Mientras la ventana de la noche envuelve el planeta, un refulgente punto de luz se eleva en el este. Aparece unas horas tras el anochecer, reluce exageradamente intensamente y domina el cielo nocturno a lo largo del resto de la noche, mas ¿qué es?
Júpiter, el “Rey de los Planetas”, pronto alcanzará su mayor tamaño, su mayor brillo y su mejor aspecto. El planeta más grande del sistema solar reluce hoy en día con una magnitud de -dos con ocho y poco tras el anochecer aparece en lo alto del cielo nocturno del este. ¿Por qué?
Júpiter en oposición
El planeta gigante está cerca de lo que los astrónomos llaman oposición. El siete de diciembre de dos mil veinticuatro, Júpiter se alineará con el sol y la Tierra. O, más bien, la órbita más veloz de la Tierra la pondrá durante un momento entre el Sol y Júpiter. En consecuencia, vamos a poder ver el cien% del disco de Júpiter, que asimismo va a estar lo más cerca posible de la Tierra, a trescientos ochenta millones de millas (seiscientos doce millones de quilómetros).
Dado que estamos a solo un mes de que Júpiter esté en oposición, el planeta se está volviendo exageradamente refulgente. Si bien la oposición es una data concreta, un mes en todos y cada lado es el mejor instante para observar el planeta aun utilizando un telescopio pequeño o un par de prismáticos.
Un Júpiter ‘lleno’
La oposición significa un Júpiter lleno por el hecho de que su lado que mira al sol está totalmente alumbrado por el sol. Al separar la vista del sol y mirar cara el sistema solar exterior a lo largo de la noche, en la Tierra vemos el lado de Júpiter que mira cara el sol. Es muy similar a la luna llena; El cincuenta% de la luna siempre y en todo momento está alumbrada por el sol. Solo cambia nuestra perspectiva a este respecto.
Otra consecuencia de que Júpiter esté en oposición es que sale ya antes. Esta semana, va a salir más o menos dos horas tras el atardecer, mas pronto aparecerá por el este cuando el sol se ponga por el oeste y se va a poner por el oeste cuando el sol salga por el este. Así, aparte de ser grande y lumínico, dominará toda la noche. Va a ser más alto en el cielo poco tras la medianoche.
Júpiter tarda doce años terrestres en orbitar alrededor del sol. Orbita a unos setecientos setenta y nueve millones de quilómetros (cuatrocientos ochenta y cuatro millones de millas) del sol. La Tierra orbita a noventa y tres millas (ciento cincuenta millones de quilómetros) del sol. Entonces, Júpiter se opone, visto desde la Tierra, una vez cada trece meses, cuando la Tierra, viajando doce veces más veloz, alcanza a Júpiter y después lo alcanza.
Observando Júpiter y sus lunas
Para los astrónomos planetarios apasionados, es uno de los instantes astronómicos más señalados del año. En la actualidad se mueve por medio de la constelación de Tauro, reluciendo justo a la izquierda de la estrella supergigante roja Aldebarán -el “ojo del toro”- con el bonito cúmulo abierto, las Pléyades, justo sobre el par.
Cualquier telescopio pequeño le dejará observar el imponente Júpiter, incluidas sus bandas de nubes rosadas, mas todo cuanto precisa es un par de prismáticos para poder ver sus 4 grandes lunas, que asimismo son mayores, más refulgentes y más próximas a la oposición de Júpiter. Las llamadas lunas galileanas (por el hecho de que fueron vistas por vez primera por Galileo Galilei utilizando el primer telescopio) son Ío, Europa, Ganímedes y Calisto, que orbitan cerca de Júpiter en exactamente el mismo plano, por lo que van a ser vistas a los dos lados del planeta.
‘Estrellas errantes’
Los astrónomos viejos llamaban a los planetas “estrellas errantes” por el hecho de que no semejan moverse juntos por el cielo nocturno como lo hacen las estrellas. Esto es debido a que todos y cada uno de los planetas se hallan en la eclíptica, el camino que prosigue el sol a través del cielo diurno.
El sistema solar es plano y todos y cada uno de los planetas orbitan alrededor del sol en exactamente el mismo plano. En consecuencia, solo vas a ver planetas en esta eclíptica. Esta línea en el cielo se extiende entre el este y el oeste, si bien pasa por encima solo desde el ecuador. Los planetas salen por el este, se mueven por medio de la eclíptica en el cielo del sur y después se ponen por el oeste.
La oposición de Júpiter el siete de diciembre es solo el inicio de unos meses fabulosos para los observadores de planetas. El dieciseis de enero de dos mil veinticinco, va a ser el turno de Marte, que a mediados de diciembre se unirá a Júpiter en el cielo nocturno siguiente al atardecer como una luz roja refulgente con una magnitud de -uno con cuatro. Precisamente un mes después, Venus alcanzará su punto más refulgente en el cielo nocturno, reluciendo con una magnitud refulgente de -cuatro con cinco.
Deseándoles cielos despejados y ojos muy abiertos.