Crisis del crack
Según un nuevo informe del inspector general de la NASA, la agencia espacial está cada vez más preocupada por las fugas en un túnel que conecta el segmento ruso de la Estación Espacial Internacional con un puerto de atraque.
Peor aún, los funcionarios todavía no están del todo seguros de qué los está causando.
“Las continuas grietas y fugas de aire en el túnel de transferencia del módulo de servicio son un riesgo importante para la seguridad”, se lee en el informe. “Y la NASA y Roscosmos están colaborando para investigar y mitigar las grietas y fugas, determinar la causa raíz y monitorear la Estación para detectar nuevas fugas”.
En abril, la NASA “identificó un aumento en la fuga a su nivel más alto hasta la fecha”, liberando 3,7 libras de atmósfera por día, un aumento masivo en comparación con poco menos de 1 libra en febrero, como Ars Técnica informes.
“Aunque se desconoce la causa fundamental de la fuga, ambas agencias se han centrado en las soldaduras internas y externas”, se lee en el informe.
Solucionar el problema podría ser un desafío debido a los “problemas de la cadena de suministro” que afectan a los contratistas de la NASA, un dolor de cabeza que podría dificultar aún más el mantenimiento de las operaciones de la ISS antes de que la agencia la retire oficialmente en 2030.
Cerrando la escotilla
En junio, la NASA elevó el tema del craqueo a su nivel más alto de preocupación en su “matriz de riesgo”, como Ars Técnica informó en su momento.
Si las filtraciones continúan, la NASA y Roscosmos podrían verse obligadas a cerrar permanentemente la escotilla del túnel afectado, lo que impediría a los astronautas utilizar uno de los cuatro puertos de atraque de la estación.
“Según la NASA, Roscosmos confía en que podrán controlar y cerrar la escotilla del módulo de servicio antes de que la tasa de fuga alcance un nivel insostenible”, se lee en el informe del inspector general. “Sin embargo, la NASA y Roscosmos no han llegado a un acuerdo sobre hasta qué punto la tasa de fuga es insostenible”.
Es una conclusión incómoda dada la ya limitada vida útil de la estación espacial. En 2030, la NASA planea recibir ayuda de SpaceX para desorbitar la estación y estrellarla en el Océano Pacífico. Como Ars Como señala, la NASA y Rusia aún tienen que ponerse de acuerdo sobre la continuación de las operaciones más allá de 2028.
Otra opción sería realizar cambios en la estación para extender su vida más allá de 2030, algo que “requeriría una financiación significativa”, según el inspector general, y la “aceptación de un mayor riesgo derivado de sus componentes y estructuras envejecidas”.
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