Un adolescente de Nueva Jersey utilizó recientemente tecnología de edición genética para crear una planta de arroz que podría ser más resistente y más fácil de cultivar, informó Science News Explores.
Nandini Rastogi, una estudiante de último año de secundaria de tan solo 18 años, exhibió su gran descubrimiento en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería de Regeneron. Utilizó CRISPR, una herramienta de edición genética que los científicos están utilizando para editar rasgos específicos de las plantas, para insertar propiedades que promuevan el crecimiento en las plantas de arroz.
Si bien las plantas ya tenían la capacidad de desencadenar estos procesos biológicos (como alargar sus raíces en busca de más agua) en momentos de estrés, Rastogi hizo que los procesos estuvieran activos en todo momento, creando plantas que crecieron más rápidamente y se volvieron más resilientes.
El desafío se complicó aún más por el hecho de que Rastogi no podía trabajar con plantas vivas. “Debido a las estrictas regulaciones gubernamentales, en realidad no me permiten realizar ediciones genéticas en plantas vivas”, dijo. En lugar de eso, editó células que fueron extraídas de las plantas y luego las observó para ver si ciertas proteínas estaban activadas, lo cual sucedió.
“Eso nos dice que si realizáramos las ediciones en la planta viva, habría un aumento en la tolerancia al estrés”, dijo Rastogi.
La contaminación, el sobrecalentamiento planetario y los cambios en los patrones climáticos provocados por el hombre están dificultando cada vez más el cultivo de cosechas. Algunas regiones que antes eran ideales para el cultivo de cosechas pueden ser ahora demasiado cálidas, mientras que muchas otras regiones han sufrido sequías masivas que han acabado con los suministros de alimentos.
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Como resultado, científicos de todo el mundo están utilizando la tecnología de edición genética CRISPR para crear versiones de cultivos comunes que puedan soportar condiciones adversas. Entre ellos se incluyen frutas que pueden combatir la sequía, tomates que necesitan menos agua y plantas que pueden soportar las heladas, por nombrar algunos.
Si bien sigue siendo vital revertir el curso del sobrecalentamiento planetario y la contaminación del aire que amenazan el suministro mundial de alimentos (principalmente alejándonos de fuentes de energía sucias como el gas y el petróleo y acercándonos a fuentes limpias y renovables como la eólica y la solar), los cultivos más resilientes podrían volverse muy importantes en el corto plazo.
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