Cuando se habla de disparidades en materia de salud, los periodistas suelen presentar las estadísticas comparando un grupo racial o étnico con otro. Normalmente, la cobertura de los medios destaca la “desventaja grupal”, a menudo haciendo hincapié en la comunidad que corre mayor riesgo, por ejemplo, diciendo que las mujeres negras tienen un 40 por ciento más de probabilidades de morir de cáncer de mama que las mujeres blancas.
En un estudio realizado en enero, investigadores de la Universidad de Cornell realizaron dos experimentos para comprobar cómo este tipo de comparación social afectaba a la comprensión que las personas tenían de sus riesgos para la salud. En un experimento se analizó un mensaje sobre las diferencias en las tasas de mortalidad por cáncer de mama entre mujeres negras y blancas; en el otro, un mensaje sobre cómo las personas negras tenían menos probabilidades de someterse a pruebas de detección de cáncer colorrectal que las personas blancas.
En ambos casos, el lenguaje comparativo llevó al grupo de menor riesgo, la gente blanca, a asumir que sus riesgos eran menores de lo que eran, mientras que el énfasis en su mayor riesgo llevó a los individuos negros a sentirse más desfavorecidos.
“Enmarcar las disparidades en términos de déficits puede reforzar las percepciones negativas cuando se combina con una tendencia amplia (falsa) a atribuir las disparidades raciales a explicaciones conductuales”, concluyeron los autores del estudio.
Jeff Niederdeppe, Ph.D., quien dirigió el nuevo trabajo, habló con AHCJ sobre estos resultados y lo que los periodistas pueden hacer para mejorar su cobertura de las disparidades en la salud mientras piensan en el impacto que su lenguaje tiene en los lectores.
Esta entrevista ha sido editada para mayor brevedad y claridad.
¿Cómo influyen las opiniones de las personas sobre la salud en el pensamiento sobre las disparidades raciales?
En Estados Unidos existe una tendencia generalizada a atribuir los problemas de salud a individuos y a culpar a los propios individuos de los resultados negativos que se producen en materia de salud. Esa tendencia determina la forma en que la gente responde a los mensajes sobre las diferencias en los resultados de salud en distintos grupos sociales. Esto se debe a muchas razones, pero está relacionado con una ideología dominante de responsabilidad individual. Creo que también se debe a una atribución excesiva de los problemas de salud a factores biológicos o genéticos y a una subestimación del papel de los factores sociales, económicos y ambientales.
¿Por qué esto supone un problema para los periodistas que cubren las disparidades en materia de salud?
Existe una tensión aquí, porque tenemos enormes desigualdades raciales de larga data en materia de salud y resultados sociales y eso es algo realmente importante que la sociedad debe afrontar. Por un lado, deberíamos estar teniendo conversaciones sobre las formas de abordar estas desigualdades de larga data. Por otro lado, simplemente hablar de su existencia puede ser desmovilizador en algunos casos y polarizador.
No es sorprendente que el simple hecho de decir que existen disparidades no sea suficiente para que, mágicamente, se produzca una acción social. Pero creo que resulta contraintuitivo para algunos observadores que dirían que la sensibilización es un comienzo. Resulta que no siempre es un comienzo productivo, y ese, creo, es un resultado frustrante.
¿Qué papel juega aquí el periodismo de salud?
La forma en que los comunicadores eligen hablar sobre la naturaleza de los problemas de salud pública puede influir en cómo el público piensa sobre ellos y si cree que los individuos, el gobierno u otros actores son responsables de abordarlos.
Presentar información comparativa sobre el riesgo de enfermedades en nuevos estudios implica algunos riesgos reales, en particular si esa información no se combina con otras estrategias que centren el pensamiento de la audiencia en las causas estructurales y los sistemas que forman parte de la creación de las disparidades en la salud.
¿Qué pueden hacer los periodistas para mejorar su cobertura de las disparidades en la salud?
Los periodistas no deben ignorar el hecho de que existen disparidades, pero también es importante explicar que no son inevitables. Si un periodista va a cubrir un artículo epidemiológico o algo que se centre en las diferencias en los resultados de las enfermedades entre grupos, mi consejo sería que no se limite a compartir esa información y siga adelante, sino que la acompañe con un reportaje más amplio que analice las causas y las posibles soluciones. Es importante enmarcar las disparidades de manera que se reconozcan los activos de los grupos que se enfrentan a problemas sistémicos y estructurales de discriminación.
Otra cosa que los periodistas deben recordar es que cualquier estudio nuevo se basa en un conjunto de evidencias mucho más amplio. El estudio más reciente no necesariamente refleja el conjunto más amplio de trabajos sobre un tema: es una instantánea de un momento determinado. Añadir contexto relevante, sobre si las cosas están mejor o peor que hace, digamos, veinte años, puede ayudar a los lectores.
Si se mejora, en lugar de simplemente presentar el problema, se podría mostrar el progreso, lo que enfatiza que la disparidad se puede cambiar en lugar de simplemente decir que existe este déficit sin ningún contexto o matiz sobre por qué está sucediendo. Es esencial centrarse en el “por qué”.