Harris concede la carrera presidencial y promete continuar la campaña ‘la lucha que impulsó’

La vicepresidenta Kamala Harris pronunció un alegato de concesión de doce minutos el miércoles por la tarde en su ánima mater, la Universidad Howard, donde instó a sus seguidores a no perder la esperanza tras perder la presidencia en una derrota ante Donald Trump.

“Un principio esencial de la democracia estadounidense es que cuando perdemos una elección, admitimos los resultados. Ese principio, como cualquier otro, distingue la democracia de la monarquía o la tiranía, y cualquiera que busque la confianza del público debe honrarlo”, afirmó Harris, vestida con un traje morado obscuro y sonando ahogada al principio de sus comentarios.

“Al mismo tiempo, en nuestra nación le debemos fidelidad no a un presidente o a un partido, sino más bien a la Constitución de los USA. Y fidelidad a nuestra conciencia y a nuestro Dios”, siguió. “Mi fidelidad a los 3 es la razón por la cual estoy acá para decir que, aunque reconozco esta elección, no reconozco la lucha que impulsó esta campaña”.

La vicepresidenta, en el campus de una de las HBCU más esenciales del país, suplicó a los jóvenes votantes que la apoyaron que no perdiesen la esperanza. “Está bien sentirse triste y desilusionado, mas sepa que todo va a estar bien”, afirmó. “En la campaña, acostumbraba a decir: ‘Cuando combatimos, ganamos’. Mas acá está la cuestión: en ocasiones la riña lleva un tiempo. Eso no quiere decir que no ganaremos”.

Los partidarios de la vicepresidenta y los estudiantes de Howard se reunieron de nuevo en el patio de la escuela, que se suponía sería el sitio de su alegato de victoria tras una campaña de ciento siete días. El entorno era sombrío y la multitud en silencio. El gobernante de Minnesota, Tim Walz, el aspirante a vicepresidente, parecía estar conteniendo las lágrimas cuando las cámaras de TV lo enfocaron tomando asiento inmediatamente antes del alegato. La familia de Harris asimismo parecía conmovida al ver la escena.

El martes de noche, la atmosfera en la celebración de observación de la campaña de Harris pasó de feliz a fatalista cuando los resultados empezaron a llegar y mostraron que Harris iba atrasado en un estado titubeante tras otro.

“Todavía me sorprendió –y voy a ser muy honesto– que tanta gente apoyara a Donald Trump tras ver quién es, de qué habla, los derechos que desea quitarle. Eso prosigue siendo una sorpresa para mí”, afirmó Sonya Locket, miembro de la promoción de Harris, mientras que el resultado se cristalizaba el martes. “Lo es y no lo es, realmente”.

Lisa Hargrove, jefe de personal de cuarenta y ocho años de una organización de derechos civiles, afirmó que era desmoralizador lo que descubrieron las elecciones sobre el país.

“Estamos en dos mil veinticuatro. Es un tanto desconcertante lo lejos que están las dos partes”, afirmó. “Es tan extremo, ¿sabes? Siento que la mayor parte de las personas que conozco y con las que me relaciono están en algún punto intermedio, de un lado o del otro, y el solo hecho de que estemos acá ya, es mucho que procesar”.

Trump consiguió prácticamente arrasar en el Instituto Electoral, y se prevé que el expresidente gane los 7 estados titubeantes, como el voto popular nacional, en un sorprendente rechazo a los demócratas en la mitad de mayores preocupaciones sobre la economía y la inmigración. Las encuestas a pie de urna descubrieron que Trump consiguió avances en prácticamente todos los conjuntos demográficos, singularmente los latinos y los votantes jóvenes.

Harris llamó a Trump el miércoles temprano para ceder. Conforme la campaña de Trump, Harris “lo felicitó por su histórica victoria”, al tiempo que Trump encomió la “fuerza, el profesionalismo y la tenacidad del vicepresidente a lo largo de toda la campaña”, afirmó en un comunicado el directivo de comunicaciones de la campaña de Trump, Steven Cheung.

Trump no solo no concedió las elecciones de dos mil veinte ni se comprometió en público a una trasferencia ordenada del poder, sino tampoco se presentó a la toma de posesión de Joe Biden tras promover el motín del seis de enero en el Capitolio de USA.

“No hay L”, afirmó Jahmere Hargraves, estudiante de último año en Howard, al salir del mitin de la noche electoral. “Transformamos todas y cada una nuestras L en lecciones y nuestras lecciones en bendiciones”.

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