WASHINGTON – Cuando Donald Trump aceptó el cargo en dos mil diecisiete, de forma inmediata emitió una provocativa orden ejecutiva que prohibía los viajes desde países en mayoría musulmana, lo que provocó caos, confusión y una avalancha de demandas que acabaron en la Corte Suprema.
Si gana las elecciones de noviembre, se ha comprometido a continuar un rumbo afín en otra propuesta política polémica: poner punto y final a la ciudadanía por nacimiento.
En mayo del año pasado, Trump publicó un vídeo de campaña renovando su llamado a poner punto y final a este derecho constitucional de larga data, diciendo que firmaría una orden ejecutiva el primero de los días de su presidencia que garantizaría que los pequeños nacidos de progenitores que no tienen estatus legal en los EE.UU. no van a ser considerados ciudadanos estadounidenses.
“E.U. es uno de los únicos países del planeta que afirma que aun si ninguno de los progenitores es ciudadano o está legalmente en el país, sus futuros hijos son ciudadanos automáticos en el instante en que los progenitores invaden nuestro suelo”, afirmó Trump en el vídeo.
Durante un buen tiempo se ha entendido que la ciudadanía por nacimiento es un requisito en razón de la 14ª Enmienda de la Constitución, que establece: “Todas y cada una de las personas nacidas o naturalizadas en los E.U., y sostienes a su jurisdicción, son ciudadanos de los E.U.”. El lenguaje se incluyó en la enmienda constitucional decretada tras la Guerra Civil para asegurar que los ex esclavos negros y sus hijos fuesen reconocidos como ciudadanos.
Los juristas de todas y cada una de las tendencias ideológicas han entendido generalmente que la oración se explica por sí sola, mas eso no ha impedido que ciertos defensores de la inmigración presionen por una interpretación opción alternativa.
“El pleito es una certeza”, afirmó Omar Jadwat, letrado de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles que asimismo participó en el reto de la prohibición de viajar.
“Está de manera directa contra la 14ª Enmienda”, agregó. “Esencialmente, sería un intento de derruir una de las protecciones constitucionales esenciales que ha sido una parte clave de este país”.
La Corte Suprema por último confirmó una versión suavizada de la prohibición de viajar de Trump, remitiéndose a la autoridad del presidente en cuestiones de seguridad nacional, mas aun los partidarios de la ciudadanía por nacimiento admiten que el plan de Trump encararía una batalla cuesta arriba potencialmente inmejorable.
“Es una cosa que la Corte Suprema bien podría decidir contra el presidente si este diese este paso”, afirmó Mark Krikorian, director del Centro de Estudios de Inmigración, que apoya la idea. Su conjunto está en favor de límites rigurosos a la inmigración.
Si Trump pierde ese caso, entonces el próximo paso está claro, añadió: sería preciso hacer un esmero para comenzar el bastante difícil proceso de corregir la Constitución.
Un portavoz de la campaña de Trump se negó a comentar sobre el plan, señalando el anuncio original del expresidente.
Según la propuesta de Trump, por lo menos uno de los progenitores debería ser ciudadano o residente legal a fin de que un pequeño reciba la ciudadanía por nacimiento. Señaló en su vídeo que la política no se aplicaría de modo retroactivo.
La orden, afirmó Trump, asimismo abordaría el llamado “turismo de nacimiento”, una situación en la que los republicanos aseveran que las personas visitan E.U. cara el final del embarazo para cerciorarse de que el pequeño nazca como ciudadano estadounidense.
No está claro precisamente cuántos pequeños nacen al año en E.U. de progenitores los dos indocumentados o cuántos de ellos podrían describirse como “turistas de nacimiento” conforme la formulación de Trump.
El conjunto de Krikorian ha dicho previamente que podrían nacer hasta cuatrocientos pequeños al año de progenitores indocumentados y miles y miles de pequeños nacidos a resultas del turismo de natalidad de año en año.
El Consejo Estadounidense de Inmigración, un conjunto de derechos de los inmigrantes, afirmó que no tiene cifras precisas, mas apuntó que en la actualidad se calcula que hay tres con siete millones de pequeños nacidos en E.U. que tienen por lo menos uno de sus progenitores indocumentado, una cantidad derivada de los datos del censo estadounidense.
Un portavoz de los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de E.U., la agencia federal que se encarga de las cuestiones de ciudadanía, rechazó hacer comentarios.
Trump se había comprometido a poner punto y final a la ciudadanía por nacimiento cuando se postuló por vez primera para la presidencia en dos mil quince y volvió a proponerla en dos mil dieciocho. Mas jamás emitió una orden ejecutiva.
En ese instante, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, asimismo republicano, descartó la idea y dijo: “No se puede hacer algo como esto a través de una orden ejecutiva”.
A pesar de la promesa de Trump, el plan para poner punto y final a la ciudadanía por nacimiento no se mienta particularmente en el documento de la plataforma republicana de dos mil veinticuatro, que incluye un capítulo titulado “Sellar la frontera y detener la invasión de inmigrantes”.
La plataforma incluye un lenguaje que promete “priorizar la inmigración basada en méritos” y poner punto y final a la migración en cadena, un término usado para referirse a personas que tienen ciudadanía estadounidense y después utilizan su estatus para asistir a otros miembros de la familia a ingresar al país.
