Una explorador rápida sobre la ‘lozanía social’ y por qué debería importarle

Los expertos hablan extensamente sobre la importancia de la lozanía física: debemos hacer examen y seguir una dieta saludable, de lo contrario corremos el aventura de sufrir enfermedades crónicas como el cáncer o las enfermedades cardíacas. Incluso se ha normalizado el concepto de lozanía mental y con él la terapia y otros enfoques preventivos. Ahora es el momento de nacer a destacar otra dimensión de la lozanía, una que aún no ha conseguido desaparecer camino en nuestra lenguaje vernácula: la “lozanía social”.

La pandemia de la soledad

Una pandemia se ha manager de todo el mundo. Si no se ha enterado, no es tropiezo suya: esta pandemia se ha desarrollado en silencio, a puerta cerrada. De hecho, se comercio de una crisis de lozanía pública definida por el aislamiento: la pandemia de la soledad.

Si admisiblemente la soledad como tal no es nueva, su extensión y omnipresencia es. La gentío se está volviendo más sola y, si admisiblemente ciertos grupos son particularmente vulnerables, la tendencia se puede observar en todas las edades y en todos los continentes. La pandemia de COVID-19 y las necesarias, aunque estrictas, medidas de distanciamiento social adoptadas por muchos países siquiera ayudaron. Encendió un problema que ardía acordado debajo de la superficie.

Por fin empiezan a sonar las alarmas. En 2018, el Reino Unido publicó la primera organización gubernativo del mundo dedicada a enfrentarse la soledad. Japón hizo lo mismo en 2021 y nombró un “Ministro de la Soledad” para ayudar a enfrentarse el problema. Desde entonces, Estados Unidos se ha unido a las filas de países que hacen de la soledad un tema de conversación oficial en sus políticas. Y finalmente, alrededor de finales de 2023, la Estructura Mundial de la Vigor (OMS) lanzó una comisión para combatir el aislamiento social total (la escasez de conexiones sociales) y la soledad (la experiencia subjetiva de carecer de relaciones significativas).

Comprender la lozanía social

Entonces, ¿qué es la “lozanía social” y por qué debería importarnos? Esencialmente, es una métrica para calibrar el bienestar de cualquiera en términos sociales. De la misma modo que usamos “lozanía física” para controlar cómo nos desempeñamos físicamente, “lozanía social” se refiere a cómo nos desempeñamos socialmente; se comercio de la cantidad y calidad de las relaciones humanas en nuestras vidas y de si se está satisfaciendo la privación profundamente arraigada de conexión humana.

Un estudio fresco ofrece una forma intuitiva de advertir la idea. Los autores presentan su trabajo compartiendo un fragmento de texto de William James, un psicólogo activo a finales del siglo XIX:

“No se podría idear un castigo más diabólico, si tal cosa fuera físicamente posible, que el de salir osado en la sociedad y permanecer absolutamente desapercibido para todos los miembros de la misma. Si nadie se volviera cuando entramos, ni respondiera cuando habláramos, ni le importara lo que hiciéramos, pero si cada persona que encontráramos nos “cortara la vida” y actuara como si fuéramos cosas inexistentes, una especie de cólera y desesperación impotente en el interior de poco brotaría en nosotros, de la cual las torturas corporales más crueles serían un alivio; porque esto nos haría notar que, por muy mala que sea nuestra situación, no nos hemos hundido a tal profundidad como para ser indignos de atención en inmutable”.

El escena susodicho es el ejemplo más extremo de mala lozanía social: nadie siquiera reconoce tu existencia. No hay relaciones de las que conversar, y mucho menos relaciones significativas. No es casualidad que el aislamiento se considere una de las formas más severas de castigo: todos entendemos, implícitamente o no, que la conexión humana es una privación crítica. Y estar privado de esta privación tiene graves consecuencias negativas.

Una lozanía social sólida, por otro banda, se caracteriza por la sensación de ser manido y escuchado, por tener una comunidad en la que uno está integrado y en la que se puede abandonarse.

Es importante destacar que, y al igual que la lozanía física o mental, la lozanía social existe en un espectro y puede cambiar con el tiempo. Mudarse a una nueva ciudad, por ejemplo, puede ir acompañado de una caída en la lozanía social mientras se construyen nuevas relaciones y conexiones. Por otro banda, la incorporación de un nuevo parque en su vecindario puede mejorar la lozanía social, incluso si ya tiene muchas amigos satisfactorias.

Estrategias para impulsar la lozanía social

En un mundo cada vez más desconectado, la soledad y el aislamiento social se han convertido en preocupaciones acuciantes de lozanía pública. Los gobiernos, las organizaciones de lozanía y los planificadores urbanos están explorando varias estrategias para enfrentarse este problema, reconociendo el profundo impacto que puede tener en el bienestar físico y mental.

Un enfoque prometedor consiste en blindar la infraestructura social mediante inversiones en espacios públicos como parques, bibliotecas y centros comunitarios. Estos espacios compartidos facilitan la interacción y la conexión social, brindando oportunidades para que las personas se reúnan, participen en actividades y forjen relaciones significativas. Encima, implementar programas escolares que enseñen habilidades para relaciones saludables y diseñar lugares de trabajo que promuevan las conexiones sociales puede ayudar a cultivar una civilización de conexión desde una existencia temprana.

Las investigaciones han arrojado luz sobre la efectividad de diferentes estrategias de intervención, siendo particularmente prometedoras las intervenciones grupales, la terapia con animales y las intervenciones basadas en tecnología. Las sesiones grupales fomentan la billete y la interacción activas, mientras que la terapia con animales ha demostrado ser notablemente eficaz para sujetar la soledad, especialmente en entornos de cuidados a espléndido plazo. Las intervenciones tecnológicas, como las videoconferencias, incluso han ayudado a abastecer las conexiones sociales, especialmente para los adultos mayores.

El propio diseño de nuestras ciudades incluso puede desempeñar un papel importante a la hora de mitigar o exacerbar la soledad y el aislamiento social. Los vecindarios transitables, el ataque al transporte manifiesto y la proximidad a espacios verdes se han relacionado con una reducción de la sensación de soledad. Estas características alientan a las personas a tener lugar tiempo al aerofagia osado, interactuar con otros y participar en actividades sociales, fomentando un sentido de comunidad y pertenencia. Por el contrario, los entornos urbanos mal diseñados, caracterizados por una reincorporación densidad, desliz de espacios comunes y un mantenimiento inadecuado, pueden contribuir a sentimientos de aislamiento y desconexión.

Comidas para aguantar

El poder del concepto de lozanía social reside en su capacidad de desviar nuestra atención del tratamiento a la prevención. En este momento, la conversación se centra en cómo ayudar a las personas que ya se sienten solas; lo que deberíamos discutir son los pasos que podemos tomar para alertar —o minimizar— el número de personas que terminan solas en primer oficio. La lozanía pública es más eficaz cuando prioriza las medidas preventivas. No es diferente cuando se comercio de soledad.

Aún así, mientras continuamos lidiando con los desafíos de la soledad y el aislamiento social, es esencial un enfoque multifacético que combine intervenciones políticas, programas comunitarios y un diseño urbano juicioso. Al fomentar conexiones sociales, promover relaciones saludables y crear entornos que fomenten la interacción y el compromiso, podemos construir comunidades más resilientes y conectadas donde nadie se sienta solo.

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