Apareció originalmente en E! Online
Katie Ledecky Está acostumbrado a excavar en aguas desconocidas.
Como la nadadora hizo historia en los Juegos Olímpicos de París 2024, convirtiéndose en la atleta olímpica estadounidense más condecorada de todos los tiempos y la primera mujer en superar cuatro oros olímpicos en el mismo evento (los 800 m estilo fugado en los últimos cuatro Juegos).
Pero hace unos abriles, Ledecky comenzó una inmersión privada en otra campo de acción nueva: afrontar un desafío de sanidad.
Todo empezó en 2015, en el Campeonato Mundial de Buceo en Kazán, Rusia. Ledecky ganó cinco medallas de oro y estableció tres récords mundiales, pero no todo fueron celebraciones. Como recordó la atleta en sus memorias Solo añade agua: Mi vida nadandoComenzó a sentirse “extremadamente acalorada y mareada” en una cena del equipo luego de su última carrera. Lo atribuyó al agotamiento por sus competencias, pero no se preocupó demasiado por eso.
Ledecky regresó a Estados Unidos para reanudar sus entrenamientos para los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, pero una vez más sintió que poco no estaba perfectamente.
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“Fue… raro”, escribió la bisoño de 27 abriles. “Estaba nadando perfectamente, pero era muy inconsistente. Tenía un par de buenas prácticas y luego tenía un día o dos en los que no tenía absolutamente ninguna energía. Algunos días no podía caminar sin marearme. Retentiva terminar la praxis y guerrear para retornar al vestuario. Todos los nadadores tienen altibajos en el entrenamiento, pero ¿estar tan rendido? Mi deseo de trabajar duro estaba ahí. Simplemente no tenía energía. Seguía preguntándome: ¿Estoy enfermo? Y si es así, ¿de qué??”
Ledecky señaló que fue su entonces monitor Bruce Gemmell quien le sugirió que consultara a un entendido en Johns Hopkins en su estado procedente de Maryland. Terminó siendo diagnosticada con síndrome de taquicardia ortostática postural (POTS), que según Health Matters del NewYork-Presbyterian, “es una afección en la que las personas experimentan una frecuencia cardíaca rápida, mareos, pena u otros síntomas cuando pasan de estar sentadas o acostadas a estar de pie”.
Como explicó Ledecky en su compendio: “Como tengo síndrome de taquicardia postural ortostática, cuando estoy de pie se acumula raza en los vasos sanguíneos que están debajo del corazón. Entonces, mi cuerpo libera noradrenalina o epinefrina adicionales, lo que añade factores de estrés adicionales al corazón y lo hace pulsar más rápido, lo que, a su vez, provoca mareos, desmayos y agotamiento”.
Como resultado de su condición, la 14 veces medallista olímpica realizó cambios en su dieta.
“La buena novedad fue que podía tratar mi síndrome de taquicardia postural con mantenimiento”, añadió. “Necesitaba aumentar mi consumo de sodio y mi hidratación. Los estudios asimismo muestran que el adiestramiento aeróbico en posición reclinada, como nadar y blindar el torso, puede alabar alivio. Lo cual es un poco generoso. ¿Cuáles son las probabilidades de que el adiestramiento prescriptivo para mi enfermedad en particular sea… nadar más?”
Y aunque Ledecky expresó lo “aliviada” que estaba de finalmente tener respuestas, decidió no compartir públicamente su diagnosis de inmediato.
“No quería que poco que estaba mal conmigo se convirtiera en el tema central de Río o del equipo de Estados Unidos”, escribió. “No estaba ansiosa por convertirme en una distracción o que me distrajeran. Simplemente quería tratar mi condición lo mejor que pudiera y retornar a entrenar duro en la piscina. Poco a poco, siguiendo las órdenes del médico, comencé a sentirme mejor”.
Ahora, Ledecky, quien señaló que tiene un “dominio sólido de mi síndrome de taquicardia postural ortostática en estos días”, está índice para platicar sobre su experiencia.
“Se siente perfectamente”, dijo. SER en una entrevista publicada en junio. “No es que lo haya ocultado nunca; simplemente nunca sentí que fuera poco que tuviera que compartir. Lo he tenido completamente bajo control. Verdaderamente solo tuve que anexar sal a mi dieta y usar ropa de compresión. Siempre que me enfermo y cuando voy a ambientes calurosos, necesito tener exclusivo cuidado de mantenerme al día con la sal y la hidratación”.
Al compartir el conocimiento de su experiencia personal, la campeona asimismo reveló sus consejos para otras personas que viven con POTS.
“Lo más importante es entregarse en manos en los profesionales de la sanidad con los que trabajas”, dijo al medio. “Lo hice y pude descubrir qué me ayudó congruo rápido. Entiendo que para algunas personas es un proceso más amplio. Pero es importante tener paciencia y trabajar con las personas que te rodean y asegurarte de que tengas buenas personas que te cuiden y te alienten. Por ejemplo, mi raíz siempre me recuerda que debo seguir tomando sal y mantenerme hidratada”.
Y ya sea en su sanidad, en su deporte o en su vida cotidiana, su grupo y sus entrenadores son sus mayores apoyos.
“Tuve la increíble suerte de contar con el apoyo de una serie de entrenadores sabios y dedicados que estaban dispuestos a ayudarme a crecer sin hacer de la flotación mi única razón de ser”, escribió en sus memorias. “Mi grupo hizo lo mismo. Nadie más que yo misma me presionó para que hiciera lo que me proponía. De los muchos giros del destino que conducen a la magnanimidad, este sistema de apoyo fue el que más agradezco”.
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