Hasta la fecha, la prevención del cáncer colorrectal sigue siendo un tema desafiante. En este estudio, utilizamos una aleatorización mendeliana de dos muestras para investigar la asociación causal entre factores de estilos de vida poco saludables y el riesgo de cáncer colorrectal en poblaciones europeas. Los resultados sugieren que una RCC más alta se asocia con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, y fumar está potencialmente asociado con la incidencia de cáncer colorrectal. Sin embargo, no se encontró evidencia definitiva que respalde una asociación entre el consumo de alcohol y la actividad física con la incidencia de cáncer colorrectal.
De fumar
Nuestro estudio encontró una posible asociación entre fumar y un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Una revisión sistemática de seis estudios de cohortes y quince estudios de casos y controles en la población japonesa sugirió que fumar puede contribuir al aumento de la incidencia de cáncer de recto, pero no hubo evidencia epidemiológica suficiente para demostrar una asociación entre fumar y el cáncer de colon.19. Otro estudio prospectivo, que incluyó a 120.000 cubanos, investigó la relación entre diferentes edades para fumar y la mortalidad prematura. Los resultados mostraron que fumar podría provocar una mayor incidencia de diversos tumores digestivos, incluido el cáncer colorrectal, siendo el efecto más pronunciado en personas que comenzaron a fumar antes de los 10 años. El riesgo de mortalidad prematura en estos individuos fue aproximadamente 2,51 veces mayor que de no fumadores20. Un metaanálisis de 160 estudios observacionales que examinaron la asociación entre fumar y la incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal concluyó que fumar estaba significativamente asociado con la incidencia de cáncer colorrectal, con un efecto más pronunciado en el cáncer de recto.21. A pesar de estos hallazgos, el mecanismo específico por el cual fumar media en el cáncer colorrectal aún no está claro. Un estudio reciente indicó que fumar puede aumentar los niveles intestinales de ácido taurodesoxicólico (TADC) al inducir disbiosis de la microbiota intestinal. TADC puede activar vías de señalización como MAPK/ERK, IL-17 y TNF, lo que lleva a la tumorigénesis. Además, la disfunción de la barrera intestinal causada por la disbiosis de la microbiota intestinal podría facilitar aún más este proceso.22. Nuestro análisis de aleatorización mendeliana sugiere una posible asociación entre el tabaquismo y el cáncer colorrectal, enfatizando la importancia del control del tabaco para reducir la carga a largo plazo de esta enfermedad.
Consumo de alcohol
Nuestro estudio no encontró una asociación causal entre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer colorrectal. Esta conclusión contrasta con los resultados de varios estudios observacionales. Un estudio de casos y controles que examinó la relación entre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer colorrectal en la población mediterránea concluyó que el consumo moderado de alcohol (12 a 25 g/día) era un factor protector para el cáncer colorrectal (OR = 0,35; IC del 95 %: 0,16 a 0,74). ), mientras que el consumo excesivo de alcohol (más de 48 g/día) fue un factor de riesgo para el cáncer colorrectal (OR = 3,45; IC del 95%: 1,35 a 8,83). Este efecto estaba estrechamente relacionado con el tipo de vino consumido, y se cree que el consumo moderado de vino tinto reduce el riesgo de muchos tipos de cáncer, incluido el cáncer colorrectal.7. Además, un metanálisis de cinco estudios de casos y controles y once estudios prospectivos de casos y controles anidados que incluyeron 14.276 casos de cáncer colorrectal y 15.802 controles respaldaron esta conclusión.23. Sin embargo, un estudio de cohorte sobre el potencial inflamatorio de la dieta y el riesgo de cáncer colorrectal mostró que para algunas poblaciones específicas (dieta proinflamatoria), la abstinencia de alcohol era un factor de riesgo de cáncer colorrectal (OR = 1,02, P = 0,002).24. Aunque nuestro análisis de RM no encontró una asociación causal entre el consumo de alcohol y el cáncer colorrectal, no se puede excluir por completo el efecto potencial del consumo de alcohol sobre el cáncer colorrectal. Nuestro estudio se centró únicamente en una población europea, por lo que es necesaria más investigación para confirmar estos hallazgos.
Actividad física
Si bien no encontramos una asociación causal entre la actividad física y el cáncer colorrectal en este estudio, el papel de la actividad física en la prevención y el tratamiento del cáncer está bien establecido. Una revisión publicada recientemente sobre el mecanismo del ejercicio en la prevención y terapia del cáncer sugirió que la actividad física podría reducir el riesgo de cáncer al inhibir la proliferación de células tumorales, regular el metabolismo del tumor y el microambiente inmunológico e inducir la apoptosis.25. Numerosos estudios observacionales también han concluido que la actividad física reduce el riesgo de cáncer colorrectal.26,27,28,29,30. Por lo tanto, a pesar de la incertidumbre en nuestro análisis de RM con respecto a la asociación causal entre la actividad física y el cáncer colorrectal, no se deben pasar por alto los beneficios potenciales del ejercicio. Se justifican estudios futuros con tamaños de muestra más grandes para proporcionar un análisis de RM más completo.
