Una reciente tormenta severa en Minnesota causó daños irreparables a muchas casas, incluida la vivienda de una familia de pájaros carpinteros. Pero, como buena noticia, los funcionarios de servicios comunitarios y el personal de cuidado de animales pudieron salvar a los cuatro bebés, informó CBS.
Después de que el clima intenso derribara el árbol donde anidaban, los residentes escucharon a los pequeños pájaros gritar desde adentro. Preocupados, llamaron a los oficiales de servicio comunitario de la policía de Centennial Lakes, quienes atendieron la llamada de inmediato.
“¡Qué genial! Nuestros agentes de servicio comunitario fueron llamados a una residencia en Lexington por un árbol caído que tenía crías de pájaros carpinteros en su interior”, escribió el departamento de policía en una publicación de Facebook que documenta el rescate. En sus fotos, la rama que contiene el nido ha sido cuidadosamente cortada y colocada en la parte trasera de un coche de policía.
Desde allí, los oficiales transportaron el nido al cercano Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre de Roseville, donde el personal utilizó una extracción más delicada para sacar a los cuatro pájaros carpinteros bebés sanos y salvos.
“No todo el mundo se para a pensar si hay animales salvajes en esos árboles y ramas derribados”, dijo Brittney Yohannes, directora de comunicaciones y desarrollo del WRC, a la CBS. “Por suerte, los pájaros carpinteros son bastante ruidosos”.
Dijo que el centro rehabilita aproximadamente 200 pájaros carpinteros al año, así como otros tipos de aves, muchos de los cuales resultan heridos por la caída de árboles durante las tormentas.
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Y aunque las tormentas han sido un fenómeno habitual en verano durante muchas décadas, cada vez son más intensas, un fenómeno que muchos científicos han vinculado al sobrecalentamiento global.
Según la Agencia de Protección Ambiental, el aumento de las temperaturas globales se ha correlacionado con un incremento de las precipitaciones extremas, tormentas tropicales intensas y un aumento de las inundaciones, entre otros patrones.
Afortunadamente, gracias a la vigilancia de la comunidad y a la pronta atención tanto de la policía como del equipo de WRC, el final fue feliz para estos cuatro bebés. Con apenas unas semanas de vida y apenas siendo más que bolitas de pelo, ahora están anidando felizmente en una incubadora, donde son monitoreados por el personal y alimentados cada 20 minutos.
Yohannes explicó que los bebés probablemente tendrán que pasar entre varias semanas y varios meses con WRC antes de que estén lo suficientemente fuertes para regresar a la naturaleza.
“Liberar a estos muchachos es un momento muy especial para todos los miembros de nuestro equipo”, dijo.
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