He encomiado las virtudes de los automóviles autónomos, particularmente Waymo, en esta columna (y en otras partes) en numerosas ocasiones. Por muy imperfecta que sea la tecnología, creo de manera firme que los turismos plenamente autónomos son la opción mejor que tienen las personas ciegas y con baja visión para lograr el cenit de la accesibilidad. Empresas como Waymo, sin mentar Cruise, nos dejan a aquellos de nosotros con discapacidad visual la capacidad de aseverar nuestra agencia y autonomía en nuestros viajes. Ya no debemos quedar a la merced de la bondad de otras personas para desplazarnos, haciendo que nuestras necesidades parezcan una carga para el resto. Y aunque soy un defensor general del transporte público de manera fácil libre, la realidad es que su eficiencia cambia de una urbe a otra; En ocasiones puede resultar bastante difícil confiar en él como medio de transporte primordial si no se tiene un vehículo.
¿Qué ocurre con el viaje compartido? En un nivel, empresas como Lyft y Uber tienen aproximadamente exactamente las mismas ventajas de accesibilidad para los pasajeros ciegos y con baja visión que un robotaxi. Con unos pocos toques en el teléfono inteligente, una persona puede pedir un transporte e ir a cualquier sitio que necesite de forma razonablemente veloz. Este asimismo es un tema sobre el que he escrito anteriormente, ya que creo de manera firme que, por norma general, Lyft y Uber contribuyen de forma positiva a la sociedad. No solo son recomendables, sino asimismo asisten a las personas con contrariedades de movilidad a desplazarse de forma más libre y alcanzable. Mas hay defectos: puede ser bastante difícil localizar vehículos, conducidos por choferes poco afables e intranquilices. Ciertos conductores anularon viajes por completo pues tardé demasiado, ya que mi baja visión hace que sea bastante difícil localizar el auto adecuado para entrar.
Recientemente recibí un mensaje de alguien que me alertó sobre la nueva de que había una manifestación en la sede de Uber en el centro de la ciudad de San Francisco para protestar por la discriminación de los perros lazarillos. Las personas ciegas y con baja visión lamentan que se les haya negado reiteradamente el servicio en automóviles de viaje compartido pues los conductores se niegan a transportar a su animal de servicio. Es una situación que va contra la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA), mas que supuestamente se pasa por alto.
Mi amiga Candice Nguyen, reportera de investigación de NBC Bay Área, con sede en San José, cubrió este tema para la estación a inicios de este año.
Es una situación que Suzette May ha encontrado con frecuencia.
May, una estudiante de cincuenta y cinco años de la Universidad Estatal de Arizona que vive en Waco, Texas con su esposo, me explicó en una entrevista reciente por videoconferencia que a ella, con su perro lazarillo llamado Fred a cuestas, se le ha negado reiteradamente el servicio de viaje compartido. conductores. Como persona ciega, May usa “mucho” Lyft y Uber a lo largo de sus viajes, en especial por su trabajo como asesora de accesibilidad para personas con discapacidad. Me afirmó que ha experimentado “bastantes” negaciones, muchas de las que han sido “verdaderamente intensas”. Es frustrante pues impide la capacidad de May para moverse, y afirma que la situación solo está empeorando. Pese a que las organizaciones de discapacitados organizan recursos educativos para conductores, nada funciona; La ADA supuestamente no infunde temor en absolutamente nadie. May quedó ciega después, a los cuarenta y nueve años, debido a una condición degenerante que afectaba sus ojos y que ha afrontado desde el instante en que nació. En los años siguientes, usa un bastón y Fred para moverse, y afirma que el viaje compartido es una de las maneras en que sostiene su independencia.
May asistió a la manifestación ya antes citada en la ciudad de San Francisco el mes pasado, organizada por la Federación Nacional de Ciegos. Notificó que había entre doscientos cincuenta y trescientos personas allá, incluidos aliados de múltiples agencias de apoyo. Todos y cada uno de los presentes “tenían una historia que contar” acerca de ser discriminados o de conocer a un ser querido perjudicado por ella. Como tal, May afirmó que hubo mucho intercambio de historias como una parte del intento de crear conciencia ese día.
“Hemos experimentado mucha discriminación”, afirmó sobre las historias de terror. “La gente ha sido conminada físicamente [and] conminado verbalmente. Es traumatizante para nuestros perros lazarillos… al estar en una discusión como esa, se dan cuenta de lo que pasa con los humanos que los rodean. Precisamos hacer algo diferente. Precisamos una mejor educación”.
May continuó: “Han venido conductores y me han dicho que no se van a llevar a mi maldito cánido. He tenido conductores que se sientan en la parte posterior del estacionamiento y aguardan hasta el momento en que pasen mis 5 minutos hasta el momento en que me cobran por no presentarme y después dicen: ‘No voy a llevar a tu perro’. Estoy anulando tu viaje’”.
Kristin Smedley, cofundadora de Thriving Blind Academy, me afirmó en una entrevista simultánea a la de May que no conoció a una persona ciega hasta los veintiocho años, cuando a su primogénito le diagnosticaron amaurosis innata de Leber cuando tenía cinco meses. Desde ese momento, se ha transformado en una aliada incondicional y defensora de las personas ciegas y con baja visión, llegando aun a dar una charla TED en dos mil diecisiete sobre el tema, usando a su hijo como prisma. Llamó al trato general que la sociedad da a las personas ciegas y con baja visión “una crisis” pues la mayor parte de las personas videntes infravaloran de forma profunda qué capaces y expepcionales son aquellos sin (mucha) visión para vivir la vida.
