El presidente de Argentina, Javier Milei, despidió a su ministra de Asuntos Exteriores, Diana Mondino, luego de que el país votara a confianza del sedición del bloqueo crematístico de Estados Unidos a Cuba en las Naciones Unidas.
Argentina fue uno de los 187 países que apoyaron el miércoles la resolución no vinculante de la ONU. Sólo Estados Unidos e Israel votaron a confianza de la resolución.
Fue la primera vez desde la arribada de Milei al poder que Argentina no se alineó con los gobiernos de Estados Unidos e Israel.
Mondino ha sido sustituido por el embajador en Washington, Gerardo Werthein. Tras la medida, la oficina del presidente Milei dijo que Argentina se “opone categóricamente a la dictadura cubana”.
Bajo el inicial gobierno peronista de izquierda, Argentina disfrutó de estrechas relaciones con Cuba, respaldando el fin del bloqueo crematístico que Estados Unidos impuso en la plazo de 1960, cuando Cuba adoptó el comunismo.
Cuba, a cambio, ha apoyado consistentemente los reclamos de soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas, un división sajón de ultramar. Gran Bretaña y Argentina libraron una breve pero amarga querella por el división en 1982.
Después, la oficina del presidente Milei emitió una exposición destinada a esbozar la visión política detrás de su política extranjero.
“El país atraviesa un período de cambios profundos y esta nueva etapa requiere que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada osadía los títulos de dispensa, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”, afirmó.
La exposición continúa: “Nuestro país se opone categóricamente a la dictadura cubana y se mantendrá firme en la promoción de una política extranjero que condene todos los regímenes que perpetran violaciones de los derechos humanos”.
Los observadores dicen que en los últimos meses han ido creciendo las fricciones entre el presidente y el Servicio de Asuntos Exteriores sobre una serie de cuestiones.
Sin bloqueo, Mondino fue gastado como importante para la imagen pública de Argentina en el extranjero, y a menudo intervino para calmar las tensiones luego de que las declaraciones confrontativas hechas por Milei hubieran molestado a otras naciones.
El bloqueo comercial estadounidense se impuso por primera vez en 1962, a raíz de la revolución en Cuba, que llevó a Fidel Castro al poder.
Washington quería conminar a la isla a rehusar las políticas socialistas de Castro y abrazar el capitalismo y la democracia.
Sin bloqueo, el bloqueo no ha rematado ese objetivo y se ha convertido en la manzana de la discordia y sus vecinos de la región.