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La mala salud agrava el estrés financiero entre los estadounidenses, pero es peor para aquellos de entre 50 y 64 años que para aquellos de 65 años o más, personas que a menudo tienen ingresos fijos.
Así lo indican los resultados recientes de la Encuesta Nacional sobre Envejecimiento Saludable de la Universidad de Michigan. La encuesta se lleva a cabo en el Instituto de Políticas e Innovación en Salud de la UM y cuenta con el apoyo de AARP y Michigan Medicine, el centro médico académico de la UM.
“Nuestra mayor sorpresa a partir de esta encuesta es que el grupo de edad con más probabilidades de verse afectado o estresado por las presiones sobre las finanzas personales no es el grupo cuyos ingresos tienen más probabilidades de estar ‘arreglados’ por la dependencia de la Seguridad Social o los ahorros para la jubilación”, dijo en una declaración Helen Levy, PhD, economista de la salud y profesora del Instituto de Investigación Social de la U-M.
Los investigadores también descubrieron que el estrés financiero prevalecía entre quienes se identificaban como cuidadores.
“Entre quienes informaron ser cuidadores, el 14% dijo que sentía mucho estrés debido a las exigencias financieras del cuidado, y otro 27% dijo que sentía algo de estrés por estas exigencias”, según el informe.
Reducción del gasto
Según los datos, las personas de entre 50 y 60 años tenían más probabilidades de decir que habían reducido sus gastos que los estadounidenses de mayor edad. El 58% de los encuestados de entre 50 y 64 años del grupo más joven dijo que había reducido sus gastos en el último año, en comparación con el 45% de los de 65 años o más.
Según la investigación, la inflación fue un factor importante que impulsó los recortes de gastos entre todos los encuestados. El dieciséis por ciento del total de los encuestados dijo que había tenido dificultades en el último año para pagar los gastos relacionados con la salud o que había pospuesto alguna atención médica debido al costo.
“A pesar de la desaceleración de la inflación, los mayores costos en los últimos años han tenido consecuencias persistentes sobre la deuda y los ahorros”, dijo la vicepresidenta sénior de investigación de AARP, Indira Venkat.
Además de la edad y la economía, los recortes fueron mayores entre aquellos que dijeron tener una salud física regular o mala (69%) o salud mental (76%), aquellos con ingresos más bajos (60%) y aquellos que son negros (58%) o hispanos (60%).