La dieta mediterránea ha ganado popularidad entre médicos y personas que hacen dieta durante años, y se la reconoce constantemente como uno de los patrones de alimentación más saludables, especialmente beneficioso para quienes padecen problemas de salud crónicos o están en riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Sin embargo, no es solo para adultos. Un equipo de investigación internacional ha descubierto que los niños y adolescentes que consumen más frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables tienden a tener mejores niveles de colesterol y presión arterial en comparación con sus compañeros con dietas menos saludables.
Aunque la dieta mediterránea es conocida por sus efectos positivos en la salud de los adultos, pocos estudios han explorado su impacto en los individuos más jóvenes. Esta dieta, rica en aceite de oliva, frutos secos, pescado, legumbres y productos frescos y baja en carnes rojas, dulces y alimentos procesados, parece ofrecer beneficios cardiovasculares también a los niños. Hallazgos recientes publicados en JAMA Network Open sugieren que la incorporación de estos alimentos puede ayudar a proteger la salud cardíaca de los niños desde una edad temprana.
Cómo afecta la dieta mediterránea a la salud infantil
Los científicos analizaron nueve estudios en los que participaron 577 niños de entre tres y 18 años para examinar los efectos de la dieta mediterránea. Estas intervenciones duraron entre ocho y cuarenta semanas e incluyeron a varios grupos: niños con sobrepeso u obesidad, aquellos con prediabetes y niños en general sanos. Los resultados fueron alentadores. En promedio, los niños que siguieron una dieta de estilo mediterráneo experimentaron una reducción de casi cinco puntos en su presión arterial sistólica. También mostraron niveles más bajos de triglicéridos, colesterol total y colesterol LDL “malo”, mientras que sus niveles de colesterol HDL “bueno” aumentaron ligeramente.
Aunque los cambios observados pueden parecer modestos, podrían tener un impacto significativo en la salud cardíaca a largo plazo. La presión arterial y los niveles elevados de colesterol en la infancia están relacionados con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas en etapas posteriores de la vida. Al mejorar estos indicadores desde el principio, una dieta mediterránea podría contribuir a una mejor salud cardiovascular a medida que los niños se convierten en adultos.
¿Qué hace que la dieta mediterránea sea tan beneficiosa para la salud del corazón? Está repleta de nutrientes que promueven el bienestar cardiovascular. El aceite de oliva y los frutos secos aportan grasas monoinsaturadas saludables para el corazón, mientras que las frutas, las verduras y los cereales integrales aportan fibra, vitaminas y antioxidantes. El pescado ofrece ácidos grasos omega-3. Combinados, estos elementos crean un efecto antiinflamatorio y ayudan a regular los niveles de colesterol, lo que favorece la salud general del corazón.
La dieta mediterránea también destaca por su bajo contenido en alimentos que pueden afectar negativamente a la salud del corazón. Restringe las grasas saturadas presentes en las carnes rojas y los productos lácteos enteros, así como los azúcares añadidos y los alimentos muy procesados. Este aspecto es especialmente beneficioso para los niños con sobrepeso, que suelen consumir cantidades mayores de estas opciones poco saludables. Los autores del estudio destacan que sus hallazgos subrayan la necesidad de fomentar hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana. Implementar programas escolares o intervenciones familiares centrados en la alimentación de estilo mediterráneo podrían ser estrategias eficaces para mejorar la salud cardiovascular de los niños.
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