CHAPEL HILL, NC (Ivanhoe Newswire) – Uno de cada 50 niños en los Estados Unidos es alérgico al maní, mientras que uno de cada 200 adultos además lo es. Las alergias al maní se han más que triplicado en los últimos 20 abriles y nadie sabe verdaderamente por qué. Pero hay varios avances en lo que se refiere a ayudar a las personas con estas alergias a mantenerse a aparte; tal vez, algún día, puedan tomar lo que quieran sin temor a una reacción alérgica.
Kaleb Billeter, de cinco abriles, es un real entendido en Inculto. A él no le preocupan muchas cosas, pero a su origen, en cambio, le preocupan mucho.
“Cuando Kaleb tenía seis meses, le salió urticaria por todo el pecho, el torso y la cara”, dijo la origen de Kaleb, Elizabeth Billiter.
La urticaria fue el primer signo de una peligrosa aversión al maní.
“Tenía granitos por toda la cara”, dijo Kaleb.
A Kaleb lo trataron con un parche de maní (lo usó todos los días durante varios meses) y esperan que, al final, lo ayude a tolerar una pequeña cantidad de maní sin tener una reacción. Otro tratamiento que se está utilizando es la inmunoterapia hablado, que se puede considerar como una microdosis de maní.
“Los niños comen esa harina de maní en pequeñas cantidades cada vez mayores para intentar reentrenar su sistema inmunológico y hacerlos menos reactivos”, explicó el Dr. Edwin Kim, alergólogo pediatra de la Venia de Medicina de la Universidad de Carolina del Meta.
Ahora, los investigadores están trabajando con una pasta de dientes que algún día podría ayudar a advertir reacciones alérgicas graves al activar las células inmunes en la boca.
“Tal vez si tomamos el maní y luego lo ponemos en una forma de pasta de dientes que recubre todo el flanco interno de la boca, podamos disfrutar esas células inmunes y obtener el beneficio que queremos”, agregó el Dr. Kim.
Cuando las personas se cepillan los dientes, la proteína del maní se absorbe en la boca. Ningún de los participantes experimentó reacción alguna: dificultad para respirar, hinchazón de desfiladero, piel pálida, labios azulados, desmayos o mareos. Aunque no curará la aversión, hará que la respuesta del cuerpo sea menos peligrosa para la vida.
“Tienen un sabor verdaderamente bueno”, dijo Kaleb.
El Dr. Kim además descubrió que poner una pequeña cantidad de extracto de maní transparente debajo de la jerga desensibilizaba a los niños pequeños a su aversión al maní. Al final de ese memoria, el 80 por ciento de los niños pequeños podían tolerar 15 maníes sin presentar síntomas.
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