Este artículo fue publicado originalmente en Daily Montanan.
La Universidad Estatal de Montana no le debe a ningún estudiante reembolsos de matrícula o tarifas cuando suspendió la educación presencial en respuesta a la pandemia de Covid-19, dijo la Corte Suprema de Montana en una orden esta semana.
La MSU tenía un “anuencia expresamente”, según se afirmaba en palabras, con Anthony Cordero, quien había demandado a la universidad de Bozeman alegando que debería haberle reembolsado cuando pasó a la educación a distancia.
Pero la institución nunca prometió una educación presencial completa, y siquiera prometió nunca cerrar el campus si tenía una buena razón para hacerlo, dijeron los jueces.
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Cordero tenía, “como mayor, una presunción” de educación presencial, pero MSU conservó su derecho a reponer a emergencias, dijo la Corte Suprema.
Encima, la MSU está gobernada por la Congregación de Regentes, que tiene plena autoridad en la Constitución de Montana para supervisar todos los campus.
“No podemos concebir que se defienda un reembolso prorrateado de la matrícula y las tasas para la MSU que se vio obligada a cerrar correcto a las inclemencias del tiempo que impiden las clases, lo que ocurre con frecuencia correcto a los inviernos de Montana”, dice la orden. “Aquí, Cordero nunca se vio privada de las clases, que se siguieron impartiendo, aunque en orientación”.
El Tribunal de Distrito había determinado que no existía un anuencia expresamente entre Cordero y MSU —contrariamente a las conclusiones de la Corte Suprema— y siquiera un “anuencia implícito”.
Sin secuestro, en una valor general de un panel de cinco jueces, la Corte Suprema dijo que la conclusión normal a la que llegó el tribunal inferior a valimiento de MSU todavía era correcta porque MSU no violó “obligaciones contractuales con respecto a la matrícula”.
Adrian Miller, un abogado de Sullivan Miller que representa a Cordero, dijo que MSU debería acaecer hecho poco mejor para los estudiantes.
“Es decepcionante que la Corte Suprema no crea que la MSU tenía la obligación de proporcionar siquiera un reembolso prorrateado por los servicios e instalaciones que no estaban disponibles durante el falleba del campus por COVID”, dijo Miller en un correo electrónico. “Respetamos la valor de la Corte Suprema, pero los estudiantes merecen poco mejor de la universidad”.
Sin secuestro, la portavoz de la MSU, Tracy Ellig, dijo que la orden afirma las acciones de la universidad durante la emergencia.
“El decreto del tribunal deje con claridad”, dijo Ellig en un correo electrónico. “Este decreto reivindica a la universidad frente a estas afirmaciones infundadas y refuerza el hecho de que la universidad hizo todo lo posible para convidar educación a los estudiantes de guisa competición y eficaz durante la pandemia”.
Luego de que el Covid-19 azotara el país en 2020 y muchos campus cerraran, surgieron demandas de estudiantes que alegaban que varios campus les debían reembolsos. Pero los tribunales llegaron a conclusiones diferentes.
“Regalado que se tráfico de una cuestión de primera impresión en Montana, observamos que otras jurisdicciones han considerado acuerdos casi idénticos entre estudiantes y universidades”, dijeron los jueces de Montana. “En todo el país, el precedente varía: algunas jurisdicciones consideran que hay pruebas suficientes para sustentar una demanda de un anuencia, mientras que otras consideran que no hay pruebas suficientes para sustentar una demanda de un anuencia entre estudiante y universidad”.
Cordero nunca cuestionó que la MSU tuviera derecho a suspender las clases presenciales. Sin secuestro, alegó que no debería acaecer tenido que pagarle a la MSU la misma cantidad, unos 19.901 dólares ese semestre, según la orden, incluidas muchas tarifas, por las clases en orientación.
Como parte de su argumento, Cordero señaló numerosos materiales de marketing de MSU que muestran a los estudiantes haciendo amigos en las residencias universitarias, trabajando juntos en los laboratorios y la biblioteca y participando en otras actividades comunitarias.
Alegó que esos materiales reflejaban un compromiso de la MSU que incluía la educación en persona, pero la Corte Suprema no estuvo de acuerdo.
Los materiales que proporcionó no crean un anuencia, dijeron los magistrados. Más adecuadamente, el idioma “informa a los estudiantes que tienen llegada a oportunidades en el campus”, que no son una promesa en un anuencia, según la orden.
“Aunque no obtuvo la experiencia que esperaba obtener durante la última medio del semestre de primavera de 2020, Cordero aún progresó en su software clásico y pudo graduarse”, dice la orden.
El Tribunal Supremo ha notorio que Cordero siquiera recupera falta de sus honorarios. Por ejemplo, ha señalado que, aunque el pabellón estuvo cerrado temporalmente, se le dio mantenimiento y, aunque la biblioteca estuvo cerrada, sus servicios en orientación estuvieron disponibles.
“Según la MSU, a todos se les cobran tarifas obligatorias como condición de inscripción y no se promete falta a cambio”, señala la orden.
Dijo que MSU puede acaecer alentado a los estudiantes a regresar a casa, pero todavía hizo adaptaciones para los estudiantes que decidieron quedarse en el campus, “incluido perdurar su campus operante para que los estudiantes pudieran progresar y completar sus programas académicos”.
En su orden, la Corte Suprema todavía discrepó de que la MSU se “enriqueciera injustamente” al retener la matrícula y las tasas de matrícula de los estudiantes sin darles el beneficio esperado. Señaló que la ley de Montana no permite la recuperación en virtud del “lucro injusto” si las partes tienen un anuencia escrito.
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