Desde promover la equidad en vitalidad hasta mejorar la vitalidad universal, un estudiante de medicina que recién ingresa tiene grandes sueños

Ceñir las tasas de mortalidad materna, promover la equidad en materia de vitalidad, contribuir a la investigación significativa, asesorar a los jóvenes y convertirse en una líder mundial en materia de vitalidad: estos son solo algunos de los objetivos que Feruth Kidane tiene para el futuro. Este mes de julio, estará un paso más cerca de lograrlos al convertirse oficialmente en estudiante de medicina en la Seminario de Medicina de la Universidad de Colorado y cobrar su guardapolvo blanca durante la Ceremonia Anual de Matrícula.

Nacida y criada en Colorado, Kidane ha pasado abriles cuidando y defendiendo a la comunidad. A pesar del difícil camino que tuvo hasta durar a la destreza de medicina, su comunidad la ayudó a mantenerse robusto y a creer en su sueño de convertirse en médica.

“Es casi surrealista”, dice sobre unirse a la Clase de 2028. “Nunca pensé que llegaría a este punto. Fue un acto de fe y estoy muy agradecida por la oportunidad”.

Como estadounidense de primera concepción cuyos padres emigraron a Estados Unidos hace 30 abriles para escapar de una supresión que se desarrollaba en su país nativo, Eritrea, sito en África Uruguayo, Kidane ha pasado las consecuencias de las desigualdades en materia de vitalidad. Su objetivo es ayudar a las comunidades históricamente marginadas y mostrarles que ellas asimismo pueden conseguir sus objetivos.

“Me gustaría inspirar y empoderar a otros para que crean en el mensaje de ‘Sí, se puede’”, afirma. “Verdaderamente quiero hacer del mundo un oportunidad más equitativo y calibrado, y la forma en que quiero hacerlo es a través de la vitalidad, que es fundamental para que las personas alcancen sus sueños y sean quienes quieren ser”.

Feruth Kidane, quien se unirá a la clase de 2028 de la Facultad de Medicina de CU, con su familia.

Feruth Kidane, segunda desde la extrema izquierda, sonríe con miembros de su tribu.

El camino para designar la medicina

Kidane se crió en una tribu numerosa y desde muy verde asumió el papel de cuidadora. Sus padres, que trabajaron incansablemente para sustentar a la tribu, le enseñaron a ser resiliente.

“Mis padres no podían salir del trabajo con facilidad para llevarnos a nuestras citas”, afirma. “Eso afectó nuestro acercamiento a la atención médica y me hizo darme cuenta de que la vitalidad va más allá de la clínica y está conectada con muchos otros factores: vivienda, educación e incluso el idioma. Estas experiencias son las que despertaron mi curiosidad por la medicina”.

En la escuela secundaria, Kidane fue voluntaria en el Centro Médico Sueco y le encantaba estar en el hospital.

“El voluntariado en el Centro Médico Sueco desarrolló mi pasión por la medicina y me ayudó a animarse que quería ser médica”, afirma.

Se graduó de la Universidad de Duke en 2018 con una estudios en antropología evolutiva y en 2020 obtuvo su destreza en ciencias biomédicas en la Universidad Regis. Ese mismo año, solicitó ingresar a las facultades de medicina, pero desafortunadamente no fue aceptada en ninguna institución.

“Fue un gran obstáculo para mí. Me cuestioné a mí misma y me pregunté: ‘¿Estoy positivamente lo suficientemente calificada para hacer esto?’”, afirma.

Esas dudas la motivaron a seguir desarrollando sus habilidades. Adquirió más experiencia gremial, desempeñándose en puestos como asistente médica, coordinadora de investigación clínica y profesora afiliada de biología en la Universidad Regis. Su perseverancia dio sus frutos, ya que tuvo éxito cuando volvió a postularse a las facultades de medicina en 2023.

“Mi consejo para los demás es que no se manejo de cuántas veces se presente una solicitud, sino de lo que uno ha aprendido y de lo que aporta”, afirma.

