La atención sanitaria debe estar diseñada para los extremos de la vida

“La adopcion de “Las nuevas ideas y el ritmo de cambio en el ámbito de la atención sanitaria pueden ir a la trasera de otras innovaciones que los consumidores experimentan todos los días”, afirma Yves Behar, diseñador industrial y fundador de la firma de diseño fuseproject. Behar continúa diciendo que las personas se frustran cuando comparan su experiencia en clínicas y hospitales con, por ejemplo, la experiencia de consumo que tienen en una tienda Apple. La creencia de Behar de que el diseño puede tener un impacto positivo en la vida de las personas le lleva a centrarse en lo que él vehemencia “diseño para públicos extremos”, como niños, ancianos, personas neurodivergentes y personas con problemas de movilidad.

“Gran parte del diseño se centra en la parte intermedia de la vida, en la que uno es eficaz, tiene vigor y monises”, afirma. “Para mí, el diseño es más necesario cuando el cambio es más extremo”. Un ejemplo es Moxie, un autómata de educación con inteligencia sintético destinado a jóvenes autistas y neurodivergentes. “Resultó ser increíblemente útil para todos los niños, especialmente durante la pandemia de COVID-19”, afirma Behar.

Desde su tiro en 2022, Moxie ha mantenido más de 4 millones de conversaciones con niños y se ha informado de una restablecimiento del 71 % en habilidades sociales como la asertividad, la interacción social y el autoevaluación en aquellos que juegan con él asiduamente. Otro invento de fuseproject (y el predilecto de Behar) es la cuna robótica SNOO. La cuna imita el método del obligado pediatra Harvey Karp para calmar a los bebés, que consiste en envolverlos, hacerlos callar y balancearlos.

“La IA reconoce cuando el bebé está inquieto y grita, y comienza a crear el ruido y el movimiento como respuesta”, dice Behar. “Es el primer y único dispositivo médico que ha recibido la aprobación de la FDA por su capacidad para persistir a los bebés dormidos de forma segura boca hacia lo alto y evitar el SMSL”. [sudden infant death syndrome].”

Este artículo aparece en la tiraje de julio/agosto de 2024 de Revista WIRED del Reino Unido.