Los paros cardíacos afectan a unas 350.000 personas en Europa cada año y menos del 20% sobrevive a un paro cardíaco extrahospitalario. Una investigación de Amsterdam UMC muestra que las mujeres que sobreviven tienen, en consecuencia, mayores tasas de ansiedad y depresión. Adicionalmente, tanto los hombres como las mujeres se ven afectados por cambios negativos en el nivel socioeconómico de la población a medida que envejecen. Sugiere que es necesario un viejo apoyo para quienes han sufrido un paro cardíaco. Estos resultados se publican hoy en Circulación: calidad y resultados cardiovasculares.
“Analizamos muchos factores para determinar las consecuencias de un paro cardíaco a los cinco abriles. En este caso, lo más significativo fue que en el primer año se produjo un aumento del 50 % en la prescripción de antidepresivos entre las mujeres, que no se reflejó en los hombres. Este aumento se redujo hasta asistir a un aumento de rodeando del 20 % a posteriori de cinco abriles”.
Robin Smits, investigador de Vitalidad Pública de Ámsterdam
“Aunque necesitamos realizar más investigaciones para entender exactamente por qué sucede esto, ya podemos proponer que demuestra que, en particular, las mujeres no reciben el apoyo adecuado a posteriori de un paro cardíaco”, añade Smits.
El congregación de investigación analizó los datos socioeconómicos de cinco abriles de 1250 personas, con una antigüedad media de 53 abriles, que habían sobrevivido a un paro cardíaco extrahospitalario en los Países Bajos. Adyacente con los cambios mencionados anteriormente en la vigor mental, la investigación todavía observó que las tendencias laborales que todavía afectan a la población común a medida que envejecen hasta los 50 abriles todavía estaban presentes en este congregación.
“Vimos una reducción significativa de las tasas de empleo y, en consecuencia, de los ingresos. Adicionalmente, todavía vimos un cambio en la condición de principal sustentador de la clan, es proponer, el miembro del hogar que tenía los ingresos más altos cambiaba con frecuencia a posteriori de un paro cardíaco, lo que indicaba que a las personas les resultaba difícil retornar al mercado profesional”, afirma Smits.
El congregación de investigación de la UMC de Ámsterdam todavía ha llevado a sitio, unido con socios de la Universidad de Copenhague, una investigación sobre las tasas de supervivencia tras un paro cardíaco. Esta investigación publicada el mes pasado mostró que las mujeres viven más que los hombres a posteriori de un paro cardíaco.
“Al combinar estos dos hallazgos, vemos que las consecuencias de un paro cardíaco difieren según el sexo. Si proporcionadamente las mujeres pueden tener más probabilidades de sobrevivir y estar más tiempo, todavía tienen más probabilidades de hallarse afectadas por problemas de vigor mental a posteriori de un paro cardíaco”, afirma Smits.
Fuente:
Centro Médico Universitario de Ámsterdam