Con alarmas emergentes, probablemente su teléfono inteligente lo sostenga informado sobre la cantidad de horas que ha estado mirando la pantalla. Y esas horas de pantalla ni tan siquiera incluyen el tiempo que pasas en frente de tu computadora.
La tecnología que ahora damos por hecho ofrece beneficios fantásticos. Mas asimismo acarrea peligros.
El Dr. Richard E. Cytowic comprende esto mejor que la mayor parte. Es un neurólogo premiado y un especialista reconocido en de qué manera el uso de la tecnología afecta a nuestro cerebro. El es autor de eqw">Su cerebro de la edad de piedra en la era de las pantallas: de qué manera encarar la distracción digital y la sobrecarga sensorial.
Cytowic afirma que los bloqueos pandémicos pusieron de relieve qué dependientes nos hemos vuelto de las pantallas para trabajar y el llamado compromiso “social”. Conforme Verizon, notifica, el tiempo en frente de la pantalla se disparó y la gente empezó a ver que, aunque las herramientas digitales nos asisten a comunicarnos y ser productivos, asimismo pueden llegar a dominar nuestras vidas. “El cambio áspero a las interactúes virtuales alumbró los costos mentales y sensibles de la exposición excesiva a la pantalla: incremento de la ansiedad, fatiga de Zoom y pérdida de una participación auténtica en persona. Nos forzó a enfrentar la realidad de que las pantallas son útiles y perjudiciales en dependencia de de qué manera administremos su uso”.
Esto lleva a uno a preguntarse, en concepto de habilidades de pensamiento, competencia sociable y relaciones sociales, ¿qué le hace la dependencia de la pantalla a nuestra próxima generación?
“La dependencia de la pantalla interfiere con áreas del cerebro en desarrollo dedicadas a la inteligencia sensible”, afirma Cytowic. “Degrada la atención y el pensamiento concentrado, puesto que las pantallas fomentan la distracción incesante y una ingesta superficial de información”. Afirma que la capacidad de charlar frente a frente se ha estropeado por el hecho de que las generaciones más jóvenes se sienten más cómodas mandando mensajes de texto que interaccionando en persona. “No pueden entablar conversaciones triviales. Les atierran los timbres y los teléfonos que suenan. No pueden leer el lenguaje anatómico ni las señales no verbales y, en consecuencia, tienen una empatía reducida cara el resto. Debido a que reemplazan las conexiones significativas por conexiones digitales, los pequeños y adolescentes se sienten apartados pese a la ilusión de estar virtualmente ‘conectados’”.
El “trastorno de los teléfonos inteligentes” citowic puede manifestarse de múltiples maneras:
- Control incesante, aun en situaciones inadecuadas, como mientras que se conduce o en la mitad de una charla con otra persona.
- ansiedad cuando le quitan el teléfono o no está disponible
- una preferencia por el compromiso digital sobre los intercambios en persona
- sueño interrumpido merced al uso nocturno
- negligencia de responsabilidades y obligaciones cara otros en favor del uso progresivo de la pantalla
“Estos comportamientos reflejan dependencia, un adicción conductual en el que un individuo siente una necesidad apremiante de interaccionar con su teléfono a cargo de la interacción social real de persona a persona”, afirma Cytowic.
En términos fáciles, ¿qué efecto tiene la luz de la pantalla azul en el sueño normal?
Cytowic afirma que la luz azulada de onda corta que emiten las pantallas elimina la melatonina, la hormona que le señala al cuerpo que es hora de dormir.
“Cuando se expone a la luz azul tras el atardecer y en especial ya antes de acostarse (desplazándose por TikTok o viendo la TV, por poner un ejemplo), el cerebro considera que aún es de día, lo que hace que sea más bastante difícil conciliar el sueño e interrumpe las 4 etapas del sueño normal más el sueño REM a lo largo del como soñar”, afirma. “La perturbación de la arquitectura normal del sueño provoca inconvenientes de aprendizaje y consolidación de la memoria que pueden perdurar hasta 3 días. Esta pérdida es irreversible, lo que debería hacer que los estudiantes que desean aprender tengan cuidado de abrazar sus pantallas a altas horas de la noche. Están minando su capacidad de aprender y recordar”.
Cytowic afirma que las pantallas son el nuevo humo de segunda mano.
“Como el humo de segunda mano, la exposición a las pantallas no afecta solo a quien la usa, sino más bien a todos y cada uno de los que la rodean”, asevera. “Cualquiera que esté en la línea de visión se va a ver perjudicado aun cuando intente no mirarlo. Todos hemos experimentado esto en salas de espera y salas VIP de aeropuertos: ¡las pantallas demandan ser miradas! Los pequeños que medran en ambientes sobresaturados de pantallas desarrollan déficits de atención y socialización, aun comportamientos autistas, como contacto visual reducido y compromiso verbal: gruñir en vez de contestar preguntas o contestar cuando se les llama por su nombre. Como estar cerca de fumadores puede dañar nuestros pulmones, ahora estamos descubriendo que los ambientes con muchas pantallas tienen consecuencias de gran alcance en la salud mental y cognitiva”.
¿Qué sucede con las personas que sostienen cuentas de redes sociales? ¿Cuál es el consejo de Cytowic sobre la administración de esas cuentas?
“Si vas a sostener tus cuentas de redes sociales, es vital establecer límites”, afirma. “Programe instantes concretos para comprobarlos en vez de desplazarse continuamente y distraerse a lo largo del día. Desactive las notificaciones automáticas y absténgase de preguntar sus cuentas, en especial en las horas anteriores en el momento de acostarse. Te estimularán y agitarán tus pensamientos y emociones cuando lo que deseas es relajarte”. Asimismo tenga presente, recomienda, de qué manera las redes sociales estimulan sus emociones. Dejar de proseguir cuentas que provoquen enfurezco e irritación. En cambio, concéntrese en emplear las redes sociales para promover conexiones significativas en vez de compromisos meramente superficiales.
¿Qué pueden hacer los progenitores para asistir a sus hijos a compensar el tiempo en frente de la pantalla con actividades del planeta real?
Cytowic aconseja que los progenitores puedan modelar mismos hábitos saludables en frente de la pantalla por el hecho de que los pequeños imitan con fuerza a sus progenitores. Los progenitores asimismo pueden crear zonas o horarios libres de pantallas en casa, en especial en el momento de cenar. Pueden promover el juego al aire libre, las interactúes frente a frente y las actividades imaginativas que no implican pantallas en lo más mínimo. “Enséñeles a los pequeños que, aunque las pantallas son una parte de la vida, no deberían dominarla”, asevera. “El equilibrio es clave”.