La inteligencia de los gatos es un dominio de investigación en constante progreso, en la que se realizan nuevos descubrimientos constantemente. Por ejemplo, cuando los gatos hacen ciertas expresiones faciales, lo hacen para comunicar emociones complejas. Los científicos creen que los gatos pueden percatar vergüenza, aprecio y otros sentimientos sofisticados. Incluso hay algunos gatos a los que se puede entrenar para que “hablen” con los humanos mediante recadero que producen palabras específicas en inglés.
Ahora, un estudio flamante publicado en la revista Applied Animal Behaviour Science revela que los gatos pueden ser lo suficientemente profundos como para mostrar dolor cuando pierden a un querido compañero animal.
Para averiguarlo, los investigadores del Sección de Psicología de la Universidad de Oakland estudiaron a 412 cuidadores de gatos en relación con sus experiencias y las experiencias de los gatos sobrevivientes a posteriori de que sus familias perdieran otra mascota querida. Descubrieron que los gatos sobrevivientes mostraban “comportamientos similares al duelo”, como agenciárselas atención y perder interés en ingerir, esparcirse y reposar. Este hallazgo se complica un poco por el hecho de que los cuidadores que expresaron niveles más altos de duelo eran más propensos a informar las mismas emociones en sus gatos, lo que sugiere un posible sesgo o tendencia a antropomorfizar a los animales.
Sin incautación, como hay escasez de investigaciones sobre este tema (de hecho, esta es solo la segunda exploración conocida de este tema), los científicos concluyen que se necesitarán más estudios para complementar el investigación más flamante.
“[The cats] “Los gatos se involucraron menos en reposar, ingerir y esparcirse, pero más en agenciárselas la atención de los humanos y otras mascotas, esconderse, acaecer tiempo solos y parecer agenciárselas a sus compañeros perdidos”, escribieron los autores. “Se necesitan más investigaciones para determinar si estos resultados reflejan que los cuidadores proyectan su propio dolor en los compañeros animales sobrevivientes o si los gatos incluso pueden padecer dolor a posteriori de la pérdida de un compañero”.
La coautora del estudio, Jennifer Vonk, profesora de psicología en la Universidad de Oakland, explicó a Salon cómo el nuevo estudio intenta aclarar aún más los orígenes del evidente “dolor” de los gatos.
“Lo novedoso del estudio es que tanto la relación de los gatos con su compañero fallecido como con su dueño parecen predecir cómo responderá el sagaz a la asesinato”, afirma Vonk. “Esto es coherente con el sentimiento de dolor del sagaz, ya que sus comportamientos cambian en la dirección que cabría esperar (menos distracción, más sueño, más búsqueda de consuelo, etc.) y son más fuertes cuando han vivido con el animal fallecido durante más tiempo y han tenido mejores relaciones. Todo esto sugiere que se ven afectados por la pérdida, pero los resultados incluso son coherentes con la idea de que el sagaz está respondiendo a los cambios en las emociones y el comportamiento del dueño o que el dueño está proyectando su propio dolor en los gatos supervivientes”.
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Vonk señaló que, a nivel personal, encontró los resultados “poco tranquilizadores”, ya que los hallazgos provenían de una muestra tan ínclito de dueños de gatos.
“Los gatos parecen estar reaccionando en presencia de la asesinato de sus compañeros animales, porque mis propios gatos rara vez han mostrado reacciones manifiestas cuando hemos perdido a un miembro de la tribu y a menudo me pone un poco triste. Al menos un par de mis propios gatos parecían agenciárselas al sagaz que había fallecido, pero los cambios de comportamiento son conveniente sutiles y fáciles de acaecer por detención”, dijo Vonk. “Aun así, otros propietarios se han puesto en contacto conmigo con historias que parecen indicar relatos mucho más llamativos de tristeza en sus gatos. Creo que, como cuidadores de animales, debemos hacer un mejor trabajo aprendiendo a analizar las emociones de nuestros animales”.
Una forma de interpretar mejor las emociones de los gatos es observar sus caras. Un estudio de 2023 publicado en la revista Behavioral Processes estudió a 53 gatos domésticos adultos de pelo corto en un café para gatos y obtuvo 194 minutos de metraje con 186 interacciones felinas diferentes. Descubrieron que los gatos tenían al menos “276 expresiones faciales morfológicamente distintas”, ajustadas en función de los detalles de sus interacciones con las personas en cuestión. Cerraban los fanales y movían las orejas y los bigotes en dirección a delante cuando se sentían amigables, o contraían las pupilas mientras aplanaban las orejas y chasqueaban la dialecto cuando se sentían agresivos.
De modo similar, un estudio de 2022 publicado en la revista Animal Cognition analizó cómo reaccionaban 16 gatos domésticos al escuchar una voz pregrabada de su dueño cuando determinado se dirigía a ellos directamente y comparó esa reacción con la de sus dueños cuando escuchaban grabaciones de voz de ellos hablando con otros humanos. Los investigadores descubrieron que los gatos reaccionan de modo diferente en esta última situación, lo que demuestra aún más que son conscientes de individuos específicos en sus vidas y adaptan sus respuestas a su presencia.
La propia investigación de Vonk confirma esa idea.
“Creo que esto demuestra que los gatos se ven afectados por sus relaciones con compañeros de la misma casa, tanto humanos como otros animales, por lo que no son tan 'distantes' socialmente como a veces se piensa”, dijo Vonk. “Definitivamente parecen estar en sintonía con la dinámica social cambiante de su entorno, lo que es poco inesperado hexaedro que fueron domesticados a partir de especies asociales. No me sentiría cómodo especulando sobre el aprecio y el duelo en este momento. Creo que es seguro aseverar que pueden formar vínculos cuando responden a la pérdida de una figura de apego”.