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50 líderes europeos evalúan cómo afectará Trump a sus fortunas. La crisis alemana se suma a los desafíos

BUDAPEST, Hungría (AP) — Cerca de cincuenta líderes europeos, entre ellos el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y el secretario genérico de la Ordenamiento del Tratado del Atlántico Ártico, Mark Rutte, reevaluarán sus relaciones transatlánticas con la esperanza de que la segunda presidencia estadounidense de Donald Trump evite los enfrentamientos y los obstáculos políticos de su primera despacho.

Para empeorar aún más una situación ya difícil, Alemania –el preocupado cíclope financiero de Europa– se hundió en una crisis política una vez que el canciller teutónico Olaf Scholz despidiese a su ministro de Finanzas. Plantea el aparecido de unas elecciones en unos meses y de otro enfrentamiento más entre la engallada derecha dura y los partidos del establishment en Europa.

Esos dos factores combinados “añaden aún más sal y pimienta a esta situación”, afirmó el primer ministro polaco, Donald Tusk.

Pero las consecuencias de las elecciones estadounidenses aún ocuparon un sitio central.

“Nuestra relación con U.S.A. es esencial y estamos prestos a ahondarla”, afirmó el presidente del Consejo Europeo, Converses Michel.

Las veintisiete naciones del banco de la UE se reunirán en una cima separada tan pronto como otros líderes del R. Unido, Turquía y los Balcanes se vayan de incertidumbre.

Durante su campaña electoral, Trump ha conminado con cualquier cosa, desde una cruzada comercial con Europa hasta una retirada de los compromisos de la Ordenamiento del Tratado del Atlántico Ártico y un cambio esencial en el apoyo a Ucrania en su cruzada con Rusia, cuestiones todas y cada una que podrían tener consecuencias renovadoras para las naciones de toda Europa.

El huésped de la cima y ferviente seguidor de Trump, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, afirmó el jueves por la mañana que ya había tenido una convocatoria telefónica con el presidente entrante a lo dadivoso de la incertidumbre y le había anunciado que “¡tenemos grandes planes de futuro!”.

Lo mismo hizo la primera ministra italiana de extrema derecha, Giorgia Meloni, quien encomió la “profunda e histórica asociación estratégica que siempre y en toda circunstancia ha unido a Roma y Washington”.

Esa asociación estuvo bajo presión incesante a lo dadivoso del primer orden de Trump, de dos mil diecisiete a dos mil veintiuno.

La despacho Trump impuso aranceles al puñal y al aluminio de la UE en dos mil dieciocho, basándose en la aseveración de que los productos extranjeros, aun si eran producidos por aliados estadounidenses, eran una amenaza para la seguridad franquista de U.S.A.. Los europeos y otros aliados tomaron represalias imponiendo impuestos a las motos, el bourbon, la mantequilla de maní y los jeans fabricados en U.S.A., entre otros muchos artículos.

El impacto del resultado de las elecciones estadounidenses podría sentirse en Europa en los primaveras venideros, en temas como las guerras en Ucrania y Medio Oriente, como la migración y el cambio climático.

Entre los líderes que asistirán el jueves se halla Zelenskyy, quien se retraso que haga otro pedido de más ayuda mientras que su país defiende la invasión de la ciudad de Moscú. El instante está cargado de relevancia, ya que Trump ha prometido poner punto y final a la cruzada “internamente de las veinticuatro horas” de ser escogido, poco que los líderes en Kiev interpretan como una inminente evaporación del apoyo estadounidense tras la triunfo de Trump.

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