La Oficina de Prisiones bajo la administración Trump

El presidente Donald Trump ganó de manera cómoda las elecciones y va a prestar juramento como el 47º presidente en el primer mes del año de dos mil veinticinco. Como resultado, todos sabemos que se aproximan cambios en todo el gobierno, mas las diferencias en la Oficina Federal de Cárceles (BOP) seguramente van a ser tráficas.

Trump ha prometido reiniciar la pena capital. El fiscal general Merrick Garland hizo un anuncio poco una vez que el presidente Joe Biden aceptara el cargo, diciendo que impondría una moratoria a las ejecuciones federales mientras que el Departamento de Justicia efectúa una revisión de sus políticas y procedimientos. Aunque no dio un calendario para la revisión, tuvo el efecto de detener todas y cada una de las ejecuciones de presos federales. El último preso federal ejecutado fue Dustin Higgs, quien fue ejecutado a través de inyección mortal poquitos días antes que Trump dejase el cargo el dieciseis de enero de dos mil veintiuno. Posiblemente las ejecuciones empiecen temprano en el segundo acto de Trump.

En diciembre de dos mil dieciocho, Trump decretó la Ley del Primer Paso, que deja, en su mayor parte, a los presos de mínima seguridad ganar tiempo libre de su sentencia y más tiempo en la comunidad al final de su sentencia. Aunque la BOP ha conseguido grandes avances en la implementación de la Ley del Primer Paso, los inconvenientes persisten 6 años una vez que Trump firmase la ley. La BOP ha estado infestando la idea de una manera de calcular créditos para reducir las sentencias, así para hallar más residencias comunitarias (casas de transición) para los presos. La Ley del Primer Paso asimismo tenía como objetivo reducir costos al devolver ya antes a los presos a la comunidad. Puesto que la reducción de costos probablemente va a estar en la agenda de Trump, se espera más presión para reducir la población carcelaria, lo que podría ser una buena nueva para aquellos que son seleccionables para los créditos de la Ley del Primer Paso.

Biden asimismo frenó otra iniciativa de Trump; prisiones privadas. Infestadas a lo largo de bastante tiempo por condiciones inhumanas y la desapacible realidad de una compañía privada dirigida para detener a ciudadanos privados, las cárceles privadas parecían no tener futuro. No obstante, Trump abrazó la compañía privada para solucionar los inconvenientes sociales. Aunque la BOP no está usando cárceles privadas, es de aguardar que Trump aumente su uso, particularmente tratándose de cobijar a ciudadanos no estadounidenses. Las acciones de las compañías penitenciarias privadas GEO Group y CoreCivic vieron de qué forma los costes de sus acciones se disparaban el día siguiente de las elecciones. Wall Street sabe lo que está por ocurrir en este frente.

La BOP asimismo tiene inconvenientes de personal por el hecho de que no puede atraer suficientes personas para cubrir los puestos vacantes que tiene. Trump mostró poca piedad cuando aceptó el cargo y solicitó congelar las contrataciones en todo el gobierno, incluyendo el BOP. Un plan de gasto de dos mil dieciocho del Departamento de Justicia aconsejó un recorte de seis mil ciento treinta y dos puestos en la BOP. No ojalá ese recorte se revierta, sino un Trump descontento busque más formas de reducir costos en la BdP. En dos mil dieciocho, cuando Trump hizo los recortes, el presupuesto de la BOP era de siete mil cien millones de dólares americanos. La BOP ha pedido ocho.600 millones de dólares americanos en el año fiscal dos mil veinticinco y otros tres mil millones de dólares americanos para actualizar sus instalaciones. El gasto a estos niveles sencillamente no ocurrirá.

Hay presos que están recluidos en sus hogares conforme la Ley CARES. La Ley CARES, una parte de la ley para hacer en frente de los retos de la epidemia de COVID-diecinueve, dejó a los presos con problemas médicos cumplir su condena en régimen de confinamiento domiciliario. Ese programa se suspendió en el mes de abril de dos mil veintitres, mas muchos presos aún están recluidos en sus hogares. Cuando Trump estuvo en el cargo por vez primera, su Oficina de Consultoría Legal emitió un memorando pidiendo el regreso a cárcel de aquellos presos en confinamiento domiciliario una vez que terminara la pandemia. En el mes de diciembre de dos mil veintiuno, la Oficina de Consultoría Legal de Biden emitió su memorando que daba a la BOP la capacidad de decidir si los presos serían devueltos… ninguno lo fue. Ahora solo hay unos pocos cientos y cientos de presos en libertad bajo la Ley CARES, mas a muchos de ellos les quedan años para cumplir su sentencia. No está claro si la administración Trump emitirá un nuevo memorando, mas la primera vez hizo una declaración.

Finalmente, Trump hizo una contratación increíble de un directivo de la BOP cuando contrató al general retirado Mark Inch para dirigir la agencia. Inch duró unos ocho meses en el puesto y de súbito renunció. Tras eso, Hugh Hurwitz aceptó el cargo de directivo interino y estuvo cerca de lograr el puesto de directivo cuando Jeffrey Epstein se colgó en MCC New York mientras que aguardaba el juicio. Hurwitz fue reasignado y después retirado cuando Michael Carvajal, un empleado de siempre de la BOP que ascendió en las filas desde oficial penitenciario. Carvajal chocó con el Congreso, que ocasionalmente solicitaría este derrocamiento. Carvajal renunció a inicios de dos mil veintidos y la presente directiva Colette Peters, una persona externa al Departamento Correccional de Oregón, aceptó el cargo en el mes de agosto de dos mil veintidos.

Si bien Peters tiene una buena relación con el Congreso, ha habido contrariedades en sus interactúes con el personal y el sindicato que han creado una relación polémica en la agencia. Muchos especulan que Trump deseará que su persona ocupe el cargo, particularmente cuando ve el estado actual de la BdP (escasez de personal, inconvenientes de infraestructura, falta de capacidad en los centros de reinserción social y baja ética). Peters podría perdurar un tiempo, mas Trump efectivamente va a estar observando.

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