Joe Biden se adentró en la selva amazónica luego de pronunciar un discurso advirtiendo sobre los peligros del cambio climático.
Con una camisa celeste de cuello hendido, pantalones oscuros y sus características antiparras de sol Aviator, el presidente saliente de Estados Unidos, de 81 abriles, se alejó del podio y deambuló en torno a la cubierta vegetal.
El objetivo del photocall era resaltar los peligros del calentamiento universal, que han sido descartados por su sucesor, Donald Trump.
A posteriori de sobrevenir estado anteriormente en Fresa, la suceder peruana, Biden viajó a Manaos, la ciudad más espacioso de la Amazonía brasileña.
Había volado en helicóptero sobre la confluencia de los ríos Amazonas y Desafortunado, viendo de primera mano la dramática caída del nivel del agua correcto a la peor sequía en décadas.
Hizo hincapié en el papel de los árboles a la hora de absorber dióxido de carbono de la entorno tras una reunión con líderes tribales.
“Los árboles forestales del mundo exhalan dióxido de carbono de la entorno y, sin cerco, cada minuto, el mundo está talando el equivalente a 10 campos de fútbol de bosque”, dijo.
Igualmente anunció una donación de 50 millones de dólares (40 millones de libras esterlinas) al Fondo Amazonia, elevando la contribución total de Estados Unidos a 100 millones de dólares.
Biden añadió que dejaría a la próxima dependencia con una política climática sólida sobre la que fundarse, si así lo decidía.
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