Obesidad
La obesidad ha sido definida por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como un factor de riesgo para el cáncer colorrectal.31,32, opinión confirmada por numerosos estudios observacionales. El IMC y el WHR se utilizan para evaluar la obesidad. El IMC evalúa principalmente la obesidad general, mientras que el WHR evalúa la obesidad central. El IMC es actualmente el indicador más utilizado para medir la obesidad. Sin embargo, un estudio de cohorte que incluyó a 387.672 participantes del Reino Unido concluyó que el WHR es más poderoso y sólido para predecir la morbilidad y la mortalidad que el IMC.33. Una revisión que resume la evidencia epidemiológica y fisiopatológica sobre la relación entre la obesidad y el cáncer mostró que el WHR estaba más fuertemente asociado con el riesgo de cáncer que el IMC.34. Además, numerosos estudios han demostrado que el WHR tiene una mayor capacidad de predicción que el IMC en enfermedades como la diabetes, el cáncer de próstata, el riesgo cardiovascular, la cirrosis y la enfermedad por reflujo gastroesofágico.35,36,37,38,39,40. En el caso del cáncer colorrectal, la obesidad central está más estrechamente asociada con la enfermedad que la obesidad general. Un estudio de cohorte de 134.255 participantes chinos que investigó la asociación entre el peso, la distribución de la grasa y el riesgo de cáncer colorrectal concluyó que, aunque tanto el IMC como el ICC se asociaron significativamente con el riesgo de cáncer colorrectal, en los análisis estratificados por ICC e IMC, la asociación positiva entre El IMC y el CCR se debilitaron, mientras que el ICC seguía siendo significativo.41. En este estudio, confirmamos aún más la asociación causal entre un mayor WHR y un mayor riesgo de cáncer colorrectal mediante la aleatorización mendeliana de dos muestras. Esta conclusión sugiere que la distribución de la grasa debería ser el foco de futuros estudios sobre la asociación entre la obesidad y el cáncer colorrectal en lugar de la grasa total.
Nuestro estudio tiene varias fortalezas: en primer lugar, utilizamos la aleatorización mendeliana de dos muestras como método de estudio, que ocupa el segundo lugar después de los ECA en el nivel de inferencia causal de la medicina basada en evidencia. Este método evita la influencia del sesgo de confusión y la causalidad inversa, lo que hace que la inferencia de causalidad sea más confiable. Además, la aleatorización mendeliana es menos costosa y más accesible que los ECA. En segundo lugar, todos los SNP utilizados en nuestro estudio se obtienen del análisis de datos de estudios de asociación de todo el genoma publicados, lo que garantiza una fuerte correlación entre los SNP y la exposición. En tercer lugar, todos los datos utilizados en este estudio provienen de poblaciones de ascendencia europea, y los SNP para la exposición y el resultado se derivaron de diferentes fuentes, evitando así el sesgo de estratificación de la población y la superposición de muestras.
Nuestro estudio también tiene algunas limitaciones. En primer lugar, nuestros objetivos de investigación se limitan a la población europea, lo que requiere más investigaciones para determinar si los resultados son consistentes en otros grupos raciales. Además, el impacto de los factores de estilos de vida poco saludables en el cáncer colorrectal puede variar según los diferentes sitios anatómicos, subtipos patológicos y géneros. Sin embargo, debido a las limitaciones en la disponibilidad de datos, no hay conjuntos de datos de cáncer colorrectal GWAS adecuados disponibles para realizar análisis de subgrupos. En el futuro se implementará un estudio más completo que incluya diferentes subgrupos de tumores colorrectales. En segundo lugar, la aparición de la mayoría de las enfermedades, especialmente el cáncer, requiere el efecto sinérgico de múltiples genes y factores ambientales. La aleatorización mendeliana solo puede investigar la influencia de un solo gen y no puede considerar de manera integral la complejidad de la sinergia de múltiples genes. Además, algunos posibles factores de confusión entre la exposición y el resultado y un tamaño de muestra insuficiente pueden sesgar la conclusión. Por lo tanto, se necesita una gran cantidad de estudios de seguimiento para perfeccionar aún más los hallazgos de este estudio.
En general, este estudio indicó que una FCC más alta es un factor de riesgo de cáncer colorrectal y que fumar está potencialmente asociado con el riesgo de cáncer colorrectal. Desde la perspectiva de la investigación básica y clínica, sugerimos que las investigaciones futuras sobre el cáncer colorrectal no sólo deberían considerar el IMC sino también prestar especial atención a la WHR. Desde la perspectiva de la Epidemiología y la salud pública, este estudio destaca la importancia de dejar de fumar y mantener un peso saludable y proporciona una referencia para la prevención y el tratamiento del cáncer colorrectal en el futuro.