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Muchos de nosotros tenemos un monólogo interior que nos habla a lo largo del día, comentando lo que sucede a nuestro alrededor, cómo nos sentimos y cómo nos sentimos, y qué tareas debemos realizar. Este monólogo interior, controlado por un conjunto de áreas del cerebro llamadas red neuronal por defecto (RND), puede parecer muy fácil de ignorar, como cuando sucede algo emocionante que capta nuestra atención, o completamente imposible, como cuando nos sentimos deprimidos y los pensamientos no se detienen.
Cuando centramos nuestra atención en algo, ya sea un proyecto de trabajo o una hermosa puesta de sol, se apaga la DMN y se utiliza la red ejecutiva central (CEN). Una tercera red, la red de prominencia, nos ayuda a alternar entre estos dos modos de atención.
Cuando nos quedamos estancados pensando en los mismos pensamientos una y otra vez, y tenemos los mismos patrones de respuesta una y otra vez, podemos caer en estados de salud mental como la depresión y la ansiedad. Los estudios de imágenes cerebrales muestran que las personas con depresión y/o ansiedad muestran una mayor conectividad estructural y funcional tanto dentro de la red neuronal descentralizada como entre la red neuronal descentralizada y la red de prominencia. El monólogo interior se convierte en una fuente de energía que puede parecer imposible de apagar.
La facilidad con la que podemos apartar nuestra atención de nuestro monólogo interior se está investigando como un componente crítico de la viabilidad y el éxito del tratamiento de la salud mental. Por ejemplo, la hipnotizabilidad representa la facilidad con la que una persona puede entrar en un estado hipnótico y la intensidad con la que responde a las señales hipnóticas. Al igual que otras características de la población humana, sigue una distribución normal, en la que entre el 10 y el 20 por ciento son altamente hipnotizables, entre el 10 y el 20 por ciento no son muy hipnotizables en absoluto y todos los demás se encuentran en algún punto intermedio.
Aquellos que son fácilmente hipnotizables, y por lo tanto tienen más probabilidades de experimentar beneficios de la hipnosis, exhiben una conectividad más funcional entre el CEN y la red de saliencia, lo que significa que su DMN es menos dominante en sus cerebros.
Otra opción de tratamiento que está ganando popularidad son los psicodélicos. El destacado investigador de psicodélicos Robin Carhart-Harris, que acuñó el concepto de rigidez, demostró que los psicodélicos reducen la actividad de la DMN. En los estudios, cuanto más se apagaba la DMN durante el viaje, más participantes experimentaban “disolución del ego” o pérdida de la sensación de separación. En cambio, informaron una especie de “unidad” con todo lo que es.
Cuando los psicodélicos alteran la red neuronal descentralizada y la desconectan, pueden tener efectos profundos en los síntomas de salud mental y el bienestar general de las personas. En un pequeño estudio de viabilidad, 12 personas recibieron tratamiento con psilocibina para su depresión persistente. Estas personas habían probado dos o más tratamientos contra la depresión sin éxito.
Los resultados fueron sorprendentes. Todos mostraron mejoras en sus síntomas. Dos tercios de los participantes estaban libres de depresión después de una semana, y 7 de 12 todavía mostraban una mejoría en sus síntomas después de tres meses.
Carhart-Harris sostiene que los psicodélicos alteran las vías de la red neuronal convolucional (RND) ya muy utilizadas al crear un estado de “hiperplasticidad” en el cerebro, en el que pueden producirse cambios rápidos y profundos que generan nuevas vías y formas de ser. Los psicodélicos pueden ser una técnica prometedora para disolver el control férreo que tiene la RDN sobre muchas de nuestras vidas.
Si bien los psicodélicos representan un enfoque contundente para cambiar el cerebro, puedes fortalecer tu CEN y debilitar tu DMN de maneras pequeñas y cotidianas. Aquí tienes tres sugerencias:
- Cuando te encuentres atrapado en tus pensamientos, desvía tu atención. Mira fijamente al cielo, concéntrate en tu respiración o habla con un amigo. Cada vez que interrumpes tu monólogo interior, lo debilitas.
- Prioriza las actividades que te resulten naturalmente interesantes. ¿Qué actividades captan fácilmente tu atención? Cuanto más te mantengas atento, concentrado y en estado de concentración, más fuertes serán esas redes.
- Si tienes un pensamiento o creencia negativa constante, ponlo a prueba. Busca ejemplos que demuestren que la creencia es errónea. Es posible que tengas que hacer este ejercicio con un amigo de confianza o un terapeuta, que puede ver las cosas de forma más objetiva que tú. Por ejemplo, si te castigas por tener la casa desordenada, puede que un amigo entre y te diga: “Sí, pero mira todas las cosas que tienes que hacer”. son “Estás haciendo lo que te gusta en el trabajo, cuidando a los niños, controlando a tus padres, etc. Lo único que dejas de lado es la limpieza de tu casa. Eso es una buena priorización, no un defecto inherente en ti”. Mientras que el DMN hace que cada cosa sea el fin último, este ejercicio puede contextualizar el pensamiento y aflojar su fuerza.
Para proteger su salud mental, ejercite su flexibilidad mental. Al flexibilizar sus pensamientos y su atención, podrá protegerse de la depresión, la ansiedad y de creer cosas que no son ciertas.
Referencias
Jiang, H., White, MP, Greicius, MD, Waelde, LC y Spiegel, D. (2017). Actividad cerebral y conectividad funcional asociadas con la hipnosis. Corteza cerebral, 27(8), 4083–4093.
Carhart-Harris, RL, y Friston, KJ (2019). REBUS y el cerebro anárquico: Hacia un modelo unificado de la acción cerebral de los psicodélicos. Reseñas farmacológicas, 71(3), 316–344.
Brouwer, A., & Carhart-Harris, RL (2021). Estados mentales fundamentales. Revista de psicofarmacología, 35(4), 319–352.