Feruth Kidane se graduó de la Universidad de Duke en 2018.

Feruth Kidane se graduó de la Universidad de Duke en 2018.

Abogando por la equidad

Uno de los objetivos profesionales de Kidane es someter las tasas de mortalidad materna y tocar las tasas desproporcionadas que enfrentan las mujeres de color. No es solo una cometido profesional, asimismo es personal.

Cuando tenía unos 9 abriles, su causa encinta comenzó a exprimir y fue llevada de necesidad a la sala de emergencias. Cuando llegó a urgencias, el sangría se había detenido y los médicos decidieron no realizar más exámenes. La causa de Kidane firmó a regañadientes los papeles del incorporación y comenzó a irse, pero luego comenzó a exprimir. Su causa tuvo complicaciones a causa de la placenta previa, cuando la placenta cubre la orificio del seno.

“Casi pierdo a mi causa y a mi hermano, y esa experiencia no fue tratable”, dice. “Espero evitar que otras familias tengan que suceder por eso”.

Kidane asimismo está interesada en investigar y estudiar temas que afectan desproporcionadamente a las comunidades desatendidas o marginadas, como la atención de la vitalidad materna, la diabetes y el VIH.

“Quiero trabajar en medidas de equidad en materia de vitalidad y hacer cambios reales en nuestros sistemas para que podamos tener mejores resultados de vitalidad para todos, independientemente de quién sea esa persona y cuál sea su origen”, afirma.

Interceder por mejorar sistemas injustos e inequitativos es un demarcación ascendiente para Kidane, ya que tiene experiencia previa trabajando como organizadora comunitaria y en vitalidad pública. Ya está ayudando a mejorar la equidad en vitalidad en el Campus Médico Anschutz de CU, ya que ha trabajado como paciente estandarizada para el Centro para el Fomento de la Excelencia Profesional. Los pacientes estandarizados representan diferentes escenarios para ayudar a enseñar a los estudiantes y profesionales cómo mejorar sus habilidades de comunicación, clínicas, de diagnosis o de examen.

Feruth Kidane, en el centro, sonríe junto a estudiantes en Kenia.

Feruth Kidane, en el centro, sonríe adjunto a estudiantes en Kenia.

Mejorar los resultados sanitarios en todas partes y en cualquier oportunidad

La vitalidad universal ha sido una pasión para Kidane desde hace mucho tiempo. En 2017, realizó un delirio inolvidable que le mostró cómo la educación empodera y brinda oportunidades a las personas.

Mientras asistía a la Duke University, Kidane participó en un software llamado DukeEngage, donde trabajó como pasante de vitalidad pública para una ordenamiento de incremento comunitario. Como parte del software, Kidane y algunos colegas viajaron a la bahía de Muhuru en Kenia. Su cometido era detener la propagación del VIH en una lugar remota que estaba sufriendo un severo brote.

“Terminamos asociándonos con una escuela secundaria almacén para niñas y les enseñamos un software cardinal de educación sexual, con la esperanza de que esas estudiantes enseñaran a las estudiantes de secundaria”, dice. “Fui informante de cómo la educación es poder, porque las niñas con las que trabajé pudieron expresarse por sí mismas. Poder ir a ver al cabecilla de la comunidad en ese momento y decirle que se necesitaba educación sexual… positivamente vi que eran capaces de negociar por sí mismas”.

Una vez que Kidane se convierta en médica, independientemente de en qué parte del mundo se encuentre, demora minimizar las emergencias sanitarias promoviendo la educación de los pacientes y dándoles información. Pero primero, le esperan los próximos cuatro abriles de la carrera de medicina.

“Tengo muchas ganas de entablar relaciones con mis compañeros de la destreza de medicina, porque ellos serán los futuros líderes. Estoy emocionada por formarse de ellos, crecer con ellos y construir una gran comunidad”, afirma.

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