SPRINGFIELD, Illinois, EE.UU. (AP) — Illinois debe trasladar a la mayoría de los reclusos de su prisión de 100 primaveras de decrepitud en menos de dos meses conveniente a las condiciones precarias en que se encuentran, dictaminó un árbitro federal.
El Unidad de Prisiones de Illinois dijo que la orden de la jueza de distrito de EE. UU. Andrea R. Wood, emitida el viernes, de despoblar el Centro Correccional de Stateville está en secante con su plan de reemplazar la instalación. El sección planea reconstruirla en el mismo campus en Crest Hill, que está a 41 millas (66 kilómetros) al suroeste de Chicago.
Ese plan incluye reemplazar la deteriorada prisión para mujeres de Logan, en la ciudad de Lincoln, en el centro de Illinois. El estado además podría restaurar Logan en el campus de Stateville.
El decreto de Wood establece que la prisión, que alberga a más de 400 personas, deberá cerrar antaño del 30 de septiembre conveniente en parte al desprendimiento de hormigón de las paredes y los techos en damnificación. El árbitro dijo que serán necesarias costosas reparaciones para que la prisión sea habitable. Los reclusos deben ser trasladados a otras prisiones del estado.
“En cambio, el tribunal exige que el sección cumpla lo que ha informado públicamente y recomendado que haría, es asegurar, seguir delante con el pestillo de Stateville transfiriendo (a los reclusos) a otras instalaciones”, escribió Wood en una orden.
La audacia se tomó como resultado de que los abogados de derechos civiles argumentaran que Stateville, que abrió en 1925, es demasiado peligroso para abrigar a alguno. Los demandantes dijeron que las superficies están cubiertas de plumas y excrementos de aves y que los grifos dispensan agua con mal olor.
La compañía del director J. B. Pritzker anunció su plan en marzo, pero incluso durante dos audiencias públicas celebradas la primavera pasada, se disponía de muy pocos detalles. El Unidad de Prisiones planea utilizar 900 millones de dólares en fondos de construcción de renta para la reforma, que, según afirma, tardará hasta cinco primaveras.
Los empleados de las prisiones serían distribuidos en otras instalaciones hasta que se abran las nuevas prisiones. Esto ha irritado al Consejo 31 de la Pacto Estadounidense de Empleados Estatales, del Condado y Municipales, el sindicato que representa a la mayoría de los trabajadores de las prisiones.
La AFSCME quiere que las prisiones permanezcan abiertas mientras se construyen las de reemplazo. El pestillo de las prisiones no sólo afectaría a las familias de los empleados, que podrían tener que mudarse o afrontar agotadores desplazamientos, sino que destruiría la cohesión que se ha creado entre el personal de las prisiones, afirmó el sindicato.
En una enunciación del lunes, el portavoz de AFSCME, Anders Lindall, dijo que los problemas se extenderían además a los reclusos y sus familias.
“Estamos examinando todas las opciones para evitar esa perturbación en respuesta a esta audacia precipitada”, dijo Lindall.