Qué hacer cuando no te gusta jugar con niños

Seré el primero en admitir que jugar con mis hijos no es algo natural para mí. Mientras que otros padres parecen sumergirse sin esfuerzo en juegos imaginativos, yo me siento abrumado por el caos: ruidos fuertes, desorden y la necesidad de dejarme llevar por completo y hacer el tonto. A menudo observo a mi marido involucrarse fácilmente. ¿Y honestamente? Esto sólo resalta la desconexión que siento durante estos momentos. Esto me dejó preguntándome: ¿Qué me impide disfrutar del tiempo de juego? ¿Qué medidas puedo tomar para cerrar la brecha? Cuando no te gusta jugar con niños, la sensación puede resultar aislante. Pero créeme, no estás solo.

Recurrí a la terapeuta familiar e infantil Jenna Vivaldi, terapeuta matrimonial y familiar asociada especializada en dinámica familiar y curación de traumas, para que me ayudara a conectar los puntos. Juntos, exploramos las razones por las que jugar puede resultar tan desafiante y cómo encontrar formas significativas de conectarme con mis hijos que me parezcan naturales.

Imagen destacada de nuestra entrevista con Marie Kouadio Amouzame por Belathée Photography.

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Jenna Vivaldi

Jenna Vivaldi es terapeuta matrimonial y familiar asociada en San Francisco y se especializa en ayudar a niños, adolescentes, familias, individuos y parejas a sanar traumas. Su trabajo actual se centra en capacitar a los padres para que brinden a sus hijos el invaluable regalo de un sistema nervioso regulado, creando una base para el bienestar emocional a través de generaciones.

¿Por qué jugar con niños podría no ser algo natural para algunas personas?

Hay varias razones por las que jugar con sus hijos puede resultar desafiante. Aquí hay algunas áreas clave a considerar:

Factores de estilo de vida. El juego, la creatividad y la conexión suelen surgir cuando el sistema nervioso está regulado y se siente seguro. Si le resulta difícil acceder a estas áreas, podría indicar que su carga de estrés es demasiado alta, ya sea por demasiadas responsabilidades, por sentirse sin apoyo o por falta de tiempo para el cuidado personal.

Neurodivergencia. Para algunas personas neurodivergentes, ciertas formas de juego infantil pueden resultar poco estimulantes o incluso aburridas.

Trauma infantil no resuelto. Las experiencias tempranas pueden influir profundamente en nuestra relación con el juego como adultos. En ocasiones, los niños pueden desencadenar emociones o recuerdos no resueltos de nuestra propia infancia.

Perfeccionismo y expectativas parentales poco realistas. Ejercer una presión indebida sobre usted mismo para ser el animador constante de su hijo puede generar resistencia inconsciente o resentimiento hacia la hora de jugar. Si lo sientes como una tarea ardua, ¡ninguno de los dos lo disfrutará! En realidad, es saludable (e importante para el desarrollo) que los niños jueguen solos sin la participación constante de los adultos. Pregúntese: “¿Qué expectativas tengo para mí al jugar con mi hijo?”

Cómo los socios pueden navegar diferentes estilos de juego y conexión

De acuerdo a Psicología hoya los hombres les puede resultar más fácil jugar con sus hijos debido tanto a la socialización como a factores biológicos. Las investigaciones sugieren que los hombres son más propensos a compartimentar las responsabilidades, lo que significa que pueden cambiar entre roles laborales y familiares con mayor facilidad. Esta separación mental les ayuda a concentrarse plenamente en el juego sin cargar con el estrés de otras tareas en el momento.

Por el contrario, muchas mujeres experimentan una carga mental continua, haciendo malabarismos con el trabajo, las responsabilidades domésticas y las tareas de cuidado, todo al mismo tiempo. Esta multitarea constante puede dificultar que las mujeres se sumerjan por completo en actividades lúdicas con sus hijos. La sensación constante de tareas inconclusas u obligaciones persistentes puede generar culpa o estrés, impidiendo la mentalidad despreocupada que hace que el juego se sienta natural.

