Nueva investigación publicada en El psicólogo humanista Revela que un mayor sentido de significado en la vida diaria predice mejores resultados de salud mental en los niños.
El vínculo entre el sentido de la vida y la salud mental está bien documentado en los adultos, pero relativamente poco explorado en los niños. El sentido, definido como el grado en que las personas encuentran significado y propósito en sus vidas, es un componente clave del bienestar mental. En el caso de los adultos, el sentido se asocia con mejores mecanismos de afrontamiento durante las crisis y con la salud mental en general, lo que sugiere que también puede tener beneficios para los niños.
El concepto de “mentalidad de significado”, que abarca la capacidad de acción, la esperanza, la autoestima y la apertura a la experiencia, es particularmente relevante para los niños. En este trabajo, Elizabeth St. John y sus colegas examinaron la relación entre la mentalidad de significado y la salud mental en niños de 6 a 12 años.
Se reclutó a un total de 62 niños de escuelas y lugares de culto canadienses. Los datos se recopilaron a través de dos cuestionarios en línea, anónimos y basados en videos. Se utilizó el Cuestionario de identidad y propósito del niño (Ch.IP) para medir el sentido de significado. Esta escala de 17 ítems evalúa la agencia, la autoestima, la esperanza en el futuro y la apertura a la experiencia. Cada ítem utiliza una escala móvil de 10 puntos donde los niños seleccionan el personaje con el que se identifican para cada afirmación (por ejemplo, “Chip está feliz de ser Chip” frente a “Ceira no está feliz de ser Ceira”).
La salud mental se evaluó con la versión larga de la Evaluación interactiva de síntomas (ISA), una escala de 24 ítems que mide el bienestar y los síntomas como la ansiedad y la depresión. Esta escala también utiliza una escala móvil de 10 puntos, donde los niños califican su grado de acuerdo con afirmaciones como “Isa estuvo alegre esta semana” y “Eibe estuvo de mal humor esta semana”. Los participantes también informaron con qué frecuencia asistían a servicios religiosos.
Los investigadores encontraron una asociación positiva entre la mentalidad de significado y la salud mental. Los niños con un mayor sentido de significado en sus vidas diarias informaron de una mejor salud mental y mostraron menos síntomas de internalización y externalización, y la mentalidad de significado explicaba el 50% de la variación en las puntuaciones de salud mental.
Si bien la asistencia religiosa por sí sola no influyó directamente en la salud mental, los resultados sugieren que puede fomentar una mentalidad significativa, que a su vez mejora el bienestar mental. Cada uno de los componentes de la mentalidad significativa contribuyó a la salud mental general de los niños. Los niños que informaron niveles más altos de autonomía sintieron más control sobre sus acciones y decisiones, lo que se correlacionó con una mejor salud mental. De manera similar, una mayor autoestima, esperanza y apertura a nuevas experiencias se asociaron con menos síntomas de ansiedad, depresión y conductas externalizantes.
Una limitación de este trabajo es que no se tuvieron en cuenta las diferencias culturales, que pueden influir en las fuentes y la importancia del significado en la vida de los niños. La inclusión de participantes de diversas culturas en futuros estudios podría proporcionar una comprensión más completa de cómo el significado contribuye a la salud mental en diferentes contextos culturales.
El estudio, “El significado como determinante temprano de la salud mental en los niños”, fue escrito por Elizabeth St. John, Laura Lynne Armstrong y Emmalyne Watt.