Los científicos han dicho que un tipo de pequeña especie de arsénico orgánico presente en algunos alimentos puede representar un riesgo para la salud.
La evaluación de riesgos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) reveló que la exposición a compuestos de ácido dimetilarsínico (DMA) plantea un riesgo para la salud, mientras que el ácido monometilarsónico (MMA) no representa una preocupación para ningún grupo de edad.
Las mayores concentraciones de estos compuestos se encuentran en el arroz, las algas y los mariscos. Se han detectado trazas de DMA en la leche materna. La exposición alimentaria crónica más alta a DMA se estimó en los niños pequeños, siendo el arroz y el pescado los principales contribuyentes en todos los grupos de población.
Los expertos afirman que la exposición al DMA supone un riesgo para la salud, en particular para los grandes consumidores, debido a su relación con mayores tasas de cáncer de vejiga en ratas. Sin embargo, los resultados de los estudios con DMA en ratones son contradictorios y no aportan pruebas convincentes de carcinogenicidad.
En el caso del MMA, las exposiciones alimentarias crónicas más altas se estimaron para los grandes consumidores de pescado y pescado procesado o conservado en los grupos de edad de lactantes y ancianos.
Resultados de la segunda parte de cuatro
En el caso de otras especies pequeñas de organoarsénico, los datos toxicológicos eran insuficientes, por lo que no se incluyeron en la evaluación de riesgos.
El trabajo incluyó búsquedas bibliográficas, estimaciones basadas en datos de consumo disponibles, datos de ocurrencia informados y retroalimentación de un período de comentarios públicos.
La Comisión Europea solicitó a la EFSA cuatro dictámenes científicos sobre el arsénico en los alimentos. El primero, sobre el arsénico inorgánico, se publicó en enero de 2024, y el segundo se refiere a las especies organoarsénicas pequeñas. Está previsto que las partes tres y cuatro, que abordan las especies organoarsénicas complejas y la exposición combinada al arsénico inorgánico y orgánico, se completen a principios de 2025.
La evaluación inicial reveló que la exposición del consumidor al arsénico inorgánico en los alimentos plantea problemas de salud como el cáncer de piel.
Las conclusiones del último dictamen proporcionan a la Comisión Europea una base científica para decidir si establecer límites máximos de MMA y DMA en los alimentos. Hasta el momento no se han establecido límites de este tipo.
Las recomendaciones de los expertos de la EFSA incluyeron mejorar los métodos analíticos, seguir recopilando datos de presencia en los alimentos y realizar investigaciones sobre los efectos de las pequeñas especies de organoarsénico.
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