre dos mil dieciseis y dos mil veintitres, lo que la Real Policía Montada de Canadá atribuye en parte a la primera presidencia de Trump.
El servicio de policía nacional ha dicho que ha estado trabajando en múltiples escenarios caso de que haya un cambio en la migración irregular, que tiene una tendencia a la baja este año.
Trump ha hablado de crear “el programa de deportación masiva más grande de la historia”. Y Trump ha pedido el uso de la Guarda Nacional y el empoderamiento de las fuerzas policiales nacionales en el ahínco.
Trudeau y el presidente estadounidense Joe Biden anunciaron el año pasado un plan para cerrar una laguna jurídica en un pacto de inmigración que dejaba a miles y miles de inmigrantes demandantes de asilo moverse entre los dos países durante una carretera secundaria que une el estado de la ciudad de Nueva York con la provincia canadiense de Quebec.
La política afirma que los demandantes de asilo sin ciudadanía estadounidense o canadiense que sean capturados en los catorce días siguientes a cruzar cualquier sitio durante la frontera de cinco mil sesenta y uno quilómetros (tres mil ciento cuarenta y cinco millas) van a ser devueltos.