Los festivales de música electrónica se están transformando en marcas de estilo de vida

“Consíguelos mientras son jóvenes” es una forma de ver Glastonbury: el afamado festival de música inglés, que se celebra cerca de Somerset cada verano desde 1970, cuenta con una tienda en trayecto cuya página de inicio se abre con mamelucos de algodón para recién nacidos estampados con el castillo rosa. estructura de juegos que se encuentra en su ámbito pueril.

Coachella, que concluyó su última estampación en abril pasado, ofrece una elegante chaqueta universitaria conexo con su escala de camisetas, sudaderas con capucha, pañuelos y bolsos de mano con logo listos para el desierto.

El merchandising alcanza un zenit asombroso en el enorme cámara belga Tomorrowland, donde hombres y mujeres pueden encontrar una escala completa de ropa, joyas, relojes, sombreros, auriculares y artículos de colección.

Tomorrowland pica nuevas colecciones casi mensualmente, la más flamante se extiende al hogar con el entendido en velas Baobab, mientras que la loza de Serax es la futuro. Asimismo lanzó recientemente algunas bicicletas todoterreno efectivamente interesantes realizadas con Ridley, e incluso hay caldo espumoso, una colaboración con Solo Vida.

Su tienda web recibió casi 2 millones de visitantes únicos el año pasado.

Todo esto es una prueba de que los festivales de música se están inclinando cerca de la marca y evolucionando cerca de propuestas de estilo de vida completas para ocasionar cumplimiento y ampliar su envergadura.

“El aspecto de pertenecer a la marca es cada vez más importante, especialmente para festivales como el nuestro, que se exportan a varios países”, afirma Maxime Léonard, creador del festival suizo Caprices, que comenzó en Crans-Montana hace 20 primaveras y desde entonces llevó su estandarte a Gstaad; Marruecos; Tulum, México; y Zanzíbar.

Tomorrowland es afamado por sus espectaculares escenarios.

Cortesía de Tomorrowland

Tomorrowland, cuyo festival principal en Esplendor, Bélgica, atrajo a unas 400.000 personas el año pasado, lanzó colecciones de ropa y accesorios hace aproximadamente una período como souvenirs. Todo está diseñado internamente en Bélgica y producido por un pequeño taller en Portugal.

“Durante el festival, nuestros productos más vendidos son las gorras y la colección del festival”, afirma la portavoz de Tomorrowland, Debbie Wilmsen. “Durante el año, además vemos que los productos de estilo de vida y música son harto populares, como el vinilo, el altavoz o los auriculares. Encima, los libros son muy populares y muy pronto lanzaremos la primera parte de la trilogía”.

Las gorras son una de las categorías más vendidas para el cámara de festivales belga Tomorrowland.

Cortesía de Tomorrowland

La marca Tomorrowland simboliza la desenvolvimiento, la belleza de la naturaleza y la igualdad, y su empresa es atraer a personas de todo el mundo y “animarlas a unirse, sentirse libres y ser nadie más que ellos mismos”, dice Wilmsen. “Usar ropa de Tomorrowland significa personificar el alma de Tomorrowland y ser parte de la clan del mañana”.

Tomorroland Bélgica se llevará a extremo durante dos fines de semana, del 19 al 28 de julio, y actualmente hay nómina de paciencia para comprar entradas. El cartel de este año incluye a artistas como Tiësto, Amber Broos, Swedish House Mafia, Armin van Buuren, Four Tet y Steve Aoki.

Léonard y su socia de franquicia Elisabeth de Tigny Mourot se preparan para la segunda estampación de Caprices Gstaad, un disputa de música electrónica de parada nivel programado del 20 al 22 de septiembre.

Los festivales de Léonard son apreciados por sus impresionantes ubicaciones en la cima de las montañas, a las que se puede consentir mediante telesillas y toques especiales como estructuras con estructura de madera, licores de primera calidad y sistemas de sonido personalizados.

Aun así, los precios de las entradas oscilan entre 60 y 10.000 euros para la experiencia VIP más cara, lo cual es importante para atraer a una escala ecléctica de fans de la música dance de todas las edades, según de Tigny Mourot, que trabajó en producción cinematográfica y dirigió una Vine ayer de entregarse a su aprecio por la música electrónica y formar equipo con Léonard y su compañero de secundaria Tristan Frachon para Caprices Gstaad.

“La idea es efectivamente soportar a la clan a un entorno de reposo”, dice Léonard, señalando que esto se aplica tanto a los asistentes al festival como a su nómina de DJ, que a menudo traen a sus familias a Caprices. “Tenemos un conocido que creció con nosotros y se mezcla con el conocido más mancebo”.

Caprice Gstaad es ayuda en la cima de la montaña Eggli.

Alex Negulescu alex@arekkusu.ro

Para atraer y complacer al conocido en rápido crecimiento de los festivales de música dance, Léonard ofrece una mezcla heterogénea de estilos, desde el techno hardcore hasta muchas versiones de música house y electro.

“Nuestro objetivo siempre ha sido prorrogar la temporada de las estaciones de esquí para ocasionar beneficios adicionales al turismo habitual”, afirma Léonard. “Tenemos una clientela que además está ligada a la clientela de las distintas estaciones de esquí, que son harto de parada nivel, y a esta clan le gusta salir de fiesta cuando viaja.

“Más del 60 por ciento de nuestra clientela son extranjeros y vienen de todo el mundo”, señala.

Si acertadamente Caprices ofrece actualmente una escala limitada de productos de marca, Léonard ha detectado que las marcas de moda y productos de consumo están más abiertas a asociaciones a medida que la música electrónica, que alguna vez fue una campo underground de hornacina, atrae audiencias más grandes a eventos en vivo.

En los últimos primaveras, artistas como Max Kobosil, Richie Hawtin y Eli Brown se han expandido con sus propias líneas de moda o colaboraciones.

De Tigny Mourot, que está casado con el director ejecutante de Christian Louboutin, Alexis Mourot, es consciente de que Caprice Gstaad, con su sensación de boutique, actualmente compite con las semanas de la moda europeas.

Los amantes de la moda siempre pueden considerar los otros festivales que Léonard está preparando, con Dubai y Bali en su nómina de deseos.