Más de 350 personas han muerto y más de 1.000 han resultado heridas en el sur y el este del Líbano, dijo el Ministerio de Salud en Beirut el lunes, cuando Israel lanzó su ola de ataques aéreos más letal contra la milicia Hezbolá, alineada con Irán, en décadas.
A medida que la guerra en Gaza se acerca a su primer aniversario, la tan temida escalada del conflicto en Medio Oriente parece haber llegado, con las autoridades libanesas informando de al menos 356 personas muertas, incluidos 24 niños, y otras 1.246 heridas.
Israel afirmó haber llevado a cabo más de 1.300 ataques contra objetivos en el Líbano, incluido uno en la capital, Beirut, en lo que el primer ministro Benjamin Netanyahu describió como un ataque preventivo destinado a eliminar el armamento de Hezbolá.
Netanyahu dijo que Hezbolá había escondido sus cohetes dirigidos a ciudades israelíes en salas de estar privadas. “Para defender a nuestro pueblo contra los ataques de Hezbolá, debemos sacar esas armas”, dijo.
“Tengo un mensaje para el pueblo del Líbano: la guerra de Israel no es contra ustedes, sino contra Hezbolá”, añadió. “Hezbolá los ha utilizado como escudos humanos durante demasiado tiempo”.
En respuesta, el grupo chií dijo que había lanzado decenas de cohetes contra bases en el norte de Israel, dirigidas a instalaciones de armamento israelíes cerca del puerto clave de Haifa y una base militar en Galilea. No hubo informes iniciales de heridos o daños en Israel.
El gobierno libanés acusó a Israel de llevar a cabo una “guerra de aniquilación” tras los ataques. “Como gobierno, estamos trabajando para detener esta nueva guerra de Israel y evitar un descenso hacia lo desconocido”, afirmó el primer ministro Najib Mikati.
Israel afirma haber eliminado miles de cohetes
La disputa latente entre Israel y Hezbolá -un firme partidario del grupo militante palestino Hamás- se intensificó nuevamente la semana pasada después de que miles de dispositivos de comunicación fueran detonados en el Líbano, matando a más de 50 personas, antes de un ataque israelí contra el liderazgo de Hezbolá cerca de Beirut.
Los últimos ataques, sin embargo, representan una escalada significativa, en el episodio más grave de combates en el Líbano desde la guerra de 2006.
Israel insiste en que está persiguiendo el objetivo de garantizar que los residentes evacuados de sus regiones del norte puedan regresar con seguridad a sus hogares.
Con ese fin, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que la fuerza aérea del país había destruido decenas de miles de misiles que amenazaban las vidas de ciudadanos israelíes.
“En estas horas, estamos destruyendo las capacidades que Hezbolá ha construido durante 20 años”, afirmó.
El ejército también siguió atacando a altos comandantes de Hezbolá, días después del ataque en un suburbio de Beirut que mató al alto mando Ibrahim Aqil y a otras 15 personas.
Los medios israelíes informaron que el último ataque en Beirut estaba dirigido contra el alto mando de Hezbolá, Ali Karaki. Sin embargo, Hezbolá dijo en un comunicado el lunes por la noche que Karaki se encontraba “en perfecto estado de salud” y que había sido trasladado a un “lugar seguro”.
La misión de la ONU en el Líbano expresa su preocupación
Mientras el número de muertos por los ataques israelíes seguía aumentando el lunes, la misión de las Naciones Unidas en el Líbano pidió una desescalada y que se protegieran las vidas de los civiles.
En una declaración, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) expresó “grave preocupación por la seguridad de los civiles en el sur del Líbano en medio de la más intensa campaña de bombardeos israelí desde octubre pasado”.
“Los ataques contra civiles no sólo son violaciones del derecho internacional sino que pueden constituir crímenes de guerra”, añadió.
El comunicado indicó que Aroldo Lázaro, jefe de la misión de la FPNUL, estaba en contacto con las autoridades israelíes y libanesas en un esfuerzo por detener los bombardeos.
“Cualquier nueva escalada de esta peligrosa situación podría tener consecuencias devastadoras y de gran alcance”, advirtió la FPNUL.
Mientras tanto, un portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que estaba “profundamente alarmado” por el “gran número de víctimas civiles, incluidos niños y mujeres”.
La dramática escalada en Medio Oriente probablemente eclipsará la reunión diplomática más grande del mundo: la semana de alto nivel de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, que comienza el martes.
El camino a seguir no está claro
Hasta el momento, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han evitado responder a la pregunta de si los ataques aéreos del lunes podrían ser seguidos por una ofensiva terrestre en el Líbano, una medida que podría atraer a los aliados de Hezbolá en la región, o incluso al propio Irán.
En medio de las crecientes tensiones, Estados Unidos dijo que estaba enviando “un pequeño número de personal militar estadounidense adicional” para reforzar sus bases en la región.
Ya hay unos 40.000 militares estadounidenses estacionados en Oriente Medio, y el portavoz del Pentágono, Pat Ryder, dijo que la medida fue “por precaución”.
También el lunes, el gobierno israelí declaró el estado de emergencia en todo el país.
Según los medios israelíes, la declaración durará hasta el 30 de septiembre y, entre otras cosas, implica que se puede limitar el número de personas que pueden reunirse en reuniones. Sin embargo, hasta el momento el ejército no ha emitido nuevas instrucciones.