Además, como destaca Revista Smithsonianlos hombres tienden a participar de forma más natural en juegos bruscos. Esto no sólo resulta intuitivo para muchos padres, sino que también desempeña un papel crucial a la hora de ayudar a los niños a regular sus emociones y desarrollar importantes habilidades sociales. Los padres, a menudo socializados para ser más físicos en sus conexiones, pueden encontrar este tipo de juego más divertido y menos agotador mentalmente.

Comprender estas diferencias puede ayudar a ambos padres a descubrir sus propias formas significativas de conectarse con sus hijos. Si la pelea no es lo tuyo, ¡está bien! La clave es encontrar momentos que se sientan auténticos. Ya sea a través de cuentos, proyectos de arte, aventuras al aire libre o vínculos tranquilos a la hora de dormir, encuentre lo que funcione para usted y su hijo. Recuerde: cada padre aporta algo único a la mesa. Descubrir qué funciona mejor para usted es parte del proceso.

5 consejos que te ayudarán cuando no te guste jugar con niños

Si jugar con sus hijos no le resulta natural, Vivaldi recomienda comenzar con la curiosidad.

Sigue los sentimientos. Cuando su hijo le pida que juegue, observe qué sentimientos surgen. ¿Es resistencia, aburrimiento, agobio o ansiedad? Estas emociones pueden proporcionar pistas sobre bloqueos emocionales más profundos que pueden estar interfiriendo con su capacidad para disfrutar el juego.

Identifica el contexto. ¿Qué tipos de juego te resultan más fáciles o más difíciles? ¿Se trata de juegos bruscos, juegos imaginativos, manualidades, juegos de resolución de problemas o algo repetitivo? Comprender esto puede ayudarle a adaptar su enfoque.

Reflexionar sobre el juego de los adultos. Pregúntese: “¿Cuál es mi relación con el juego cuando sea adulto?” ¿Haces tiempo para la diversión, la creatividad o la relajación en tu propia vida?

Reflexionar sobre el juego infantil. Considere sus primeras experiencias con el juego. ¿Te disuadieron de ser juguetón? ¿Te sentiste presionado a crecer rápidamente? ¿O tal vez preferías actividades solitarias y estructuradas? Estos recuerdos pueden moldear la forma en que aborda el juego con sus hijos ahora.

Haz un plan. Según sus conocimientos, cree un plan que se ajuste a sus preferencias y las de su hijo. Por ejemplo:

  • marisa Se dio cuenta de que se aburre de jugar juegos por turnos con su hija porque es neurodivergente y prefiere actividades como coleccionar cosas. En lugar de sentirse culpable, Marissa ahora planea actividades mutuas, como recolectar cristales de mar en la playa, algo que ambos disfrutan.
  • Jordán Reconoció sentimientos de abrumador y disgusto cuando jugaba con sus gemelos activos. Rastrear esos sentimientos la llevó a recordar cómo se vio obligada a asumir responsabilidades adultas a una edad temprana. Buscó terapia de trauma para resolver estos sentimientos utilizando Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR), que la ayudó a reconectarse con el juego.

¿De qué otra manera podrías conectarte con tus hijos?

La conexión no se produce sólo a través del juego: se puede encontrar en pequeños momentos cotidianos. Pueden crear vínculos durante una fiesta de baile espontánea en la cocina, leyendo juntos antes de acostarse, creando arte juntos, enseñando una habilidad para la vida, jugando juegos de palabras en el auto o teniendo conversaciones significativas en la mesa. Lo que más importa es la energía y la presencia que aportas. Si usted está feliz y comprometido, su hijo también lo sentirá.

La conexión no se produce sólo a través del juego: se puede encontrar en pequeños momentos cotidianos.

Cómo construir recuerdos más allá del juego

La paternidad está llena de curvas de aprendizaje y darse cuenta de que jugar con los hijos no es algo natural es solo otra oportunidad para crecer. Si bien puede que no parezca intuitivo, dar pequeños pasos, ya sea comenzar con juegos estructurados, cambiar el tiempo de juego al aire libre o darse permiso para hacer tonterías, puede marcar una gran diferencia.

La clave es seguir intentándolo y recordar que el juego es diferente para todos. Entonces, la próxima vez que te sientas desconectado o fuera de tu elemento, debes saber que con un poco de práctica construirás recuerdos y vínculos más fuertes de maneras que te parezcan auténticas.

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