Imaginemos a un chico que entra en su nuevo clase en una escuela pública de Luisiana y abre los luceros de par en par al ver los Diez Mandamientos en un ocupación destacado. Siente una punzada de incomodidad al percibir las diferencias con respecto a sus compañeros de clase que comparten una formación religiosa diferente. Este chico se pregunta si sus propias creencias son menos valoradas en ese espacio. Lamentablemente, esta situación podría convertirse en existencia para muchos niños bajo el nuevo mandato de Luisiana de exhibir los Diez Mandamientos en todas las aulas.
Como pediatra, he sido testimonio de cómo estas políticas pueden afectar la lozanía mental y emocional de los niños. Las aulas deberían ser refugios de inclusión donde todos los niños se sientan respetados, independientemente de su origen religioso. Políticas como la de Luisiana corren el aventura de donar a los estudiantes al priorizar un punto de presencia religioso sobre otros, lo que conduce a sentimientos de marginación. Adicionalmente, si un chico quiere murmurar sobre su nueva ansiedad con su pediatra pero no puede hacerlo en una visitante típica de 30 minutos, agrega estrés a un sistema de atención médica que ya está sobrecargado.
Esta preocupación se magnifica en el contexto flagrante de aumento de las tasas de mortalidad de niño, aumento de las lesiones y sobredosis relacionadas con armas de fuego en la infancia y una creciente crisis de lozanía mental joven. Este problema se extiende más allá de Luisiana. Oklahoma exige que las escuelas incorporen la Nuevo Testamento y los Diez Mandamientos en su plan de estudios. Estos mandatos desdibujan la separación entre la Iglesia y el Estado, convirtiendo potencialmente los entornos educativos en lugares de conflicto religioso en ocupación de enseñanza y crecimiento. Estos entornos pueden conducir al acoso y la discriminación contra los niños que no comparten las creencias religiosas predominantes. Por el aceptablemente de todos los estudiantes, debemos repensar estos mandatos y priorizar políticas que creen entornos de enseñanza verdaderamente inclusivos y de apoyo donde cada chico se sienta parte.