Al solucionar sus inconvenientes y defenderse, May afirmó que ha alertado de manera continua a Lyft y Uber sobre las prácticas discriminatorias de los conductores, mas sin éxito. Las dos compañías normalmente despejan y solo le rembolsan el dinero por los viajes así como una excusa. Hay simpatía, mas el único recurso real es producir un reembolso al pasajero.
“La discriminación no tiene cabida en la comunidad de Lyft. Nos esmeramos por brindar una plataforma inclusiva y alcanzable para los pasajeros, incluidos aquellos que dependen de animales de servicio o dispositivos de movilidad”, afirmó un portavoz de Lyft en una declaración que me entregaron en el momento en que me contactaron para hacer comentarios. “Actualizamos de manera continua nuestras prácticas para progresar la accesibilidad para los pasajeros y estamos orgullosos de trabajar de forma directa con organizaciones de defensa de la comunidad. Este año, lanzaremos una función de aceptación de animales de servicio, que deja a los pasajeros descubrir que viajan con un animal de servicio cuando piden un viaje. Esta característica es un paso esencial en nuestra misión más extensa de asegurar que los usuarios se sientan seguros y apoyados en nuestra plataforma”.
La función de subscripción voluntaria de Lyft deja a pasajeros como May descubrir meridianamente en su perfil que viajan con un animal de servicio. Los conductores van a ver la designación del perro lazarillo solo cuando admitan un viaje, ya que las notificaciones en tiempo real están destinadas a suprimir cancelaciones basadas solamente en el animal de servicio.
Hay una página dedicada a los animales de servicio en el lugar de Lyft. De particular relevancia es que la compañía asevera meridianamente que hay consecuencias para los conductores que rechazan pasajeros con perros lazarillos, incluyendo la “desactivación inmediata y permanente si una investigación sobre la presunta denegación comprueba una denegación injusta”. Lyft agrega que se espera que los conductores cumplan con la ley; Como con el uso del cinturón de seguridad, asimismo vuela con animales de servicio.
Por su parte, Uber tiene ideas afines en lo que se refiere a animales de servicio en su plataforma. La compañía demanda que los conductores transporten a las personas discapacitadas y sus herramientas de asistencia, incluidos perros lazarillos, cuando se anotan para conducir. Además de esto, Uber manda recordatorios periódicos por mail a los conductores sobre su política de animales de servicio y dispositivos de asistencia. Under tiene una página dedicada a la accesibilidad en su sitio, y la compañía anunció el mes pasado que incorporará un programa afín en alcance al de Lyft que, conforme afirma, deja a las personas autoidentificar su discapacidad en su perfil.
“Deseamos que todos y cada uno de los pasajeros con discapacidades tengan una experiencia segura, digna y positiva al emplear la plataforma Uber para moverse por nuestras comunidades”, afirmó un portavoz de Uber en un comunicado cuando se le contactó para hacer comentarios. “Nuestras políticas prohíben a los conductores negar el servicio debido al animal de servicio o dispositivo de asistencia del pasajero, y rutinariamente les recordamos a los conductores que esta conducta es ilegal y puede resultar en una desactivación permanente. Últimamente, compartimos con los conductores un nuevo módulo educativo sobre esta política y anunciamos un conduzco de autoidentificación de cuidadores de animales de servicio para pasajeros que va a llegar este otoño. Estamos comprometidos a cooperar con la comunidad de discapacitados para seguir impulsando nuestro compromiso de conseguir accesibilidad para todos en Uber”.
Por muy marcada que esté, May prosigue siendo afable. Ella “no desea el dinero de Lyft o Uber” tanto como desea que los conductores que discriminan claramente rindan cuentas. Si a los pasajeros se les negase el servicio por su raza o sexo, habría un enorme revuelo. Es inaceptable. Lo que le pasó a May le sucede a otros, mas de manera comparativa solo recibe la miseria de atención y el alboroto proporcional de un peón.
“Cuando estás discapacitado, [discrimination] semeja estar bien. Eso debe cambiar”, afirmó May. “Claramente precisamos una mejor educación”.
Por su parte, Smedley estuvo plenamente conforme con los comentarios de May. Smedley afirmó que si May fuera humillada por ser mujer, “el planeta se volvería loco”. Mas pues es una Ciego Mujer, no hace mucho estruendos. La mayor parte, agregó Smedley, no se relacionan con la discapacidad pues no les afecta, ni tan siquiera tangencialmente. La comunidad de personas con discapacidad es la más simple a la que unirse, por lo que las personas deberían enseñar exponencialmente más empatía.
“[Disability] es te afectará en algún momento”, afirmó May. “La gente debe percatarse de que esto es algo esencial. Este es un enorme inconveniente. Es preciso arreglarlo”.
En cuanto al futuro, tanto May como Smedley expresaron optimismo en que la gente se eduque y conozca mejor los derechos de las personas con discapacidad y adopte una perspectiva de no tolerancia frente a la discriminación. Puede quiere proseguir utilizando viajes compartidos por sus evidentes beneficios de accesibilidad. Smedley afirmó que puede ser una “gran ventaja competitiva” para las compañías incluir a personas con discapacidad en sus resoluciones. Dada la documentación orientada a la accesibilidad en sus respectivos sitios, es apropiado darle crédito a ciertos contingentes de Lyft y Uber por ver el valor de la inclusión.
En cuanto a Waymo, May afirmó que lo usó “varias veces” a lo largo de su estancia en la ciudad de San Francisco. A ella “le encantó” la experiencia y apuntó con entusiasmo que “la utilizaría plenamente todo el tiempo” si alguna vez Waymo llega a Waco.