Una cuarta parte de toda la energía que consume China proviene actualmente de fuentes limpias, según un estudio publicado el jueves, a medida que Beijing transforma rápidamente su enorme economía hacia una base más ecológica.
El país es el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, aunque en los últimos años se ha convertido en líder mundial en energía renovable.
Se ha comprometido a llevar sus emisiones de dióxido de carbono, que calienta el planeta, a un pico en 2030 y a cero neto en 2060.
Un libro blanco publicado el jueves dijo que la proporción de “energía limpia” en el consumo nacional total aumentó del 15,5 por ciento al 26,4 por ciento en la última década, según la agencia de noticias estatal Xinhua.
La capacidad eólica y solar se incrementó diez veces durante el mismo período, según el documento citado por Xinhua.
Agregó que China fue responsable de más del 40 por ciento de las adiciones anuales a la capacidad global de energía renovable desde 2013.
“China ha… logrado avances históricos en el desarrollo de energía verde y baja en carbono”, afirma el libro blanco.
En virtud del acuerdo climático de París, los países se han comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales.
China ha recibido elogios por sus esfuerzos para abandonar rápidamente fuentes de energía contaminantes como el carbón, pero también ha resistido los llamados a actuar aún más ambiciosamente.
La semana pasada, su capacidad eólica y solar superó el objetivo establecido por el presidente Xi Jinping casi seis años antes de lo previsto.
El desarrollo desigual del sector de energías renovables en el país también implica que se desperdicia una cantidad significativa de energía, mientras que la turbulencia en la industria solar nacional ha empujado a algunas empresas a graves dificultades financieras.
mjw/je/zorro