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¿El trabajo más duro en Washington? Una mirada a quienes han servido como jefe de gabinete de Trump

WASHINGTON (AP) — Susie Wiles va a ser la última ocupante del banquillo más candente de Washington: la jefe de gabinete de Donald Trump.

Es un trabajo bastante difícil en las mejores circunstancias, responsable de establecer contactos con legisladores, funcionarios de la administración y conjuntos externos y, al tiempo, sostener el buen funcionamiento de la Casa Blanca.

Pero ha sido particularmente desafiante bajo Trump, quien tiene un historial de resentirse con cualquiera que intente imponer orden en su embrollado estilo de administración. 4 personas sirvieron como jefe de gabinete a lo largo de su primer orden y, en ocasiones, las cosas acabaron en términos amargos.

¿Va a ser el pasado un prólogo? Es imposible saberlo. Hasta el momento, a Wiles le ha ido mejor que a la mayor parte en la órbita de Trump, y sencillamente dirigió su campaña presidencial cara la victoria.

He acá una ojeada a quién vino ya antes que .

Reince Priebus

Priebus encabezó el Comité Nacional Republicano mientras que Trump se postuló para presidente en dos mil dieciseis y se transformó en el primer jefe de gabinete de Trump en la Casa Blanca. Priebus simbolizaba la incómoda coalición entre el establishment del partido y la insurgencia de Trump, y luchó por compensar las dos cosas.

La Casa Blanca estuvo infestada de luchas internas y no consiguió avanzar en objetivos legislativos como la derogación de la Ley de Atención Médica Accesible. A veces, múltiples facciones que competían por el favor de Trump estimaban que Priebus no era digno de confianza. Anthony Scaramucci, quien recordable mas concisamente fue directivo de comunicaciones de Trump, lo atacó profanamente por aparentemente filtrar información a los medios.

Seis meses tras su primer orden, Trump expulsó a Priebus el veintiocho de julio de dos mil diecisiete. La resolución se anunció en Twitter, lo que era normal en esos años tumultuosos.

John Kelly

El siguiente fue Kelly, quien había sido el primer secretario de Seguridad Nacional de Trump. A Trump le agradó la manera en que Kelly, un ex general de la Infantería de Marina de 4 estrellas que había servido en Irak, dirigió su ofensiva contra la inmigración.

Pero pronto se sintió frustrado por los intentos de Kelly de imponer un orden de estilo militar en la embrollada Casa Blanca. Kelly chocó con el presidente y ciertos de sus aliados y por último quedó más apartado y menos influyente.

Trump parecía tan deseoso por deshacerse de Kelly que anunció su salida el ocho de diciembre de dos mil dieciocho, sin tener un remplazo preparado.

Si bien Kelly cumplió más tiempo en el cargo que absolutamente nadie, su rotura con Trump fue, en último término, la más enconada. El mes pasado describió a su exjefe en términos ácidos, diciendo que Trump cumplía con la definición de fascista y una vez encomió a Adolf Hitler por haber hecho “ciertas cosas buenas”.

Michael Mulvaney

A Trump le tomó días decidirse por un remplazo para Kelly, un retraso infrecuente para un papel tan crítico. Escogió a Mulvaney, un ex miembro del Congreso de Carolina del Sur que en ese instante dirigía la oficina de presupuesto de la Casa Blanca.

La resolución llegó con un asterisco: Trump llamó a Mulvaney su jefe de gabinete “interino”, insinuando que el puesto sería temporal.

Mulvaney abandonó el riguroso enfoque de administración de Kelly y decidió “dejar que Trump sea Trump”. En vez de administrar al supuestamente inmanejable presidente, Mulvaney se centró en inspeccionar al personal y trabajar con los legisladores.

Ocupó el cargo a lo largo de poco más de un año y dejó el cargo el seis de marzo de dos mil veinte, una vez que Trump fuera exculpado en su primer juicio político.

Marcos Prados

Trump recurrió a Meadows, un miembro del Congreso de Carolina del Norte y líder del derechista House Freedom Caucus, a fin de que fuera su cuarto jefe de gabinete. Fue una temporada bastante difícil, con el coronavirus propagándose en los U.S.A. y en el mundo entero.

Considerado a lo largo de un buen tiempo como uno de los obstáculos para llegar a pactos en el Congreso, Meadows desempeñó un papel de liderazgo en la negociación de legislación de ayuda para la pandemia. Asimismo probó ser fiel cuando Trump se postuló para la reelección contra Joe Biden. Meadows inspeccionó una Casa Blanca anegada de teorías de conspiración sobre fraude electoral mientras que Trump procuraba revertir su derrota.

Un ex asistente afirmó que Meadows a menudo quemaba papeles en la chimenea de su oficina a lo largo de este tiempo. Meadows se negó a colaborar con un comité de la Cámara de Representantes que estudiaba el ataque del seis de enero al Capitolio de U.S.A. y fue acusado de casos relacionados con las elecciones en Georgia y Arizona. Se declaró inocente.