Ken Cuccinelli, quien ocupó un alto cargo en el Departamento de Seguridad Nacional a lo largo de la primera administración Trump, afirmó que la propuesta es “apropiada y manejable desde una perspectiva política”, mas no respondió a más preguntas sobre de qué forma podría incorporarse legalmente.
Cuccinelli escribió el capítulo sobre cuestiones relacionadas con la inmigración que se incluyó en el Proyecto dos mil veinticinco, una propuesta de plan de actuación para una segunda administración Trump emitida por la conservadora Heritage Foundation. Su sección no mentó la ciudadanía por nacimiento.
‘Mito histórico’
“Como han señalado muchos académicos, esta política actual se fundamenta en un mito histórico y una mala interpretación deliberada de la ley por la parte de los defensores de las fronteras abiertas”, afirmó Trump sobre la ciudadanía por nacimiento en el vídeo de su anuncio.
Pocas personas están conformes con esa evaluación.
El razonamiento legal, desarrollado por defensores antiinmigración, se centra en el lenguaje de la 14ª Enmienda que afirma que la ciudadanía por nacimiento se da a aquellos “sujetos a la jurisdicción” de los E.U..
Quienes se oponen a la ciudadanía por nacimiento afirman que el idioma quiere decir que se le niega la ciudadanía a cualquier persona cuyos progenitores no se hallen legalmente en el país.
“Difícilmente se puede decir que los extranjeros ilegales estén bajo la protección de Estados Unidos”, afirmó Christopher Hajec, letrado del Immigration Reform Law Institute, otro conjunto que apoya los límites a la inmigración.
Pero la mayor parte de los especialistas legales afirman que el lenguaje de jurisdicción solo se refiere a personas que no están sostienes a la ley estadounidense, sobre todo a los diplomáticos extranjeros.
Incluso James Ho, un letrado conservador a quien Trump nombró para el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de E.U. con sede en Nueva Orleans, donde se ha ganado una reputación como agitador judicial, respalda esa opinión.
Escribió en un artículo de dos mil nueve que el lenguaje de ciudadanía de la 14ª Enmienda se aplica a “la mayoría de los hijos de extranjeros nacidos en E.U., incluyendo los inmigrantes ilegales”.
Estar en la jurisdicción de E.U. sencillamente quiere decir que las personas deben obedecer las leyes estadounidenses, afirmó Ho. “Y la obediencia, como es natural, no depende del estatus migratorio”, agregó.
La Corte Suprema jamás se ha pronunciado de manera directa sobre el tema, mas el único caso que se mienta frecuentemente en cualquier discusión sobre el tema sugirió que se suponía que las personas nacidas en E.U. tienen ciudadanía, cualquiera que sea el estatus de sus progenitores.
En ese caso de mil ochocientos noventa y ocho, llamado E.U. contra Wong Kim Ark, el tribunal decretó que un hombre nacido en la ciudad de San Francisco de progenitores los dos chinos era ciudadano estadounidense.
Los críticos de la ciudadanía por nacimiento arguyen que el fallo no abordó si los hijos de personas que ingresaron ilegalmente al país son ciudadanos estadounidenses, ya que en un caso así los progenitores habían sido aceptados legalmente.
De hecho, sugieren que el fallo supone que los hijos de personas que ingresan ilegalmente al país no tienen ciudadanía, si bien aceptan que el razonamiento puede ser bastante difícil de continuar.
“Verdaderamente hay que descifrarlo”, afirmó Hajec. “Es un razonamiento bastante complicado”.
Si Trump cumpliese con su plan de producir una orden ejecutiva desde el primero de los días, el impacto se podría sentir inmediatamente.
La campaña de Trump ha dicho que el presidente ordenaría a la Administración del Seguro Social que se niegue a producir números de Seguro Social a pequeños recién nacidos sin prueba del estatus migratorio de los progenitores. Emitiría una orden afín al Departamento de Estado en materia de pasaportes.
Krikorian, quien afirmó que no ha discutido la política con la campaña de Trump, está en favor de ese enfoque, ya que no requeriría ninguna acción por la parte del Congreso e de forma inmediata provocaría una demanda que llevaría el tema legal frente a la Corte Suprema en escaso tiempo.
En el poco probable en el caso de que el plan de Trump entrase en vigor, podría ser complicado de incorporar por el hecho de que las agencias federales no necesariamente tienen el estatus migratorio a su alcance y precisarían acceder a información no solo sobre el pequeño recién nacido sino más bien asimismo a datos de los dos. progenitores. En ocasiones, la información relevante puede ser bastante difícil de determinar, como por servirnos de un ejemplo si el otro no conoce el estado migratorio de un padre ausente.
Una portavoz de la Administración del Seguro Social apuntó que la agencia no tiene datos sobre el estatus migratorio, que debe contrastar con el Departamento de Seguridad Nacional ya antes de producir un número de Seguro Social a los inmigrantes.
Actualmente, todo cuanto se precisa para conseguir un número de Seguro Social o pasaporte es un certificado de nacimiento estadounidense.
Emma Winger, letrada del Consejo Estadounidense de Inmigración, afirmó que la propuesta de Trump afectaría a cualquier pequeño natural de E.U., ya que ahora todos y cada uno de los progenitores deberían dar un paso burocrático auxiliar para asegurar que su bebé esté registrado como ciudadano.
“Todos confían en el hecho de que si nacen acá solo precisan enseñar un comprobante de nacimiento”, afirmó. “Sería un cambio radical”.
Este artículo fue publicado originalmente en NBCNews.com