Durante los últimos años, ha habido un constante revuelo en torno a la IA, el bitcoin y otras criptomonedas. Hemos aprendido que se necesita una enorme cantidad de energía, agua y otros recursos para hacer funcionar los centros de datos que hacen posible estas tecnologías, lo que pone en riesgo los objetivos climáticos. Pero estas tecnologías de moda también podrían tener un impacto en la salud pública.
Los residentes de la pequeña ciudad de Granbury, Texas, dicen que el bitcoin es más que un simple dolor de cabeza. Poco después de que una empresa abriera una mina de bitcoins allí hace un par de años, los lugareños comenzaron a sufrir migrañas insoportables, pérdida de audición, náuseas, ataques de pánico y más. Varias personas incluso terminaron en la sala de emergencias. ¿El culpable? El ruido de los ventiladores de refrigeración de la mina.
La presentadora invitada Rachel Feltman habla con Andrew Chow, corresponsal de tecnología en TIEMPOquien investigó la crisis sanitaria en Granbury.
Otras lecturas
Dona al Viernes de la Ciencia
Invierta en periodismo científico de calidad haciendo una donación a Science Friday.
Donar